Por Hernán Andrés Kruse.-
El 30 de mayo se cumplió el ducentésimo décimo primer aniversario del nacimiento de un teórico político, filósofo y sociólogo que fue emblema del anarquismo revolucionario. Mijail Bakunin nació el 30 de mayo de 1814 en la aldea de Priamújino (distrito de Torzhok, provincia de Tver). A los 14 años ingresó en la academia de Artillería de San Petesburgo. Luego de ser expulsado por indisciplina fue trasladado como oficial subalterno de la guardia imperial rusa a Minsk y a Goradnia. En aquel entonces tuvo lugar la represión de los polacos, que influyó sobremanera en la decisión de Bakunin de enarbolar las banderas del anarquismo revolucionario. Luego de dejar la milicia en 1834 se trasladó a Moscú. Estudió filosofía durante seis años. En ese período leyó a los enciclopedistas, a Fitche y a Hegel. En 1840 viajó a Berlín para estudiar a los filósofos alemanes. Dos años más tarde viajó a Dresde (capital de Sajonia) donde conoció a Ruge, director de la revista “Deutsche Jahrbücher, donde escribió un artículo titulado “La reacción en Alemania” en el que proponía la continuación de la revolución francesa en Alemania y Rusia.
En 1843 se trasladó a Suiza. Ahí conoció a Wiljelm Weitling, el primer comunista alemán, y se contactó con la familia Vogt. Presionado por la policía suiza, escapó a Bélgica en 1844 para trasladarse posteriormente a París. Ahí conoció a Proudhon, George Sand, Marx, Engels y varios exiliados polacos. Participó en el levantamiento de Praga de 1848 contra los Hasburgo austríacos. Cuando expiraba ese año escribió “Llamamiento a los eslavos”, en el que hacía un llamamiento a una federación eslava y a una revuelta contra los gobiernos de Austria, Prusia, Turquía y Rusia. Luego de participar en el levantamiento de Praga de 1848 y en el alzamiento de mayo del año siguiente en Dresde, fue apresado, juzgado y sentenciado a muerte. En 1851 sufrió el confinamiento solitario en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. En 1854 fue transferido a la Fortaleza Oreshek donde permaneció otros tres años. En 1857 le fue permitido trasladarse al exilio permanente en Siberia.
Logró fugarse arribando al puerto de Hakodate (Japón) el 14 de agosto de 1861. A los pocos días viajó desde Yokohama hasta San Francisco, arribando a esa localidad el 3 de octubre. Luego de cruzar el Canal de Panamá llegó a Nueva York. En Boston visitó al naturalista suizo Louis Agassiz. En diciembre de 1863 viajó a Inglaterra. Pasó los últimos años de su vida en el exilio, principalmente en Suiza. Falleció en Berna el 1 de julio de 1876 (Wikipedia, la Enciclopedia Libre).
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Julio Quiñones (Doctor en Ciencias Políticas y de la Administración y Relaciones Internacionales-Universidad Nacional de Colombia-Bogotá D. C.) titulado “Bakunin y la política como exaltación del autogobierno: potencialidades y limitaciones” (Ciencia Política-volumen 15-número 30-julio/diciembre 2020). En este texto el autor “defiende la hipótesis de que habría en Bakunin una concepción de la política como exaltación del autogobierno, cosa que se traduce en la reivindicación a ultranza de la autoactividad tanto de los individuos y de sus formas espontáneas de organización, como de las comunas y de su ligazón federativa. Pero defenderemos, también, que en el pensamiento de nuestro autor se pasa de forma antinómica del elogio del autogobierno a la praxis jerárquica, y esto por cuenta de una rústica postura filosófica de intuicionismo materialista que le impide conectar con la tradición republicana de la democracia”.
INTRODUCCIÓN
“A la hora de abordar el problema de las relaciones entre el pensamiento de Bakunin y la política es común tropezarse con la objeción de que la suya sería una postura antipolítica y que, por tanto, no cabría hablar de esta desde el punto de vista de la teoría política. El que tal argumento suela estar al uso quizá explicaría por qué en muchas historias de la teoría política no se recoge la contribución bakuniniana y, por ese camino, con frecuencia se soslaya también toda referencia al anarquismo en general.
¿Pero es acertado ese juicio, más allá de que efectivamente Bakunin emplea algunas veces el término “antipolítica” para referirse a su posición? En el trabajo que escribe a raíz del episodio de la Comuna de París, por ejemplo, y en el marco de su polémica con los “comunistas alemanes”, Bakunin destaca cómo sus diferencias con ellos no tienen que ver con el objetivo de crear un orden social basado en la propiedad colectiva de los medios de producción sino con el método para llegar allí: “Pero los comunistas imaginan que esto puede lograrse mediante el desarrollo y la organización del poder político de las clases trabajadoras, encabezadas por el proletariado de la ciudad con ayuda del radicalismo burgués; mientras los socialistas revolucionarios, enemigos de toda alianza ambigua, creen que este objetivo común no puede lograrse a través de la organización política sino mediante la organización social (y por tanto antipolítica) y el poder de las masas trabajadoras de las ciudades y los pueblos”.
Pues bien, en nuestra interpretación y pese al lenguaje utilizado, la posición de Bakunin no tiene que ver necesariamente con una renuncia a la política entendida en sentido lato, es decir, en cuanto involucramiento en el problema genérico de la dirección de la colectividad de cara al logro de un fin común, sino que, más bien, está relacionada con la necesidad de marcar un contrapunto entre dos concepciones diferentes de la misma: una centrada en el gobierno como jerarquía, que sería reprochable y respecto de la cual se llena de contenido la noción de “antipolítica”; y otra, que él suscribe, donde lo axial es el autogobierno popular.
De vuelta al texto La comuna de París y el Estado, Bakunin desarrolla su idea de una forma que parece corroborar nuestro argumento: “De ahí la existencia de dos métodos diferentes. Los comunistas creen que es necesario organizar las fuerzas de los trabajadores para tomar posesión del poder político estatal. Los socialistas revolucionarios las organizan con vistas a destruir, o si preferís, a liquidar el Estado. Los comunistas son partidarios del principio y la práctica de la autoridad, mientras los socialistas revolucionarios solo ponen su fe en la libertad. Ambos son partidarios por igual de la ciencia […] pero los primeros quieren imponer la ciencia al pueblo, en tanto que los colectivistas revolucionarios intentan difundir la ciencia y el conocimiento entre el pueblo, para que los diversos grupos de la sociedad humana, una vez convencidos por la propaganda, puedan organizarse y combinarse, espontáneamente, en federaciones, de acuerdo con sus tendencias naturales y sus intereses reales, pero nunca de acuerdo con un plan trazado previamente e impuesto a las masas ignorantes por algunas inteligencias superiores […] Los socialistas revolucionarios creen que existe mucha más razón práctica e inteligencia en las aspiraciones instintivas y las necesidades reales de las masas populares que en las profundas inteligencias de todos esos instruidos doctores y tutores autodesignados de la humanidad, quienes teniendo ante sus ojos los ejemplos lamentables de tantos intentos abortados de hacer feliz a la humanidad, intentan todavía seguir trabajando en la misma dirección. Pero los socialistas revolucionarios creen, al contrario, que la humanidad se ha dejado gobernar durante largo tiempo, demasiado largo, y que la raíz de sus desgracias no reside en esta o aquella forma de gobierno, sino en el principio y en la misma existencia del gobierno, sea cual fuere su naturaleza”.
Estatismo contra libertad, autoridad del experto cientificista contra validez de la opinión y el saber populares fundados en instintos y necesidades, tales son las fronteras entre esas dos concepciones diferentes de la política cuyo hilo común se condensa, al final del pasaje, en el tema del gobierno. En otras palabras, se trata del abordaje de cuestiones claves como las instituciones y la acción colectivas y el saber humano, o bien como jerarquía y desigualdad, de arriba a abajo (política como gobierno) o bien como autonomía e igualdad, de abajo a arriba (política como autogobierno). Bajo esta luz, entonces, la idea de antipolítica quedaría restringida al repudio de aquella orientación de los asuntos comunes que apela a la mediación de una esfera –el gobierno como aparato centralizado– que reclama para sí la representación de la colectividad como un todo y que, soslaya, por tanto, la autonomía y la diversidad de lo social entendido como dimensión constituida por una multiplicidad de intereses e identidades particulares.
Esta precisión nos da pie para detenernos en el concepto de autogobierno, el cual alude a la capacidad, tanto de los individuos como de las organizaciones sociales, para gobernarse a sí mismos y, por tanto, para lidiar con la determinación externa, tomando decisiones de manera autónoma y moldeando su propio entorno. Autogobierno significa que en la relación de un agente con su contexto el acento está puesto en sí mismo y ello se aplica indistintamente a un individuo, a un actor colectivo, a la sociedad toda o a los espacios geopolíticos. Autogobierno, por último, implica una relación social que discurre, como se señala en los estatutos de la Alianza de la Democracia Socialista, “de la circunferencia al centro”, es decir, a partir del mero desenvolvimiento espontáneo de los individuos y de sus formas colectivas de organización. En tales condiciones, esta categoría aparece como la antítesis del gobierno en tanto forma jerárquica de dirección colectiva, que reivindica su propia centralidad y que llega no solo a hacer negatoria la autonomía de los individuos y los grupos particulares sino incluso a arrebatarles su personería, erigiéndose en representante y portavoz del conjunto social (…)”.
MATERIALISMO OBJETIVISTA Y AUTOGOBIERNO
“Ahora bien, fijado el contrapunto entre política como gobierno y política como autogobierno, surge la inquietud en torno a cómo pasa a fundamentar Bakunin su apuesta por esta última, es decir, acerca de cómo resuelve el problema de la justificación que le permite valorar al autogobierno como superior respecto del gobierno, cuestión que es, ni más ni menos, la médula misma de lo que podríamos llamar una sensibilidad libertaria o ácrata. A ese respecto, es claro que Bakunin siempre argumentó que la suya era una postura materialista, aunque no llegó a profundizar demasiado en los rasgos que le atribuía a la misma. En cualquier caso, esa postura se traduciría en un cierto naturalismo muy al estilo del materialismo objetivista del mundo antiguo, según el cual la sensibilidad libertaria o, en nuestros términos, la política como autogobierno, estaría grabada en el instinto popular de una manera más o menos inconsciente.
En otras palabras, que expresiones como el diseño de sus propias formas de organización colectiva, como el levantamiento autónomo en contra de lo establecido y como el proponerse unos fines colectivos orientados en sentido libertario sin tener que acudir a la tutela de “sabios” o expertos, son explicadas como respuestas espontáneas del pueblo a partir de sus impulsos naturales y de sus necesidades concretas. Sin embargo, Bakunin no aborda la tarea de demostrar el signo libertario de esas necesidades e instintos populares, limitándose a postularlo como presupuesto de su concepción, solución que sólo cabe explicar como alcanzada por la vía de la intuición. Esto, que de por sí es problemático, envuelve otras dos dificultades: de un lado, implica asumir que tales impulsos populares, dado que son naturales, son eternos e inmodificables, y que, por tanto, el proceso social no hace mella en ellos; de otro lado, se da por descontado el hecho de que se está en posesión de la lectura correcta acerca del carácter de lo popular, es decir, que se cree estar, de manera por demás autocomplaciente, en posesión de la verdad. A ese respecto, Bakunin se limita a repudiar “la hegemonía de la ciencia sobre la vida” y ello parece no solamente bastar sino ser evidente por sí mismo.
Como sea, esa prioridad de la vida instintiva o natural y de la trama de necesidades dada se manifestaría en distintos planos en lo que se refiere al problema de la organización colectiva. El primero de ellos es el de lo comunal o local, marcándose así un claro contraste con el Estado, el cual no sería: “Una sociedad humana natural que apoye y refuerce la vida de todos. Al contrario, es la inmolación de todo individuo y de las asociaciones locales […] el Estado [es] el altar de la religión política donde se inmola siempre la sociedad natural”. Un segundo nivel es el de la ligazón de esas asociaciones comunales o locales, nexo que Bakunin entiende, siguiendo la huella de Proudhon, en clave federalista. Con relación a eso, señala que se trata de: “Una organización nueva que no tenga otra base que los intereses, las necesidades, y las atracciones naturales de los pueblos, ni otro principio que la federación libre de los individuos en las comunas, de las comunas en las provincias, de las provincias en las naciones, en fin, de estas en los Estados Unidos de Europa primero y más tarde del mundo entero”. Por último, el tercer plano es el heterogéneo mundo de las asociaciones voluntarias que él parece incluir en lo que genéricamente llama “las colectividades humanas menores”.
Así las cosas, e independientemente de las fragilidades e inconsistencias de sus sustentos filosóficos, Bakunin da en el clavo desde el punto de vista político, al exaltar una idea extremadamente potente como la del autogobierno (a cuya realización dedicó su vida), la cual guarda una vigencia no sujeta a lo cambiante de las coyunturas o a los cálculos de conveniencia, porque se inspira en algo atemporalmente fresco: la aspiración a ser dueño de sí mismo, a buscar la felicidad a través del desenvolvimiento y goce de las propias potencialidades y del ligarse con otros mediante lazos fraternos y solidarios. ¿Quién podría dudar de la vigencia de esa inspiración en la hora actual, por ejemplo, cuando lo que tenemos ante nuestros ojos es un mundo donde campean el brutal atropello de la dignidad humana y el gélido cinismo de los poderosos? Y, en contrapartida, ¿quién podría negar que es ese tipo de sensibilidad la que ha animado la fibra más íntima de los movimientos sociales globales que han encarnado la oposición antisistémica en el último medio siglo, como el de mayo de 1968, el altermundialista o el indignado? Y esto para no hablar de las innumerables formas de resistencia regional y local que día a día actúan estimuladas por esa misma convicción libertaria a todo lo largo y ancho del mundo.
En esta materia, no hay duda, pues, de que el legado bakuniniano sigue palpitando con colores renovadamente vívidos. No obstante, la referida convivencia en el pensamiento de Bakunin de apuestas políticas lúcidas e inconsistencias filosóficas termina pasando una cuenta de cobro que se manifiesta en evidentes contrasentidos, especialmente en lo concerniente a su teoría de la acción colectiva, según pasaremos a tratar de demostrarlo. Los problemas comienzan cuando nos planteamos la objeción de por qué si los instintos y las necesidades populares derivan espontáneamente hacia el autogobierno; sin embargo, en la realidad lo que cualquier observador encuentra es que amplios sectores, probablemente mayoritarios, del mundo popular son funcionales no solo a la lógica gubernamental, sino que además conviven de manera más o menos pasiva con los poderes económicos y culturales y terminan legitimándolos.
A ese respecto, Bakunin responde complementando el argumento naturalista con la consideración histórica, al señalar el peso que sobre la conducta popular tienen factores como la ignorancia a la que tradicionalmente ha sido sometido el pueblo, la pobreza y el aislamiento en el que se encuentran los individuos, e incluso la ausencia de tiempo libre, tiempo para el ocio. En otras palabras, si bien hay un “instinto revolucionario innato”, este se ve obstruido por circunstancias históricas adversas. Pero lo que tenemos hasta ahí es una referencia a aspectos objetivos, ya naturales o históricos que gravitan sobre los individuos y en virtud de cuyo efecto ellos aparecen como pasivos instrumentos de fuerzas que los superan: de un lado sus impulsos innatos y del otro las estructuras sociales, todo lo cual describiría un statu quo cuyo signo es la dominación. Pero, entonces, ¿soslaya Bakunin la dimensión de la actuación humana, es decir, no le reconoce ningún papel a la voluntad, la cognición, la comunicación, la creatividad y la lucha de los individuos de cara a desatar un levantamiento revolucionario?”
28/06/2025 a las 12:16 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei patea para adelante y gana, con ayuda
Claudio Jacquelin
Fuente: La Nación
(*) Notiar.com.ar
27/6/025
A pesar de la reivindicación permanente de su condición de outsider rupturista, Javier Milei sigue en estos meses una antigua táctica de la vieja dirigencia tanto en parte de la gestión económica como en materia política. Y no le está yendo nada mal. Por mérito propio y gracias a la ayuda, la conveniencia y la impotencia de sus aliados, sus adversarios amigables y sus rivales.
Las evidencias muestran que patear para adelante durante los años electorales cuestiones que podrían tener impacto negativo en las urnas sigue tan vigente como siempre, hasta en este gobierno excéntrico. Aunque en varias materias relevantes Milei y su equipo continúen aplicando a rajatabla el manual de romper lo viejo para construir lo nuevo. Tanto en la narrativa como en la práctica, y siempre potenciando el valor simbólico de cada acción así como la fabricación de enemigos (y fantasmas amenazantes).
El pragmatismo político de meter cosas incómodas bajo la alfombra del tiempo se verifica en varias materias: desde la política cambiaria hasta el armado electoral, pasando por la (no) investigación del criptoescándalo $LIBRA.
Algunos de los mejores ejemplos de esa táctica (pero no los únicos) son la intervención oficial para contener el tipo de cambio y la postergación sine die de la acumulación de reservas (a pesar de los compromisos asumidos y no cumplidos con el Fondo Monetario Internacional) con el objetivo mayor de sostener el gran activo político económico de haber bajado drásticamente la inflación. Lo mismo ocurre con la rémora en la reducción de cargas tributarias (verbigracia, retenciones a las exportaciones). Y la lista sigue.
Nada altera esa táctica, pese a las consecuencias indeseadas, que podrían agravarse con el paso del tiempo y respecto de las cuales ya se encienden algunas luces de alerta. TMAP (todo marcha acorde al plan), según la neolengua libertaria. Aunque no sea muy novedoso, La Liberad Avanza (LLA) juega mirando el reloj, como muchos otros gobiernos. Lo disimulan, pero no se sonrojan cuando se lo señalan. El FMI acaba de comprobarlo. Y de tolerárselo. Otra vez.
Los datos duros revelan que el impacto de la política económica nacional en la actividad de muchos sectores ha empezado a mostrar signos negativos en consumos básicos, empleo y recaudación de impuestos y tasas, sobre todo en el plano subnacional, como lo sufren gobernadores e intendentes.
El Gobierno prefiere potenciar los datos macroeconómicos generales, sin reparar en particularidades, aunque “en el promedio se ahoguen los enanos”, como le gusta decir a Juan Carlos “El profe” de Pablo, el amigo y contertulio de las veladas operísticas del Presidente.
“Si nos quedamos mirando situaciones particulares corremos el riesgo de desviarnos del objetivo principal. Y sabemos que en la transición va a haber daños colaterales: empresas que van a cerrar y gente que va a perder el trabajo. Por eso queremos hacer la reforma laboral para que se creen nuevos empleos para los que los pierdan con el cierre de empresas inviables. Es el costo que hay que pagar. A nosotros nos importa el empleo, no la desigualdad”, admite con sinceridad brutal una de las personas que en el proceso de transformación más escucha Milei. Un mundo para sobrevivientes.
En este mientras tanto los grandes números positivos tienen una contracara menos amable: “En mi municipio la recaudación por la tasa de seguridad e higiene, que es la que mejor refleja la actividad, está en niveles de la pandemia”. Una afirmación casi calcada es repetida por jefes comunales del favorecido conurbano norte y de la complicada zona sur del Gran Buenos Aires, así como de la próspera zona núcleo bonaerense.
Sin embargo, el Gobierno se apoya en su predominio en la opinión pública, apuntalado por la abrupta y sostenida caída de la inflación, ese flagelo que impedía imaginar un futuro más largo que el fin de semana, y por el recuerdo vivo de los fracasos de los tres gobiernos anteriores, de los cuales la sociedad salió peor de lo que entró, con la convicción de que la calidad de vida de buena parte de los dirigentes políticos responsables de esos gobiernos mejoró respecto de cómo comenzaron. El pasado y algunos factores del presente siguen apuntalando a Milei, aunque haya nuevas dudas sobre el futuro. Una ecuación imbatible. Al menos, por ahora.
LA RENDICIÓN DE PRO, UN HECHO
En ese contexto se desenvuelven las discusiones sobre los armados electorales, que en estos días tienen en el centro de la escena a la provincia de Buenos Aires, ya que falta demasiado poco para la presentación de las listas. A pesar de esos plazos exiguos, todo se desarrolla con lentitud y complicaciones.
Se trata de un escenario casi ideal para el oficialismo, que también en este plano apuesta a patear para adelante, mientras sus aliados y rivales siguen enredados en sus disputas sin poder saldarlas ni empezar a construir una oferta propia. Solo hay que mirar lo que ocurre en el seno del macrismo, donde cada noticia de los diálogos con el oficialismo es una expresión de concesiones sin evidencia de negociación.
En el Gobierno ya dan por hecho la rendición casi incondicional de Pro, tanto para incorporarse a las listas bonaerenses como para aceptar el nombre de Frente de la Libertad Avanza, sin pretensión alguna de ocultar que se trata de una adhesión antes que de una alianza.
Otro tanto dicen que ocurrirá con los lugares por ocupar en las listas, sobre todo para la elección de diputados nacionales, que se da por hecho encabezará el amigo presidencial José Luis Espert. A pesar de los deseos de Diego Santilli, el exColo devenido en violeta furioso, a quien se ocupó de maltratar con saña en su programa de streaming uno de los comunicadores libertarios preferidos del Presidente.
“Los años electorales dificultan y demoran la toma de decisiones y, a veces, como ahora, aburren”, señala uno de los principales consejeros de Milei, lo que implica una admisión de la voluntad de patear para adelante temas espinosos, tanto como revela dos convicciones.
Una es que para la Casa Rosada ya está cerrado todo con Pro a pesar de la reticencia que todavía tienen varios intendentes amarillos bonaerenses, particularmente de la segunda elección electoral (por caso Junín y Pergamino), que temen que le intrusen el territorio y les compliquen la gestión los futuros ediles sin obtener nada a cambio, más que la mínima y elemental promesa de no afectar la gobernabilidad, como aceptó el embajador de Mauricio Macri tras el diálogo con Sebastián Pareja y Karina Milei, dueña de la lapicera y del armado electoral.
La otra convicción mileísta es que da por ganada la elección de medio término, sobre todo, en el plano nacional y que contará con un bloque o un interbloque que lo dejaría muy cerca de tener el quorum para sesionar y bloquear cualquier posibilidad de revertir los vetos presidenciales de leyes que el Gobierno considere contrarias a sus intereses.
“A Javier solo le importa tener las manos para que aprueben las reformas de fondo que hay que hacer después de las elecciones. Eso tenemos que asegurarle. Después de octubre empezará lo más importante y lo más desafiante. El año de La Libertad Avanza no es 2025, sino 2027”, dicen en las oficinas más cercanas al despacho presidencial.
Ese nuevo ordenamiento parlamentario es uno de los compromisos que asumió Ritondo en la Casa Rosada y, a cambio, habría obtenido lugares en la gestión y en las listas para, al menos, tres nombres. Él afirma que pretende seguir con un rol estelar en Diputados, donde hoy preside el bloque de Pro. Habrá que ver cuántos legisladores macristas estarán dispuestos a apoyar proyectos oficialistas sin beneficio de inventario. Tras la elección porteña, algunos parecen haber recuperado el pensamiento crítico.
En este desigual toma y daca superestructural entre macristas y libertarios, en el que se patean para adelante las demandas de algunos intendentes reticentes, también ya tendría asegurado un lugar el alcalde marplatense, Guillermo Montenegro, el tercer habitué de las reuniones entre amarillos y violetas. Lo admite el triángulo de hierro.
“En noviembre habrá una nueva realidad con un oficialismo más grande, tanto en el Congreso, como en las legislaturas provinciales. Y, seguramente, también en la gestión. Por ejemplo, con algunas incorporaciones de dirigentes que originalmente no eran libertarios. Podría ser el caso de Montenegro”, reconoce un estrecho colaborador del Presidente.
Fuentes del primer piso de la Casa Rosada dicen que el destino del actual intendente de General Pueyrredón podría ser de mayor relevancia que el que ha circulado hasta ahora. “Si, como es casi seguro, Patricia [Bullrich] va de candidata a senadora por la Ciudad, Montenegro podría ser la cabeza de un súper ministerio que reúna Seguridad y Justicia”, revelan. Así, no solo saldría del Gabinete Bullrich (a su pesar si no deja ella un sucesor) sino también Mariano Cúneo Libarona, a quien se señalaba como la primera víctima de la nueva realidad.
Lo que sí descartan en el triángulo de hierro es que el esquema político que alumbren las elecciones de octubre sea una alianza gubernamental violeta-amarilla, aunque en el plano parlamentario cuiden las formas y preserven el nombre de Pro con un interbloque. “Los que se sumen van a venir a nombre propio, porque total, en la práctica, Pro va a dejar de existir”, afirma un alto funcionario mileísta con la crudeza que los caracteriza. Les sobra optimismo, pero también realismo.
No es muy distinto eso de lo que asumen sobre el futuro de su espacio los embajadores macristas (que para muchos ya son acreditados del mileísmo en las filas amarillas).
“Tenemos que ir con ellos [por los libertarios] y no tenemos capacidad para exigir condiciones, aunque algunos intendentes nuestros se crean con más poder del que tienen. Las encuestas muestran una polarización total. Si vamos solos sacaremos no más del 6%, con lo que no meteremos ni un diputado ni un senador y ponemos en juego 12 bancas de 22”, se resigna (o justifica) uno de los “negociadores” amarillos.
El Gobierno y los interlocutores en nombre del macrismo avanzan en sus propios acuerdos, mientras el tiempo corre, con la pretensión de imponerle a los dubitativos la política de hechos consumados.
Algo bastante similar ocurre en el polo opuesto del mapa político bonaerense. El cristicamporismo, potenciado por la recobrada centralidad de Cristina Kirchner, tras su condena, busca prolongar esa revitalización para discutir con el kicillofismo y sus intendentes las listas y el correspondiente reparto de lugares. La imposibilidad de que la expresidenta sea candidata abrió un nuevo y complicado escenario.
No queda mucho tiempo y la distancia entre las facciones en disputa sigue siendo amplia, pero todos dicen querer la unidad, aunque más no sea por una cuestión de supervivencia. “Hoy las encuestas no nos aseguran un triunfo ni siquiera unidos, pero sí un resultado más que digno. En cambio, si vamos divididos habrá una victoria segura de los libertarios, que podría ser catastrófica”, dice una de las personas autorizadas a hablar por Máximo Kirchner. Del lado kicillofista de la vida la perspectiva no es muy diferente, aunque dicen no estar dispuestos a juntarse a cualquier precio.
En la provincia de Buenos Aires solo faltan 10 días para la inscripción de frentes o alianzas y 20 días para el cierre de listas. Solo el Gobierno parece beneficiarse pateando la pelota para adelante, con la ayuda de aliados y adversarios. Por ahora.
28/06/2025 a las 12:17 PM
Mauricio Macri, entre «arreglar ya» con Javier Milei o huir para otra batalla
Roberto García
Fuente: Perfil
(*)Notiar.com.ar
27/6/025
Non stop para Mauricio Macri en los comicios de septiembre y octubre, ni él sabe si habrá una última estación en el 2027: se han corrido muchos de sus adherentes. Terminal, quizás. Una forma de disimular el desguace desesperado del PRO es la instrucción al único mensajero en el que delegó funciones, Cristian Ritondo: “Arreglá ya con Milei”. O con los embajadores del Presidente, diplomáticos amateurs como Santiago Caputo. Se aproxima un inminente acuerdo entre las partes, confían en lo redituable que ha sido la reunión del inicio de esta semana. Entonces, como faltan 15 días para presentar los términos legales del frente a constituir, ya se denominó —para que no haya dudas del poder— Frente de la Libertad Avanza. Domina también el color violeta del oficialismo, sepultura para el amarillo, aunque en las elecciones provinciales las boletas no tendrán color, serán en blanco y negro por razones presupuestarias. Para esa primera fecha en la provincia de Buenos Aires, septiembre, el objetivo es mantener a los que renuevan del PRO más el agregado de dos concejales por distrito en las candidaturas. Y, para octubre, colar tres o cuatro diputados. Todo lo demás es chamusquina. Si se avanza como parece en las próximas horas, responsabilidad de Ritondo, Mauricio se salvará del naufragio. Conceder para sobrevivir.
Justificación para la firma del pacto: elección binaria, afuera quedan los términos medios o las avenidas del centro. Como dice Rosendo Fraga: todavía la pugna será entre Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei, no dirimen siquiera sus representantes aunque presidan las listas. En esa polarización, se aferra Macri, nosotros siempre estuvimos —con discrepancias— a favor de un proyecto general semejante al del gobierno. A pesar, inclusive, de que el ingeniero actúe como abogado: mejor un mal convenio que un juicio largo. Y con el estigma de masticar encono porque el destino personal que se imaginaba para este año no cumplió ni una de sus expectativas. Por el contrario, Milei le bajó la cotización de su existencia en el mercado electoral y, en un ejercicio de cleptomanía, le arrebata punteros y dirigentes en todo el país. Macri, vía Ritondo, no quiere arriesgar a que le cuenten los votos propios si va por su cuenta, y prefiere mimetizarse en una coalición bonaerense en la que nadie sabe cuál es su verdadero caudal de agua. Soldado que huye o se esfuma sirve para otra batalla. Y su batalla, o última guerra, en todo caso está reservada para el 2027. Siempre y cuando haya favorable alineación de planetas. Ya descartó otras alternativas de vida que le habían endosado, como pretender por ejemplo una categoría más prominente en la FIFA. “Ni loco, Infantino (titular del organismo del fútbol internacional) se pasa 180 días del año con el culo en un avión. Para mí, ese no es mi futuro”, dicen que le ha dicho a sus amigos.
A su primo Jorge, en cambio, no lo convence el entendimiento y, bajo la excusa de que el PRO pierde identidad, rechaza lo que parece un fait accompli. Tiene adláteres en el partido que lo respaldan, figuras del radicalismo o propios como María Eugenia Vidal o Silvia Lospennato. No alcanza, tampoco lo que en la provincia puedan opinar su sucesora en Vicente López o el intendente de 9 de julio: poco peso en la balanza. Ahora el alcalde debe pugnar para que no lo acose el mileísmo para su renovación en el 2027, teme por alguna figura de nota que pueda presentarse como delegado de Milei para la senaduría este año. Se habló de Patricia Bullrich, a la que no la sacan de Seguridad ni con una andanada de drones del Medio Oriente, y hasta le picaron la oreja de que hay encuestas oficiales testeando la postulación de Luis «Toto» Caputo: es el único hombre del Gabinete Milei que tiene la confianza presidencial, intima desde siempre con Horacio Rodríguez Larreta y conversa amigablemente con Mauricio. Si no fuera clave al frente de Economía, uno podría jurar que reúne las condiciones suficientes para una candidatura porteña, Senado ahora y jefatura de Gobierno en el 2027.
Difícil la confección de listas para la Casa Rosada, tanto en provincia como en Capital: empezó esta semana el recuento de figuras a incorporar en la discusión bonaerense, con obvios cabecillas que responden a distintas jerarquías. Santiago Caputo le entregó el diseño, en el ámbito bonaerense, al diputado Agustín Romo, quien por supuesto no comparte criterios con Sebastián Pareja, el armador juramentado a Karina Milei. Por ahora, tensión, un nervioso reparto en ese distrito que debe contemplar a quienes negocian por separado del PRO (Ritondo por un lado, Diego Santilli por el otro, no son una escudería). Sin olvidar que la Bullrich también reclama una tajada para sus adeptos, lo mismo que puede pedir quien presidiría la nómina de diputados en octubre: José Luis Espert. Demasiados hambrientos para un menú fijo. Ni hablar por el debate sobre el competidor en la tercera sección electoral contra el hijo de Cristina, Máximo, ese santuario presunto del kirchnerismo. Cada uno con su teoría. También será ardua la negociación porteña del oficialismo: muchos interesados. Parte de estos conciliábulos acompañaron la gastronomía del Yacht Club de Puerto Madero, este miércoles, cuando Milei y el gabinete completo se reunió en una cena con empresarios de distintos sectores. Variadas presencias y demandas, ciertas dudas al margen del acompañamiento. Como siempre juran los empresarios. Más intenso, en cambio, fue este jueves en La Plata el lanzamiento de la Libertad Avanza en la provincia. Milei en modo campaña y con un plantel de seguidores que llega a la hora de mostrar los dientes entre todos, también los colmillos. Es que arrecia el hambre. Justo cuando Cristina —con muchos más problemas para organizar sus listas partidarias, tema de otra nota— dice que “no se jode con la comida”, reivindicando una frase que pergeñó hace unos años Daniel Scioli. Inimaginable mentor de la viuda de Kirchner.
28/06/2025 a las 12:19 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El nuevo Mundo Cristina
Walter Schmidt
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
27/6/’25
Cristina Kirchner vive bajo el esquema de prisión domiciliaria en su departamento del barrio de Constitución desde hace solo 15 días cuando la pena por corrupción en la causa Vialidad determina que deben ser 2.190 días en total.
Las concentraciones diarias frente a su domicilio fueron disminuyendo, cómo era de esperar, de una manera inversamente proporcional a los reclamos y condiciones que exige la ex presidenta a la Justicia a través de su abogado defensor Carlos Beraldi. El más llamativo, que debe ser tratado como «una persona con vida social».
El destino la ubicó en el lugar menos pensado: desde el retorno de la democracia, ella y Carlos Menem fueron los únicos ex presidentes presos, ambos con domiciliaria. Pero el confinamiento del riojano respondió a una prisión preventiva en la causa por la venta de armas a Ecuador y Croacia. Con el tiempo, se echaron a rodar algunas versiones argumentando que fue un «acuerdo» con el entonces presidente Fernando de la Rúa y el Poder Judicial, porque Menem creía que si iba preso tendría más chances de volver a la Casa Rosada. Casi lo logra cuando ganó la elección en 2003, pero no le alcanzó para enfrentar a Néstor Kirchner y se bajó del balotaje.
Tal vez Cristina busque emular en cierto modo a Menem en la quinta de Armando Gostanián, y recibir una larga fila de visitantes en San José 1111. Para ello, otro de sus abogados Gregorio Dalbón es el artífice de mil emails que llegaron al Tribunal Oral n°2 para pedir ver a Cristina. El Operativo Clamor.
La pelea de la ex presidenta dejó de ser la lista de los candidatos a legisladores y concejales bonaerenses, la política económica de Javier Milei o la estrategia para los comicios nacionales de octubre. Se transformó en la pelea con el tribunal para recibir más invitados de las que estipula la Justicia solo para abogados, familiares y médicos.
Todo se ha desvirtuado. Los fueros para diputados y senadores nacionales fueron creados para protegerlos de ser detenidos o acosados judicialmente por motivaciones netamente políticas. Pero al parecer, los legisladores K le han encontrado un nuevo uso: interpretan que esos fueros los habilitan para, entre otras cosas, visitar a Cristina Kirchner sin autorización judicial.
La batalla cultural que encarna el cristinismo -no se podría decir lo mismo de la totalidad del kirchnerismo y mucho menos del peronismo- es instalar que son otras las causa para que su líder esté presa, y no el de haber convertido en multimillonario a un empleado bancario como Lázaro Báez, transformándolo en tiempo récord en empresario constructor.
Batalla cultural a la que velozmente se alinea la camporista Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, que días atrás aprovechó la inauguración de obras en una escuela secundaria para «explicarles» a los chicos que Cristina está cumpliendo una condena ilegal y que está presa porque levanta la voz denunciando hambre, desocupación y más deuda externa.
Y esa batalla no sería completa sin una canal de difusión claro, directo, sin medias tintas. Qué mejor que la propia Cristina para conducir y analizar la actualidad nacional a través de un programa semanal por streaming. Al menos, así comentaron que podría ocurrir Jorge Rial y Alejandro Fantino, supuestamente ubicados en cada extremo de la grieta mediática. Para colmo, en un canal que se llama Carnaval.
Entre los saludos desde el balcón, la agenda explotada de visitas, la preproducción y la salida al aire del programa, la ex mandataria estará más que ocupada. Pero no se trata de eso. Nadie está preparado para quedar recluido durante seis años, aunque sea en su propio domicilio. Y, mucho menos, para que ese sea el último capítulo de su historia política. ¿Lo será?
28/06/2025 a las 12:21 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Milei y otro 9 de Julio: el día de la dependencia de la casta
Daniel Bilotta
Fuente: La nación
(*) Notiar.com.ar
27/6/025
Javier Milei está revisando su caracterización de la casta con la que llegó al poder. Un proceso de introspección crítica impulsado por el comprimido escenario electoral de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires que, tal vez, lo obligue a una generosidad con algunos de sus representantes que no estaba prevista en su plan original. Sobre todo para las elecciones del 7 de septiembre. Por eso habría dado precisas instrucciones a su hermana Karina para que Sebastián Pareja relaje el acorralamiento al que somete a Cristian Ritondo y le ofrezca una salida digna.
La condición que Mauricio Macri le exige a “Pucho” para cerrar un acuerdo electoral entre el Pro y La Libertad Avanza (LLA). Nueve intendentes del Pro amenazaron anoche con formalizar otro con Evolución Radical, vecinalistas y sectores peronistas luego de que Ritondo postergue sin fecha el Zoom para informarlos de los avances en una conversación estancada hace un mes en el mismo punto muerto. Pareja les exige a esos intendentes que los libertarios hagan y deshagan con la lista de candidatos al Concejo Deliberante, el cuerpo del que depende su gobernabilidad.
Ritondo les pidió tiempo para esa cita. Alegó quedar extenuado por la primera reunión del Consejo de Mayo la noche del miércoles en la Casa Rosada. La situación es tan delicada que Javier Martínez es uno de los cabecillas de la rebelión. El intendente de Pergamino es la vívida representación de Daniel Angelici. Entre otras cosas, a Angelici y a Ritondo los uniría el megaemprendimiento con bingo incluido que se levantará en el barrio Los Naranjos de Escobar con los buenos oficios de su intendente, Ariel Sujarchuk.
A Ritondo se lo sospecha de privilegiar en sus diálogos con Pareja a los intendentes que le reportan: Marcelo Matzkin (Zárate), Fernando Bouvier (Arrecifes) y Juan Ibarguren (Pinamar). Tal es el clima que Guillermo Montenegro (Mar del Plata), pidió reglas claras en la última reunión del Pro bonaerense. Montenegro está a la vanguardia de los que promueven el acuerdo. Patricia Bullrich y parte de su equipo festejaban los supuestos traspiés de Ritondo en el brindis que la embajada de los Estados Unidos convocó el martes por el Día de la Independencia. El acuerdo con el Pro reduciría su participación en las listas de candidatos y pondría en riesgo su permanencia en el Ministerio Seguridad. Ritondo negocia controlar esa cartera. Bullrich sería candidata a senadora nacional en octubre, como una réplica del acuerdo bonaerense, pero acompañada por un nombre propuesto por Macri. La alternativa de ser sucedida por su viceministra, Alejandra Monteoliva, en tándem con su pareja y jefe de Gendarmería, Claudio Brilloni. parece la más difícil. Bullrich preferiría incluso ser sustituida por el número dos de la SIDE, Diego Kravetz, antes que por Ritondo. La enemistad entre ellos quedó sellada por el confuso tiroteo de marzo del 2019 entre agentes de la policía bonaerense y de la Federal en el Acceso Sudeste de Avellaneda. Ritondo era el ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal y Bullrich de Macri. El entonces presidente los convocó furioso a su despacho. “El día que la Seguridad deje de ser un problema los dos se van a quedar sin trabajo.”
Una premonición de cumplimiento lejano. Igual que la reunificación del Pro como centro de una tercera vía electoral en la provincia. La propuesta efectuada a Macri por Emilio Monzó. La célula dormida favorita que Sergio Massa despierta en ocasiones especiales como esta, según el entorno del expresidente. Es decir: cuando el acuerdo con Milei parece inminente a pesar de los tropiezos de Ritondo.
Massa especula con que una lista de centro le reste dos y hasta tres puntos a La Libertad Avanza en la elección del 7 de septiembre. Algunos creyeron escucharlo arrogarse preeminencia sobre Facundo Manes y Juan Schiaretti, que ayer recorrieron juntos La Plata. El Frente Amplio por la Democracia de Ricardo Alfonsín integrado por Libres del Sur y socialistas competirán con la misma premisa el 26 de octubre.
Monzó también le expuso su plan a Horacio Rodríguez Larreta, un viejo amigo de Massa. Una condición que pesa sobre Jorge Macri que avalaría en contra de su primo como parte de la interminable pelea por el control del gobierno porteño. Todo esto tendría importancia relativa sin otro detalle. Este año vence el mandato de Monzó como diputado nacional. La misma situación que atraviesa Marcelo Daletto, su más estrecho colaborador.
Daletto no dudó en inmolarse por el “partido de la rosca” que reivindica Monzó. Se arrojó sobre la granada que hizo estallar el Senado bonaerense al darle media sanción a la reelección indefinida de legisladores locales y provinciales. Daletto fue parte de una sofisticada maniobra exigida por el cristinismo a Axel Kicillof como condición para discutir las candidaturas.
Esa ingeniería incluyó la ausencia pactada de Juan Fagioli. El delegado de Juan Grabois en Unión por la Patria. Y el rechazo de su compañera de bloque, Sofía Vanelli. Tan ligada a Massa como Laura Ventura, que se abstuvo. Pero que como el resto de la bancada de los libertarios blues, Carlos Kikuchi y Sergio Vargas, se identifican con el exministro de Economía.
Verónica Magario desempató la igualdad en 22 votos con una felicidad difícil de explicar excepto por ella misma. Ese voto controvertido vuelve prácticamente imposible que sea elegida para encabezar la lista de diputados por la Tercera Sección a propuesta de Kicillof. Un cargo sensiblemente menor al que ocupa. En apariencias, al gobernador no le incomodaría completar lo que le queda de mandato sin su vice. Máximo Kirchner rechaza ser quien reemplace a su madre en el lugar que no podrá ocupar por la condena en la causa Vialidad.
La razón de los intendentes del conurbano es turbada por su deseo de limitar las apetencias de La Cámpora y Kicillof. Se ilusionan con que Cristina reitere el gesto de desprendimiento a favor de la unidad que tuvo en 2019, cuando cedió los dos primeros lugares de la lista de diputados nacionales en los que Alberto Fernández y Axel Kicillof colocaron a Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán. El fracaso de esa experiencia pone en duda que vuelva a ocurrir.
El temor más importante es a que adelante una señal hacia 2027 si negocia que Leonardo Nardini y Mayra Mendoza encabecen las listas en la Primera y la Tercera Sección. Los intendentes de Malvinas Argentinas y Quilmes conforman con los de Moreno y Lomas de Zamora, Mariel Fernández y Federico Otermín, los delegados que eligió para negociar las listas con los de Kicillof: Fernando Espinoza (La Matanza), Andrés Watson (Florencio Varela), Julio Alak (La Plata) y el exintendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo. Rubén Eslaiman es el designado por Massa. El miércoles se reunirán por primera vez en el PJ nacional para negociar el orden de cada aliado en las listas, donde podrán volver a ser incluidos Luis “El bicho” Vibona y Gustavo “El lagarto” Soos. Autores del proyecto de ley sancionado por el Senado y miembros del aparato judicial peronista en la Legislatura bonaerense. Soos integra el Consejo de la Magistratura y es secretario de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Desde ese doble rol no sólo monitorea las designaciones en el Poder Judicial. También constituye junto a Vibona un poder autónomo de sus jefes políticos. Gustavo Menéndez, intendente de Merlo, y Nardini. Una maquinaria desafiada por el juicio político a Julieta Makintach. Sobre todo por la preeminencia atribuida a Massa en la Justicia bonaerense. El tribunal a cargo de ese proceso todavía no la acusó. Makintach ya renunció al cargo de jueza en el Tribunal Oral Criminal N° 2 de San Isidro. Si Kicillof la la acepta antes de la acusación, el juicio quedará sin efecto.
El rumor insistente es que Massa y el vocal de la Corte, Sergio Torres, presionarían al gobernador para que lo haga de inmediato. En apariencias Torres expresa su premura de manera virtual. Está de viaje por el exterior y en uso de una de sus habituales licencias. Makintach dejó trascender que si hay juicio, presentará las capturas de pantalla y audios en los que se la alentarían a avanzar con las irregularidades y el documental que derivaron en su dimisión. El 9 de julio finaliza el plazo para la inscripción de alianzas. La fecha patria que una administración inclinada a darle otro significado a acontecimientos históricos bien podría catalogar como el día que se aceptó la necesidad de depender de la casta.