Por Carlos Tórtora.-

Sin duda entusiasmado por sus últimos éxitos, Javier Milei haría caso omiso a la falta de consenso en el Congreso para aprobar su proyecto de reforma electoral. La última versión de ayer a la noche daba cuenta de que, si los tres proyectos no se aprueban en extraordinarias, el gobierno estaría dispuesto a tratarlos en ordinarias, es decir a partir de marzo. La cuestión no es menor: existe un consenso tradicional entre las fuerzas políticas acerca de que en el año electoral no se debaten reformas electorales. Pero en la Casa Rosada argumentan con argucias que técnicamente el calendario electoral empieza en mayo. Es probable entonces que La Libertad Avanza esté tratando de que se sancionen las reformas a pocas semanas de que se inicie la campaña electoral.

Semejante despropósito podría llegar a viciar el mismo proceso electoral, sobre todo si se tiene en cuenta que casi todas las reformas requieren de sus respectivas reglamentaciones para poder aplicarse. Milei amenaza con llevar al país a una situación inédita y crecen las suspicacias, porque el gobierno, a tres meses de aprobada la Boleta Única de Papel, ni siquiera se tomó la molestia de reglamentar la ley. Y sin Decreto reglamentario, la ley de BUP es lisa y llanamente inaplicable. Son varias entonces las señales preocupantes y da la impresión de que, por razones que aún no están claras, Milei está empezando a ensuciar deliberadamente el proceso electoral.

Sin aliento

Los operadores de la Casa Rosada, a todo esto, tantean las tendencias de los principales bloques. UP, por lo menos en Diputados, se mostraría bastante permeable a la eliminación de las PASO pero se opondría a las reformas del financiamiento y del funcionamiento de los partidos. Por su parte, tanto el PRO como la UCR no aceptan la eliminación de las PASO y no tienen una definición clara sobre las otras reformas.

Por otra parte, parece claro que Milei ya no acepta a los bloques como tales sino que pone toda su energía en desmembrarlos. De este modo el presidente, deliberadamente, está fomentando el caos en el Congreso para pescar a río revuelto.

Especialista en destruir todo lo que tiene a su alcance, él construye su liderazgo anarquizando el sistema político. Se trata de una apuesta que puede salirle mal y hasta volvérsele en contra.

Share