Por Paul Battistón.-
Nos metió una era geológica en 16 meses. Su objetivo autoimpuesto y adosado a su mandato de hartazgo terminal es el de acabar con la era de la boludez.
De tan corto período de tiempo en relación a su intensidad surge que parece haber decidido y probado, hasta ahora con suerte, que la energía cinética ha sido su principal arma para atravesar ese blindaje con el que la comodidad política recubrió la constante y conveniente (para su intereses) mala praxis económica.
De la reciente advertencia de Mauricio Macri, consistente en que la actual agitación de los mercados es consecuencia de un debilitamiento del ejercicio institucional, surge otra posibilidad de comparación con una analogía inversa. El respeto irrestricto por la precisión institucional no contribuyó durante el mandato de Mauricio Macri a calmar en forma significativa agitaciones de mercado y, si lo hubiera hecho, entonces deberíamos incrementar la lectura negativa de su praxis económica que como resultante al final de su mandato fue nuevamente intranquilidad. También podríamos extraer una conclusión de analogía de variables en evolución inversa. Ninguna agitación durante el período amarillo cambió la velocidad de reacción de un gobierno de perfecta institucionalidad atascada en el ejercicio de agentes de una inoperancia sólo conveniente a la conservación de la inmovilidad.
La velocidad del gobierno de Milei atraviesa dejando un contundente daño de salida que rápidamente es dejado en el tiempo de su propio desgaste. Esos daños consisten en la exposición de un muestreo de sorpresas. Sorpresas que en realidad no lo son pero se ven aumentadas por la repentina exposición de su naturalización en el tiempo.
Alguna vez Mijail Gorbachov dijo: “recibí el poder más grande del planeta y me dediqué a destruirlo desde adentro. Única forma de liberar al pueblo ruso de la maquinaria soviética”.
Mauricio Macri recibió el poder de un mandato teniendo la vana esperanza de poder utilizarlo en la concreción de un sustancial cambio haciendo uso de las instituciones correspondientes al ejercicio de su poder sin haber medido la capacidad instalada de impedimentos en las mismas.
No hay paro ni medida de fuerza de gremio estatal que haya logrado ser hasta ahora una barrera para el avance del gobierno de Milei. Su velocidad, medida en una sucesión permanente de embates ha revertido el significado de paro como inmovilidad. La ausencia o inactividad de un organismo del estado es ahora percibido como un nuevo grado de libertad adquirido. El extremo de este ejercicio es la determinación de la existencia de organismos cuya única finalidad era fortalecerse, en lo posible multiplicarse y devolver favores pagos por los contribuyentes. Sin ninguna duda es necesario el uso de poderes edificados en un presidencialismo fuerte para atravesar esa pared de proteccionismo de la comodidad del estancamiento que la casta necesita para su supervivencia como subecosistema perverso y parásito del estado.
Esta misma velocidad en el ejercicio de la política pura ha atravesado en menos tiempo que todos sus antecesores todas las cuestiones con las que un gobierno es azuzado o esmerilado por los extremos de la comunicación.
LLA ha avanzado en un movimiento constante de absorción y retracción. Nadie es definitivamente de LLA ni nadie está imposibilitado de serlo. Otra forma de veloz cambio destructivo de moldes inamovibles de la casta de la conservación.
También ya tuvo su crisis vicepresidencial, sólo que a una velocidad que la oposición no pudo obtener réditos ya experimentados y hasta la conservación de la imagen positiva de ambas partes del conflicto terminaron siendo un desconcierto para la misma oposición.
Hace tan solo un año y medio Elon Musk era un extraño personaje a una distancia inalcanzable, hoy es un ministro versión americana de Sturzenegger sin que esto sea casual. La sintonía de Milei con Trump también le da velocidad en los repentinos cambios de rumbo que el escenario planetario está proponiendo y que muchos de ellos son propiciados por EEUU en su reacomodamiento hacia un carrera tecnológica y comercial contra China dando la espalda a viejas formas de conflicto costosas en miserias y dineros siempre provenientes de la aún primera potencia en su lucha por reafirmarse en su condición.
01/04/2025 a las 8:05 AM
Ya lo decían nuestros mayores, no hay que dar por el pito más de lo que el pito vale. Solo el descrédito de los antecesores en el cargo amortiguan el impacto de una decadencia de larga data, que el felino ha sabido profundizarla exitosamente. En resumen, uno más del montón. solo que más histriónico.
01/04/2025 a las 2:48 PM
EMPEZÁ A CORRER Y QUE LA I.A. NO TE ALCANCE.