Por Claudio Valdez.-
El 2 de abril de 1982 fue fecha de una gesta argentina, en que mediante valentía y entereza de jóvenes soldados la Patria Argentina recuperó su avasallada dignidad, por la cual hasta se había combatido contra reiteradas sublevaciones marxistas y trotskistas. En aquellos tiempos los necios seguidores del “colectivismo sudamericano” insistían en sus imposibles utopías orientadas por la Cuba de Fidel Castro y la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). El devenir se encargó de confirmar que el colectivismo, enmascarado como falso “progresismo”, es también causa de la mala administración y peor suerte para Venezuela y otras “republiquetas” arrasadas por las malversaciones de sus líderes populistas de la izquierda ideológica.
Luego de la agresión “filo comunista” de las décadas de los 60s. y los 70s. del siglo pasado, le cupo a “la muchachada” de los 80s erguirse en nuestro país contra el “imperio de la sinarquía” que en inacabada disputa por espacios y recursos continuaron luego de la “2da. Guerra Mundial” generando conflictos bélicos localizados (intereses anglo yanquis contra anarco comunismo). ¡Y “nuestros muchachos” cumplieron con dignidad su misión!
Ese día, junto a sus camaradas el Capitán de Fragata Pedro Edgardo Giachino, mendocino de 34 años de edad, ofrendó su vida en cumplimiento de órdenes superiores de “jefes estúpidos” que exigían que no hubiera caídos enemigos: ¡así los únicos caídos fueron de “fuerza propia”!
A pesar del “suicidio inducido” por sus superiores, estos valerosos combatientes retomaron para La Argentina la posesión de las Islas Malvinas. El generalato y el almirantazgo de entonces fueron los exclusivos culpables de la final derrota de aquella Guerra de Malvinas en que una “Fuerza de tareas británica” quiso evitar la denominación de guerra. Así como “los yanquis”, el gobierno chileno y el gobierno uruguayo de la época apoyaron al enemigo británico convirtiéndose en destinatarios del profundo desprecio de nuestro pueblo; los gloriosos soldados argentinos, entre los cuales los pilotos de la Fuerza Aérea y de la Armada deben ser evocados como adalides de esta gesta, junto a los demás intervinientes merecen ser honrados como héroes y veteranos de “la más justa causa nacional”, mal planificada, mal ejecutada y peor consumada.
La vida de aquellos militares, junto a las vidas de otros integrantes de las fuerzas de seguridad y policiales que el desorden político se cobró desde el año 1982 en adelante, sumadas a las víctimas civiles del “delito común y mafioso” son también consecuencia de la irresponsabilidad de los malos gobiernos. Fueron demasiados los oportunistas que se aprovecharon de los beneficios de la participación democrática y “se instalaron” en el Estado como políticos estafadores, ladrones, cómplices o al menos confirmados incapaces.
Lamentando la mala suerte política, un renovado reclamo este 2 de abril no podrá dejar de exigir: “Honra y honor para los héroes y veteranos de Malvinas, reconocimiento para los veteranos de guerra contra el terrorismo y la guerrilla internacionalista, así como sentido respeto para las víctimas del delito mal reprimido por sucesivos gobiernos”.
Comentarios recientes