Por Alexander Beglenok Belchior.-

Si bien organismos supranacionales, el gobierno local y la opinión publicada hace, y sigue haciendo, campaña para legalizar el aborto, los ciudadanos argentinos parecen tener cada vez más claro lo que piensan: ¡No al aborto! O eso es lo que refleja una encuesta publicada en marzo de este año.

Según Informe Confidencial, la consultora fundada por Durán Barba, el 54% de los argentinos está en contra del aborto, mientras que solo el 33% se encuentra a favor. Si dividimos por sexo, los números marcan que el 50% de los hombres se opone al aborto y 32% está a favor, mientras que en el caso de las mujeres el porcentaje es incluso superior a la media ya que el 58% defiende las dos vidas mientras que sólo el 35% quiere legalizar el asesinato intrauterino de seres humanos.

Estos números muestran una marcada diferencia con lo que reflejaban las encuestas durante el debate en el Congreso en 2018 donde, según una investigación de la Universidad de San Andrés, podemos ver que el 49% estaba en contra y el 45% a favor. Al igual que en el caso anterior, si tenemos en cuenta los resultados dividiendo por sexo, el 47% de los hombres estaba a favor y 46% en contra, mientras que las mujeres un 43% estaba a favor y 53% está en contra.

Si comparamos ambas los resultados, podemos ver como la opinión favorable al aborto disminuyó del 45% al 33% mientras que el porcentaje de quienes defienden las dos vidas aumento del 49% al 54%. Es decir que, ni los millones de la IPPF, las presiones de políticos ni la opinión hegemónica en los medios de comunicación en favor del aborto sirvió para condicionar la opinión de la mayoría de los argentinos. O tal vez sí, pero resulto con el efecto contrario al deseado.

Por otro lado, que las mujeres sean las que más se oponen a la legalización del aborto demuestra la demagogia con la que se expresan dirigentes políticas, periodistas y artistas abortistas al decir que luchan por todas las mujeres cuando la realidad refleja que, no solo no luchan por todas las mujeres, sino que la mayoría piensa contrario a la sangrienta práctica que promueven. Lo cierto es que, con la llegada de internet, el aumento de producción de información y el auge de las redes sociales impide la aplicación de tácticas “goebbelianas” para influir en la opinión pública tienen cada vez menos efecto.

Pero cuidado, que la opinión mayoritaria sea contraria al aborto no significa que vaya a mermar la campaña. Tras las elecciones presidenciales de este año, incluso antes, las presiones, las noticias falsas difundidas y producidas por los medios de comunicación tradicionales, las marchas, los eventos, etc. van a ir en aumento y, en 2020, cuando se trate nuevamente en el Congreso la legalización del aborto, poco importarán estas estadísticas contrarias al aborto (así como poco les importa a los sectores verdes si hablamos de quitar una vida humana). Es decir, si no reaccionamos rápido y tomamos una actitud activa, estaremos hablando de una batalla perdida.

Share