Por Enrique Guillermo Avogadro.-
«La decadencia argentina empezó cuando las clases ilustradas abandonaron la política» Juan Llach.
Después de la tormenta desatada a raíz de la tenencia accionaria de Shell que mantenía en su patrimonio Juan José Aranguren, actual Ministro de Energía, producto de su prolongado trabajo como presidente de la petrolera holandesa y resuelta con la venta de esa participación, alguna oposición sigue haciendo ruido con la calificación de «gobierno de los CEO’s» para denostar a la gestión de Cambiemos.
Creo que ha llegado la hora de preguntarnos, como sociedad, a qué se debe nuestra desconfianza -¿envidia?- hacia aquellos que han tenido éxito y por qué pensamos que las pequeñas fortunas se hacen con infamias y, las grandes, con canalladas. Y también por qué hemos creído tanto tiempo que involucrarnos en política significa arriesgarnos a tirar nuestra honra a los perros y revolcarnos en el fango.
Esta gestión ha conseguido algo impensado desde hace muchas décadas: que se incorporaran a ella muchos ciudadanos que, habiendo obtenido enormes triunfos personales en la actividad privada, en un momento dado han decidido renunciar a la comodidad y al bienestar, inclusive familiar, para brindar desinteresadamente sus conocimientos y su experiencia para intentar mejorar la vida de los demás. No me refiero exclusivamente a Mauricio Macri, que encabezó esa movida cuando se alzó con la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; por el contrario, los gabinetes nacional, provinciales y municipales están plagados de ejemplos que confirman esta nueva posición, tan generosa, de muchos otros.
Algunos ejemplos sobresalen: Mario Quintana es, tal vez, un caso especial; con orígenes sumamente humildes, pero demostrativos de la permeabilidad social que imperaba en nuestro país hasta hace relativamente poco tiempo (su abuela era mucama, pero tanto su padre como su madre médicos), dejó sus altas posiciones empresariales -la Presidencia de Farmacity y del grupo de inversión Pegasus- para asumir como Vice Jefe del Gabinete, con las enormes complicaciones que trae aparejado el cargo. Por su parte, el otro segundo de Marcos Peña, Gustavo Lopetegui, abandonó la Presidencia de Lan Argentina cuando se sumó al esfuerzo. Y qué decir de Isela Constantini, ex Presidente de General Motors Argentina, que aceptó el gigantesco desafío de encabezar Aerolíneas Argentinas, la empresa «pública» más conflictiva desde el punto de vista sindical y totalmente deficitaria.
Lo mismo sucede con la legión de jóvenes profesionales, que no nombraré pero todos conocemos, que han hecho de la gestión pública su nuevo objetivo de vida, a sabiendas de los enormes sacrificios que conllevará para sus entornos familiares, en general formados por pequeños hijos.
Porque en este campo demostramos cuán hipócritas somos los argentinos. Partamos de una certeza: no hay una «empresa» mayor que el propio Estado, en cualquiera de sus niveles. Sin embargo, nos rasgamos las vestiduras cuando alguien simplemente sugiere llevar sus niveles de remuneración hasta equipararlos con los que rigen para los gerentes y directores que se desempeñan en la esfera privada. Parece que olvidamos un viejísimo apotegma: «quien paga a sus empleados como a monos, tiene monos como empleados».
Esto, por supuesto, no explica ni justifica que los diputados hayan pretendido aumentar sus dietas en un 47%, mientras el país exhibe la purulenta llaga de un 32% de miseria, ni que se busque que cobren un monumental salario quienes fueron electos para integrar el Parlasur, un organismo fantasma, que sólo comenzará a funcionar en 2020 y no podrá adoptar decisiones vinculantes para los gobiernos. En ambos casos, se trataría, lisa y llanamente, de un verdadero robo.
Y hablando de inmundicias, una más se sumó esta semana a la panoplia que exhibe los «logros» del kirchnerismo después de gobernar el país durante doce años y medio, que coincidieron con el mejor escenario económico que pudo ofrecernos el mundo en casi un siglo. Me refiero al informe producido por la fundación Techo Argentino (ver en www.techo.org.ar/relevamiento), que determinó que nada menos que tres millones de personas «viven» en villas miseria o en asentamientos, más de la mitad de ellos en la Provincia de Buenos Aires, producto del geométrico crecimiento registrado durante los tres últimos años de la década robada. Recuerdo la furia que me ahogaba cuando, al pasar por la Autopista Illia, leía el cartel que la Presidencia de la Nación había colocado en 2012, precisamente sobre la Villa 31: «Aquí también el país crece».
Una de cada diez habitantes de los centros urbanos carecen hoy de agua corriente (beben de pozos infectados), de acceso a la red de gas natural (lo consumen en garrafas, sideralmente más caras), de cloacas (usan pozos ciegos sin cámara séptica), y rodeados de basura, cuando no asentados sobre terrenos inundables y contaminados, con la carga de enfermedades que eso conlleva, que siempre afectan más a los niños.
Entonces, no puedo menos que preguntarme: ¿cómo no se le cae la cara de vergüenza a Cristina Elizabet Fernández, a Máximo y a Florencia Kirchner, y a tantos otros cómplices que saquearon el país al punto de convertirlo en esto? ¿Cómo pueden ser tan hipócritas en sus discursos y continuar paseándose con tanta falta de pudor entre nosotros? La menor de la familia no tuvo empacho alguno en intentar -fracasó esta semana- que la Justicia liberara la montaña de dólares que encontraron en una caja bancaria a su nombre, sin haber trabajado un solo día en su vida.
Por la magnitud del daño social producido por esa asociación ilícita que montó Néstor y que heredó y perfeccionó su viuda, otra que nunca ganó un peso en la actividad privada, resulta indispensable que se extinga el dominio de todos sus bienes, y que éste revierta al Estado. Contribuirá así a aliviar tantas penas y, sobre todo, podremos exhibir frente al globo un nuevo país, en el cual la impunidad -antigua y actual- ha dejado de existir, y donde la corrupción se paga.
Porque, mientras eso no suceda, mientras no demostremos que la Argentina cuenta con una Justicia rápida, eficaz e independiente, las deseadas inversiones no llegarán y no podremos alcanzar el desarrollo que perdimos, regodeándonos una y otra vez en un suicidio colectivo, inexplicable para el mundo y la Historia.
Por último, le ruego entre en este link (http://tinyurl.com/haftfpc) o lo copie y pegue en el navegador y, si está de acuerdo con la petición, la firme y difunda. Anticipadas gracias.
07/11/2016 a las 2:21 PM
Siempre una bocanada de aire fresco viene bien.- Pero difiero en querer comparar a una «empresa» con el Estado.- Existe una Escuela de Administradores Gubernamentales, que pretende tener similitud con la francesa, cuyos graduados no han encontrado aún, su lugar en el mundo Creo, el gobierno, debiera acudir a ella.- En cuanto a la justicia, sigue actuando con absoluta lentitud a pesar de tener todas las cartas en la mano para poder definir casos puntuales y demostrarle al mundo que algo ha cambiado en el país.- Las pruebas de la infamia son tan evidentes que ya tendrían que estar presos más de 4 o 5 personas También necesitamos políticas de Estado para los próximos 20 años, para garantizar que no se cambiarán, sobre la marcha ,las reglas de juego.- Saludos cordiales
07/11/2016 a las 2:55 PM
CUANTA RAZON TIENE SENOR AVOGADRO!!! PERO QUE HACEMOS CON UNA JUSTICIA QUE NO AYUDA PARA QUE EL PAIS SEA MAS CREIBLE Y PUEDAN VENIR LAS INVERSIONES TAN NECESARIAS PARA EL DESARROLLO ECONOMICO????
HAY JUECES QUE DAN VERGÜENZA POR DEFENDER LO INDEFENDIBLE!!!
07/11/2016 a las 3:57 PM
Los jueces federales de Comodoro Py solamente defienden sus intereses pecuniarios sin importarles un corno del resto de la gente. Así dejan pasar evidencias cuando el imputado es un famoso crápula, corrupto y ladrón de guantes blancos como lo es la ex, su séquito y núcleo familiar más íntimo.
Adhiero en todo lo expuesto por el Dr. Avogadro. Excelente y esclarecedor artículo.
07/11/2016 a las 7:00 PM
Muy calra su exposicion Dr Avogadro,cuanta razon tiene.
Desconfiamos y no se apoya a quien triunfa por su trabajo y conocimientos,pero entregamos todo el poder a cualquier sabandija vividor que dice representar «al pueblo»algo que no sabemos bien que es y quien lo representa,
Pero se dejan saquear hasta el limite sin chistar,guardan todas las exigencias para el que le sigue y que no sabe por donde empezar a componer el desbarajuste que encuentra.
Creo que tenemos que empezar a cuestionarnos como elegimos y porque a lo peor que se presenta
08/11/2016 a las 5:12 PM
“La decadencia argentina empezó cuando las clases ilustradas abandonaron la política”… y agregaría a la cita del Lic. Llach con mucho respeto y demasiado atrevimiento… «y cuando el resentimiento peronista usurpó por la fuerza de las patotas embrutecidas y salvajes y pisoteó lo que quedaba de la política».
Gracias por su excelente aporte, como siempre, Dr. Avogadro.
11/11/2016 a las 8:02 AM
No creo que hoy por hoy se pueda modificar la politica y los politicos. Hubo ya ideas de hacer desaparecer las provincias, y quedar con 5 zonas. Es decir 5 gobernadores y cinco camaras de senadores y diputados zonales. Igual con las intendencias y sus señores consejales, solo deberian quedar intendente y 3 o 4 consejales.
Con el ahorro se pagaria la deuda externa en 10 años.
Ademas habria que poner bien claro, que tanto gobierno central como zonal no pueden reelegirse mas que una sola vez. Los parientes estan prohibidos en puestos publicos.
Hacer una limpieza profunda de los jueces federales, y hacer que el Consejo de la Magistratura funcione, o encanar a todos sus integrantes por complices. Deberiamos tener un sistema que se audite y resuelva cada trimestre, evitandpo asi los fiscales que no acusan y los jueces que hacen dormir expedientes, QUE NADIE LOS ECHA.
La decada K nos dejo con tantos planes, y tanta pobreza que se entiende el gobierno hoy no sepa donde reducir el gasto publico.
Tenemos 1.500.000 de empleados publicos de mas, tenemos 3.500.000 de jubilados que nunca aportaron un mango y estan jubilados.
La » reparacion historica » es un cuento para la tercera edad. PORQUE EL ANSES NO JUBILA A LAS PERSONAS COMO DEBE SER ? PORQUE NO PAGAN LO QUE SE DEBE A CADA JUBILADO QUE APORTO Y ESTAN MAL LIQUIDADOS ‘??? PORQUE HAY QUE ESPERAR QUE LOS JUICIOS TERMINEN ??
Con la inseguridad, COPIAR A SINGAPUR. Modificar el Codigo procesal penal que es una verguenza. Nadie va preso hasta que la sentencia quede firme. Todos apelan, y estan libres. EL QUE COMETE UN ASALTO A MANO ARMADO = 15 años a prision. SI MATA O HIERE A OTRA PERSONA = LA HORCA.
Los prisioneros por causas menores, por ej. robo celulares = 6 meses limpiando plazas, o baños publicos. Por narcotrafico: la horca. Entraderas : horca.
Singapur en un año paso de 500.000 presos a tener hoy 50 en prision. Los narco, los drogadictos, los chorros, escaparon del Pais.
A la basura humana de drogadictos : darles el paco gratis en las comisarias o farmacias, en 1 añosno queda ninguno vivo. Se acabo el problema. Al que trafica: decomiso de TODOS SUS BIENES, y horca