Por Luis Alejandro Rizzi.-
En mis estimaciones me daban que LLA tenía un piso de votos del 20 y un 33% de techo, asimismo decía que con cualquier resultado Milei ganaba.
El resultado se puede leer desde el “Aleph”, es decir desde ese lugar que permite ver todos los lugares y el tiempo.
Lo primero que se me ocurre, con un 32% de gente que no votó, es que los porcentajes no resisten el resultado de su raíz cuadrada, de todos modos, eso no altera su legitimidad democrática, pero pone en tela de juicio los fundamentos republicanos.
El gobierno de Javier Milei gobierna por medio de DNUs, que el congreso y el Poder Judicial mantienen en un amigable limbo, y del derecho de veto, cuya eficacia parece haberse consolidado con el resultado electoral.
En esta perspectiva, la gente votó por un gobierno que gobierna de “facto”, puso en crisis la idea republicana y de la representación política.
Dicho con otras palabras, desde este “Aleph” en el que me intento ubicar, la ciudadanía argentina sigue siendo providencialista y en esta elección Donald Trump fue la fuerza “celestial” que con dos mil millones de dólares se proyectó sobre la figura de Milei. Las famosas piedras que Pedro le advirtió a Jesús cuando caminó sobre las aguas del mar de Galilea.
Ese fue el precio del resultado electoral que pagaremos todos. No lo digo desde un juicio de valor, me refiero a los hechos.
Un segundo punto de vista muestra que el Cristikirchnerismo se terminó y que difícilmente Cristina podrá salir de su prisión por el resto de su vida.
Una tercera referencia evidencia la descomposición del peronismo, expresión cabal de un existencialismo circunstancial, consecuencia de una época de decadencia cultural, que no le supo encontrar alternativa a la crisis social. El peronismo ya no es alternativa al principio de justicia.
Una cuarta referencia tiene que ver con la cesión de la administración de la política económifca al JP Morgan, que puso “la platita”, esta vez no en el bolsillo de la gente, sino de los inversores institucionales que no dejan de ser buitres.
Se legitimó la concesión del gobierno a Donald Trump.
En las elecciones se ratificó la vigencia de un gobierno civil, de espíritu militar y de facto.
A esta altura, ya no me interesa escuchar a Milei, la nota la terminé cuando empezó a hablar.
El escorpión pica en el mejor momento.
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