Por Hernán Andrés Kruse.-
Cada vez que se conmemora un nuevo aniversario del derrocamiento de María Estela Martínez de Perón acaecido el 24 de marzo de 1976, se vienen a nuestra memoria las atrocidades cometidas por la dictadura militar. Se nos vienen a la memoria los vuelos de la muerte, los centros clandestinos de detención, las torturas, los robos de bebés; se nos viene a la memoria el terrorismo de Estado aplicado de manera planificada y sistemática por el partido militar. Lamentablemente, se trata de una memoria parcial, de una memoria que falsifica nuestra historia, tergiversa lo que nos pasó en aquella trágica etapa.
¿Lo que usted trata de decir, alguien puede increparme, es que el terrorismo de estado impuesto a sangre y fuego por Videla, Massera y compañía no existió? De ninguna manera. El terrorismo de estado ejecutado fríamente a partir del 24 de marzo de 1976 existió. Ahí está el informe de la Conadep “Nunca Más” como prueba irrefutable. Lo que trato de decir es que el terrorismo de estado no comenzó ese día sino en la etapa previa, es decir cuando el gobierno estaba en manos del peronismo. En efecto, una vez instalado en el poder Perón apadrinó la organización para-policial de extrema derecha liderada y financiada por José López Rega, el poderoso Ministro de Bienestar Social. Esa patota para-estatal asesinó, torturó e hizo desaparecer personas sin inmutarse, ya que gozaba de la protección de Perón. Hago referencia a la Alianza Anticomunista Argentina, popularmente conocida como la Triple A. En octubre de 1975 el entonces presidente interino Italo Argentino Luder y su gabinete firmaron los decretos ordenando a las fuerzas armadas aniquilar a la subversión. Con esa decisión el terrorismo de estado se institucionalizó. Lo que hicieron Videla, Massera y compañía con posterioridad al 24 de marzo de 1976 fue continuar y “perfeccionar” la tarea represiva de la Triple A. Quien dude de lo que estoy afirmando lo invito a que se dirija a alguna hemeroteca y lea los diarios de la época.
Al asumir como presidente de la nación, Raúl Alfonsín cumplió su promesa de campaña. En 1985 los máximos responsables del terrorismo de estado a partir del 24 de marzo de 1976 fueron juzgados y sentenciados. Se hizo justicia, qué duda cabe. Lamentablemente, no hubo juzgamiento ni condena para los responsables del terrorismo de estado previo al derrocamiento de Isabel. En 1985 deberían haber sido juzgados y condenados, por ejemplo, Isabel, y quienes firmaron los decretos ya mencionados: Luder, Antonio Cafiero (ministro de Economía en 1975) y Carlos Ruckauf (ministro de Trabajo en ese mismo año), entre otros. Los recién nombrados son tan responsables del terrorismo de estado como Videla, Massera y compañía. Reitero, en 1985 se hizo justicia pero de manera parcial, incompleta.
Buceando en Google me encontré con un ensayo de Alicia Servetto titulado “Memorias de intolerancia política: las víctimas de la Triple A (Alianza Argentina Anticomunista)”. La autora no hace más que confirmar lo que acabo de expresar. Saque el lector sus propias conclusiones.
MEMORIAS SOSLAYADAS
“Hay un acuerdo generalizado de que la memoria es un ejercicio de reconfiguración del pasado según las preguntas del presente. El tiempo presente es el único tiempo que nos permite aproximarnos, y desde donde actualizamos el significado, de lo ya sucedido. De allí la movilidad de la memoria, y por que no, también, de la historia, que está siempre increpando para abrir el pasado, desde las urgencias del presente, pero también desde los sentidos que ese pasado tuvo y tiene para los actores que en el momento histórico estuvieron involucrados. Hacer este ejercicio, es un ejercicio político, y como hecho político, puede ser resistente al orden vigente, pero también, puede ser funcional al poder hegemónico.
En este sentido, la memoria del terrorismo de Estado, instalado en la Argentina con la dictadura militar de 1976, tomó como centro de reflexión la represión ilegal y clandestina que se llevó a cabo entre 1976 y 1983. Sin embargo, la memoria de los crímenes no puede clausurar los debates sobre su origen y su legado. Lo sucedido a partir de 1976 es inseparable del inmediatamente anterior que transcurrió aproximadamente entre 1969 y 1976, en que el uso de la violencia política se tornó normal y en cierto modo aceptado por buena parte de la sociedad. En otras palabras, no se puede pensar el terrorismo de Estado sin la antesala de la década anterior. Nos remite a la violencia política y a su contexto de producción y aceptación que requiere una mirada histórica de más largo alcance, pero sobre todo, nos remite a indagar acerca de una determinada modalidad represiva del Estado, no como hecho aislado o como un exceso de grupos fuera de control, sino, como plantea Pilar Calveiro (2004), como una tecnología represiva adoptada racional y centralizadamente, que desnudó visiblemente la índole del poder.
Desde esta clave interpretativa, nuestra propuesta de análisis se centra en el período abierto en 1973 con el retorno del peronismo al poder –después de 18 años de proscripción– y la inauguración de una nueva etapa constitucional, interrumpida en 1976. Partimos de la idea de que en este período se fueron construyendo los presupuestos argumentativos que dieron sustento al terrorismo de Estado de la etapa posterior, a partir de la construcción de un marco discursivo que legitimó la acción represiva del Estado, no sólo en sus formas institucionales y “legales”, sino también, en sus formas clandestinas, ilegales y paraestatales (…)”.
EL GOBIERNO PERONISTA Y LA TRIPLE A
El proceso abierto en la Argentina con las elecciones de 1973 fue trágicamente cerrado con el golpe de Estado de 1976. En ese lapso, se sucedieron tres presidentes peronistas, Héctor Cámpora, electo con el 49, 5% de los votos que no llegó a gobernar dos meses. Un golpe palaciego hacia el interior del peronismo lo obligó a renunciar luego del regreso al país de Juan Domingo Perón, líder máximo del partido gobernante. Nuevas elecciones en septiembre de 1973 le otorgaron el triunfo al viejo líder peronista con más del 60% de los votos. Su muerte en julio de 1974 dejó en manos de la vicepresidente María Estela Martínez de Perón, su esposa, la jefatura del país y del partido. Fue derrocada en marzo de 1976.
Durante estos tres años de gobierno, el rasgo común de la política Argentina fue la intensificación de la crisis social y económica acompañada de un acelerado deterioro de las instituciones que se mostraron incapaces e ineficaces para procesar la conflictividad social y política. En efecto, el 20 de junio de 1973, Perón regresó definitivamente al país. Su llegada estuvo precedida por una gigantesca movilización popular en el aeropuerto internacional de Ezeiza, en las proximidades de la ciudad de Buenos Aires. Miles de personas se movilizaron a un acto cuya organización estuvo a cargo de los sectores vinculados a la derecha del movimiento peronista. Lo que se esperaba como la mayor fiesta “peronista”, para celebrar el regreso del líder, concluyó con un elevado número de muertos y heridos. Al día siguiente, Juan Domingo Perón pronunció el esperado discurso. Evitando toda referencia a la matanza de Ezeiza del día anterior, llamó a todas las fuerzas políticas y al pueblo argentino a colaborar para “volver al orden legal y constitucional como única garantía de libertad y justicia”. Desde entonces, quedó asegurada la impunidad desde el mismo aparato del Estado. A partir de ese momento, las mismas palabras fueron repetidas una y otra vez, casi obstinadamente, hasta el día en que falleció.
Cabe aclarar que el retorno del peronismo al poder se enmarca en el contexto de un proceso iniciado en 1969. Con los sucesos del “Cordobazo” comenzó un vasto movimiento de contestación social que cuestionó las bases de la dominación social y todo intento de estabilizar un esquema de poder, exacerbado por la predisposición de los actores sociales para pensar que la única forma posible de producir el cambio era a través de la revolución. Todo ello sumó algo a una historia que ya tenía dos elementos intrínsecamente conflictivos: la resistencia del peronismo proscripto, establecido en 1955 y, la dictadura del gobierno de la Revolución Argentina, instalado con el golpe de Estado de 1966. Mientras el primer elemento polarizó el campo político de la argentina zanjando profundamente la división entre peronistas y antiperonistas, la política económica del general Onganía y de su ministro de economía, Krieger Vasena, agudizó las contradicciones sociales y económicas de la clase media y de los sectores populares afectados por la aplicación de medidas que beneficiaban a los sectores capitalistas más concentrados. (Romero, 2003)
A las movilizaciones sectoriales y regionales, que desembocaron en los estallidos de las rebeliones urbanas se sumó el surgimiento de las organizaciones armadas revolucionarias, expresión de la juventud radicalizada para quienes la transformación sólo podía darse a través de la lucha armada. La convicción común a todos ellos era que el sistema de dominación vigente reposaba en la violencia y que sólo otra violencia, que echara a andar una guerra que debía evolucionar como guerra popular, podría desenmascarar y, finalmente, derrotar a ese sistema que explotaba al pueblo y oprimía a la Nación. (Altamirano, 2001).
Montoneros fue la organización armada revolucionaria más numerosa, definida por su pertenencia al movimiento peronista. Estructuró la lucha política sobre la lógica binaria, por lo que el antagonismo político no se definió por oposiciones sociales, sino a partir de la dicotomía entre peronismo y antiperonismo. Allí resumía la división entre pueblo y régimen, o entre pueblo y oligarquía. Ubicándose como representantes auténticos de los intereses populares, se insertaron en las disputas de poder que se libraron dentro del peronismo. El líder exiliado, por su parte, alentaba las contradicciones con un juego pendular que favorecía, estimulaba y confrontaba a los diferentes sectores del peronismo que emergían en su nombre. Fue en este juego, donde Montoneros logró hacerse de un espacio en el movimiento al obtener el reconocimiento de “organizaciones especiales”.
29/03/2025 a las 9:42 AM
El término terrorismo de estado es un invento argentino, como dicen que son el colectivo, la birome y el dulce de leche. En el mejor de los casos es materia opinable. La aparición del término fue una habil agachada de la izquierda revolucionaria para diluir sus propias responsabilidades en el conflicto armado que éllos desataron; quedando así como víctimas de un terrorismo (el del estado) ante el cual, el que éllos ejercían, era un juego de niños. Conclusión: los terroristas son los que combaten al terrorismo. Argumento endeble pero eficáz en una sociedad donde la pereza inelectual campéa a sus anchas.
29/03/2025 a las 3:35 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
En plena campaña, el Gobierno espera una invitación de Donald Trump a Javier Milei a la Casa Blanca para abril o mayo
Natasha Niebieskikwiat
Fuente: Clarín
(*) Notiar.com.ar
28/3/025
Así lo hicieron trascender desde Presidencia y Cancillería.
Werthein y un alto diplomático viajaron a Washington para reunirse con los secretarios de Estado y Comercio con pedidos especiales del Presidente. Son los preparativos del viaje.
El Gobierno aceleró la marcha en esta última semana para que, en paralelo a las negociaciones que derivarán en un nuevo préstamo para la Argentina del Fondo Monetario Internacional por U$S 20.000 millones, Javier Milei obtenga su ansiada bilateral con Donald Trump tal como sostuvo Clarín, el jueves.
Los hermanos Milei y su asesor Santiago Caputo consideran que tiene que ser ahora, entre mediados de abril y principios de mayo, aunque, hasta este viernes la invitación de la Casa Blanca no había llegado a la Casa Rosada aún, según pudo confirmar este diario.
A eso viajó a Washington el canciller Gerardo Werthein, quien tiene una tarea dificil por delante en su encuentro del martes 1 con el secretario de Estado, Marco Rubio. El primero de trabajo entre ambos. Werthein tiene que sacar de ahí la fecha, además de ponerle pie en el acelerador a las negociaciones comerciales que quiere Javier Milei con Donald Trump y que todavía están en los estadios preliminares.
La realidad es que los libertarios van a fondo y así como esperaron hasta a último momento cuando Milei viajó a Washington en febrero a la cumbre conservadora para que Trump le concediera una reunión que no estaba en la agenda oficial pero que sí se dió, ahora van por la cita en la Casa Blanca. El comunicado del gobierno estadounidense decía de aquel encuentro entre ambos que Trump había conversado con el presidente argentino -a quien ha llamado “su favorito”- en el marco de la CPAC, y que habían hablado sobre «las revolucionarias reformas económicas” del libertario a quién entonces invitó a la Casa Blanca “en los próximos meses.”, por lo que dieron a entender que sería pronto.
La invitación a la Casa Blanca en estos meses será un nuevo respaldo político del republicano a Milei en medio de la campaña electoral argentina para las legislativas de este año. A cambio, el libertario es un aliado incondicional en cuanto votación o posición internacional se necesite de la Argentina ante organismos internacionales -como Naciones Unidas- donde se vota con Estados Unidos e Israel.
Werthein no viajó solo a sus entrevistas en Washington, puesto que también es de la partida el embajador Luis María Kreckler, cónsul en San Pablo, a la vez que Secretario de Relaciones Económicas Internacionales interino. Por otro lado, la llegada de Alec Oxenford como embajador en DC cayó muy bien en el establishment estadounidense para empezar a ordenar una embajada que estaba sin jefatura desde la partida de Werthein al Palacio San Martín, a fines de octubre. Y según funcionarios estadounideses consultados, Oxenford es muy activo, le tocó un ambiente amigable y tiene respaldo político de Buenos Aires. Fue nombrado por decreto y «en comisión», pero todavía no presentó cartas credenciales a Trump.
Kreckler estará junto a Werthein en todas las bilaterales que incluyen una con el Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), Jamieson Greer, con quien se deben negociar los aspectos comerciales. Kreckler armó un equipo económico en la Cancillería, en Buenos Aires, con diplomáticos de carrera y a pedido de Karina Milei, para darle forma a los acuerdos comerciales que se buscan con EE.UU.
Este jueves mantuvo con Oxenford reuniones que dan cuenta de lo que en realidad se está conversando, y que data de las negociaciones que habían emprendido la canciller Diana Mondino y el antecesor de Kreckler, embajador Marcelo Cima.
“Estamos explorando nuevas oportunidades para un comercio justo y para profundizar la cooperación en seguridad energética y minerales críticos. Estados Unidos y Argentina comparten el compromiso de aumentar la prosperidad en las Américas.”, informó tras su encuentro con Kreckler y Oxenford en sus redes, Thomas Lersten, alto funcionario de la subsecretaria de crecimiento económico, energía y medio ambiente
Milei quiere sí o sí un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos aunque eso sea a riesgo de romper el Mercosur que no le permite a los países negociar por separado con terceros Estados sino se lo hace juntos. Pero para algunas fuentes, ese discurso es «sólo una estrategia» de negociación al estilo Trump: plantear hechos de máxima para conseguir algo posible.
El próximo 11 de abril, los cancilleres del Mercosur se reunirán en Buenos Aires para debatir la propuesta argentina de liberalizar el bloque y que sus miembros puedan firmar acuerdos como lo deseen. Milei no se lleva bien con sus vecinos, salvo con el paraguayo Santiago Peña, pero con el que tiene diferentes estilos.
La propuesta argentina tampoco es nueva, sino que se reactiva ahora por el deseo de ir a fondo con un TLC con Estados Unidos, algo en realidad más dificil que firmar acuerdos de reciprocidad. Ni Trump ha terminado de delinear su política comercial para con sus enemigos y sus amigos en el contexto de su estrategia proteccionista, ni a la Argentina le conveniente demasiado adaptar su comercio a un mercado competitivo y no complementario como el de Estados Unidos.
29/03/2025 a las 3:59 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El newsletter de Luciana Geuna
Fuente: TN
(*) Notiar.com.ar
28/3/025
Son días que confluyen hacia escenarios drásticos, decisivos. Mientras leés este correo, terminarán de conocerse los pocos nombres que faltan en la competencia porteña pero la verdadera definición se acelera: el 18 de mayo, unas simples elecciones de legisladores, dibujarán el mapa político del poder.
Determinarán la supervivencia del PRO en el territorio que lo vio nacer; la posibilidad de la Libertad Avanza de prescindir del PRO y la ilusión del peronismo de ganar en el distrito más esquivo. Todos los resultados posibles diseñan finales con consecuencias distintas.
En los próximos 52 días veremos figuras fuertes salir a la calle a dar esa pelea de fondo: más allá de los candidatos, caminarán Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Martín Lousteau y Elisa Carrió. Cada uno apostará acorde a su necesidad. El Gobierno jugó una de sus piezas más valiosas. El detrás de escena del anuncio sobre la postulación de Manuel Adorni tiene mucho más que ver con el dólar que con primerear en el anuncio. ¿Cómo será la campaña del vocero presidencial? ¿Cuál será la estrategia de Macri?
FRENAR AL DÓLAR
El miércoles a la noche, antes de ir al programa de Joni Viale en TN, Manuel Adorni ya sabía que le tocaría competir por la Ciudad de Buenos Aires. Jugar la suerte política de la Libertad Avanza en la pugna con el PRO. Se lo había dicho Karina Milei mirándolo a los ojos cuando lo recibió en su despacho el martes. “Lo que vos y Javier decidan. Yo siempre a disposición”, contestó Adorni.
Sin embargo, en las horas que siguieron, la secretaria General de la Presidencia volvió a arrepentirse de una definición que no quería tomar y hasta último momento se plantó en la negación de entregar al vocero y perderlo en el Gabinete nacional. Fue mucho más la necesidad que la convicción lo que aceleró el destino de este experiodista económico que se convirtió en una figura favorita de los hermanos Milei. un frontman incombustible que les resolvió uno de los lugares más sensibles del poder: el que responde las preguntas de la prensa.
La necesidad del Gobierno tuvo dos aristas en esta definición. Una más estratégica y la otra más urgente. Aunque no lo había hecho público todavía, hacía rato que el triángulo de hierro sabía que Ramiro Marra, uno de los referentes libertarios originales -que terminó expulsado por Karina- competiría en las elecciones. Marra tiene el apreciado activo de tener un alto conocimiento entre la gente, que todavía lo emparenta con los libertarios. Si no jugaban una figura muy relevante de identidad automática con el Presidente, su postulación podía complicarles el caudal de votos en la Ciudad y así perder la oportunidad de dañar seriamente al PRO en la carrera hacia octubre.
Es posible que ese haya sido el empujón final con el que convencieron a Karina y se produjo el anuncio, 48 horas antes del cierre de las listas, con esa foto en Olivos entre ella, el Presidente y Adorni. Así lograron ganar tiempo y correr -por lo menos por un rato- la agenda de un tema que les preocupa muchísimo más que la competencia porteña: la volatilidad del dólar.
Sólo en el día de ayer, la Rosada puso a su ministro de Economía, su vocero (antes de ser ungido candidato), y al Presidente a frenar la incertidumbre financiera que viene obligando al Banco Central a contener al mercado y vender dólares que no tiene. Toto Caputo tuvo que pedir permiso al FMI para adelantar que el préstamo que están tramitando es de 20 mil millones de dólares, pero quedaron todavía incógnitas sin revelar sobre cuánto será el desembolso inicial y cuál el régimen cambiario que vendría.
Durante un rato, parecía que la estrategia había logrado su efecto, pero a la hora de la siesta, los bonos que habían subido, empezaron a bajar y el Central volvió a vender reservas. No ayudó que el Presidente sostuviera que no habrá devaluación. Sabemos cómo funcionan esas afirmaciones en Argentina. Fue en ese contexto que se aceleró la difusión de la noticia de Manuel Adorni como candidato estrella para las elecciones porteñas.
Le tocará estrenar su postulación con dos semanas de alta volatilidad del mercado. Hay, en algunos despachos muy influyentes de la Casa Rosada, funcionarios soñando con que la campaña porteña se convierta en un elefante que distraiga la atención del dólar. Saben que es extremadamente difícil. Dependen de la velocidad del FMI.
La próxima semana tiene otro mojón para el Gobierno cuando se defina la suerte de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. Hay un trabajo intensísimo para tratar de impedir que haya quorum y los senadores rechacen a los dos abriendo una enorme intriga institucional.
LA INTIMIDAD DEL PRO
Mientras tanto, ya fue delineada la estrategia con la que harán competir a Adorni. Buscarán una campaña clásica, con los mismos argumentos de la narrativa libertaria a nivel nacional: economía y seguridad. Un pedido de aval a los porteños de acompañar al Presidente en su camino de cambio. Casi un deja vu del discurso que llevó a Macri al poder. Hubiese sido impensable, hace apenas dos años, imaginar un 2025 como este en el universo del PRO, donde Horacio Rodríguez Larreta hará campaña por fuera del partido, discutiéndole a Jorge Macri la gestión y Patricia Bullrich caminará la calle apoyando al vocero presidencial, quién por otra parte, es el funcionario que más valora Mauricio Macri y a quien más suele halagar.
Tanto Bullrich como Larreta siguen por ahora siendo integrantes del PRO. Parece una pesadilla perfecta para el ex Presidente. Así fue también, en un punto, la definición de las candidaturas de su partido. Buscando sorprender, hubo un momento en que midieron y sondearon a los periodistas Juan Pablo Varsky y a Cristina Pérez. Dijeron que no. Lo mismo que Guillermo Dietrich, el exministro de Transporte, y que Fernan Quiros, que hasta hace dos días sería el segundo debajo de Silvia Lospennato y al final, no acordaron.
En octubre pasado, el PRO contrató al catalán Antoni Gutierrez Rubí, que había prestado servicios para Cristina y para Massa en elecciones anteriores. A Mauricio le gusta escucharlo y eligió confiar en su plan de acción que, sintéticamente, buscar vender la marca amarilla y preguntarle a los porteños si están seguros que van a correr el riesgo de que vuelva el kirchnerismo o que LLA gobierne la ciudad en un futuro. Por eso Mauricio Macri y María Eugenia Vidal saldrán a la calle con vehemencia, darán entrevistas, defenderán el territorio. El catalán puso a Jorge Macri a contactarse con 4 mil porteños por semana. Los llama directamente, o les manda mail, a algunos hasta los visita. Las reacciones son sorprendentes. Aspira a que se conecte con 300 mil personas antes del 18 de mayo.
Créase o no, en las ecuaciones que barajan en la oficina del asesor catalán, salir terceros por poca diferencia lo consideran un triunfo. Una elección digna. Es casi lo mismo que aceptar que es muy posible que queden cuartos. La presión en ese caso será total porque la tragedia de compartir público con los libertarios hace que los Gobernadores amarillos quieran acuerdos con LLA. Queda todo por saber. Es una cuenta regresiva de 52 días.
Aunque Leandro Santoro parezca el principal beneficiado de este escenario, a esta hora había múltiples pugnas en ese espacio por los lugares para las infinitas facciones de peronismo y kirchnerismo.
LO QUE VIENE
La confluencia de definiciones en la próxima semana será vertiginosa. En la Provincia de Buenos Aires, el peronismo se está matando a pesar de la reunión entre Máximo, Massa y Kicillof para encontrar una salida. Se suponía que este jueves suspendían las PASO pero el kirchnerismo con el aval de los del Frente Renovador presentaron un proyecto de ley para pausar las primarias y unificar las elecciones nacionales con las provinciales.
Es decir, todo lo contrario de lo que quiere Kicillof, que pretende desdoblarlas y hacerlas antes de octubre. Fue una provocación política y jurídica: el artículo 144 inciso 7 de la Constitución bonaerense le da atribuciones sólo al Gobernador para decidir la fecha de las elecciones.
La oferta electoral que se está anunciando es un laberinto lleno de trampas, una muestra gratis sobre la segmentación y la canibalización de los actores políticos, una atmósfera de la que también forman parte los libertarios. Las Fuerzas del Cielo del Gordo Dan -el tuitero oficial- y Agustín Romo, amparadas en Santiago Caputo, sostienen una tensión permanente con el armado tradicional de Sebastián Pareja -al calor de Karina- en la provincia de Buenos Aires. Son peleas sosegadas pero que tendrán algunas inquietantes próximamente. ¿Qué hacía ayer el Gordo Dan en el despacho de la hermana del Presidente? Sorpresa.
29/03/2025 a las 4:33 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
A los tumbos
Luis Bruschtein
Página/12
29 de marzo de 2025
El país entró a los tumbos en los túneles del tren fantasma de una crisis cambiaria inminente, una deuda espantosa que crecerá y las elecciones de medio término cuyo primer round será la ciudad de Buenos Aires. Los candidatos van a una confrontación dura, sobre todo los que disputan el segundo lugar, entre el oficialismo y el PRO. Pero como es un baile de tres, los candidatos de la derecha competirán en quién ataca más a Unión por la Patria.
En su disputa con Mauricio Macri, Javier Milei subió al cuadrilátero a Cristina Kirchner, lo que puede ser un error del libertario, sobre todo en una situación de debilidad, como la que afronta, con una tendencia fuerte a la caída de su imagen. En política, las estrategias que sirven en un contexto pueden volverse en contra cuando cambia la situación. En este cuadro, la que crece es la expresidenta.
El jueves, el gobierno no dio pie con bola. El Banco Central intervino toda la semana sin descanso para pisar el dólar; Luis Caputo salió a calmar a los mercados; salió la desmentida del Fondo a Caputo; salió Milei desesperado para desmentir al Fondo, y salió una tropilla desbocada de funcionarios para rogar que le crean a Caputo.
Y del otro lado, salió una tropilla desbocada de economistas ortodoxos, desde Carlos Rodríguez hasta Carlos Melconian, para reclamar una devaluación controlada como la que planteó el Fondo Monetario. Nadie puede garantizar lo de “controlada”. Pero estiman que cuanto más aguanten una cotización artificial de la divisa norteamericana, más explosiva será cuando la suelten.
En el medio, el pueblo asiste a la pelea de sus verdugos por ver quién lo degüella. Está claro que antes o después de las elecciones el gobierno tendrá que devaluar. Las devaluaciones y las deudas, igual que los ajustes, los paga siempre el pueblo. Milei califica como “casta” a los políticos, pero al que trata como “casta” es al pueblo.
El libertario se resiste a devaluar antes de las elecciones porque sufriría una derrota segura y quedaría muy debilitado para la segunda parte de su mandato. Milei y Caputo quieren la plata para aguantar hasta después de octubre pero el Fondo le pidió que devalúe lo antes posible.
El libertario se enojó, denunció que sufría un “golpe de mercado” y lo que es cierto es que los mercados dieron por fracasada la estrategia financiera de Milei y fueron a buscar dólares, pero las arcas del Banco Central están exhaustas.
En realidad, todos coinciden en el fracaso, pero al gobierno sólo le interesan las elecciones. Y los economistas ortodoxos aseguran que el fracaso sólo se verifica con el dólar, pero que el tronco del programa libertario es el superávit, que se mantiene. Si la cotización del dólar es artificial, el superávit lo es más aún, sobre todo cuando la economía cae en vez de crecer y condena al pueblo a un ajuste eterno y cada vez peor. Allí también fracasó.
Los anuncios del gobierno sobre crecimiento no son serios. El PBI cayó más de tres puntos en 2024 y la tendencia se mantiene. Lo que creció 20 por ciento es el campo, comparado con la sequía atroz del año anterior. Algo crecieron los sectores de hidrocarburos y finanzas. Los demás rubros cayeron todos y siguen esa tendencia con la caída permanente del consumo y la parálisis de la obra pública. Nada que festejar.
Estados Unidos le reclamó a Ucrania que devuelva con minerales raros y centrales de energía la ayuda que le regaló para la guerra con Rusia, a la que fue empujada por Estados Unidos. Argentina tendrá el 40 por ciento de toda la deuda que haya concedido el Fondo Monetario Internacional. No tiene lógica. Todos fueron préstamos políticos a gobiernos afines ordenados por Washington. Son cifras que no están en relación con la cantidad de habitantes ni con el volumen de la economía argentina. Más temprano que tarde esa deuda pondrá a Argentina en el lugar de Ucrania.
El Fondo tiene un nivel de rechazo del 60 por ciento en el país. La advertencia del Partido Justicialista de que no aceptaba la legalidad de la nueva deuda fue un mensaje al Fondo, ya que se trata de la fuerza política más importante de la alianza que está en condiciones de disputar el gobierno. La decisión enfureció a Milei, que está en plena disputa para que le suelten los dólares. Al otro día del comunicado del PJ el jefe del Departamento de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, prohibió el ingreso a ese país de Cristina Kirchner y sus hijos.
Demasiada coincidencia. En sus “Che, Milei”, la ex presidenta y titular del PJ dijo que el libertario había llamado a Washington para pedir una medida pública de castigo. Por radio, Milei afirmó que Cristina estaba nerviosa “porque Casación revocó sus planteos y sabe que irá presa”. Y agregó que no puede haber devaluación “porque lo que falta son pesos, no dólares”. Se la dejó picando en el área: “qué le pediste al Fondo, pesos o dólares” le contestó Cristina. Obvio que pidió lo que le falta, que son dólares.
Cristina Kirchner se posicionó en las semanas anteriores en la conducción del peronismo y ya está en la disputa con el gobierno. Es la principal interlocutora desde la oposición. Para Milei es importante su pelea con la titular del PJ por los votos del PRO que la Libertad Avanza disputa tanto en la provincia de Buenos Aires como en CABA y que esencialmente son antiperonistas.
El interrogante es si la expresidenta aspira a figurar en las listas bonaerenses como lo hizo en otras oportunidades o, incluso, si su mirada está puesta en una candidatura presidencial para el 2027. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, mostró un récord muy destacable al lograr su reelección en la provincia más poblada y más difícil de gobernar, en el marco de una derrota de su fuerza en las presidenciales.
Hasta que Cristina Kirchner no salió al ruedo en forma decidida, Kicillof se prefiguraba como el único proyecto presidenciable en el peronismo. En ese proceso, las dos figuras tomaron distancia, pero el peronismo no puede fragmentarse porque se arriesgaría a una derrota como la del seleccionado de Brasil.
El eje de las diferencias se plantea ahora en la fecha de las elecciones. Desdoblar o no. Que en el criollo de la política significa provincializar o nacionalizar las elecciones bonaerenses. Si se provincializa y se desdobla, lo que se examina es la gestión del gobernador.
Si no se desdobla y se nacionaliza, lo que se pone en discusión es la gestión presidencial. En los dos casos es modelo de país contra modelo país, pero más si se nacionaliza la elección. Y hasta es posible que Cristina Kirchner encabece alguna de las listas a senadora o diputada con lo cual, el debate por el modelo de país estaría también presente en cualquiera de las opciones. Por supuesto que no es algo mecánico sino que se trata de tendencias.
Si la ex presidenta no visualiza una candidatura suya para 2027, tiene que buscar que el debate interno, ya sea por el desdoblamiento o por la sucesión del gobernador en 2027, no afecte la proyección de Kicillof. Es la encrucijada del peronismo.
29/03/2025 a las 4:45 PM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Los acuerdos con el FMI siempre trajeron la devaluación
Sofía Hart
Prensa Obrera
28/3/025
Si bien Milei se apresuró en negar la proximidad de una devaluación, que el Fondo Monetario haya salido a rectificar las declaraciones de Caputo, aclarando que todavía no estaban confirmadas las características del nuevo acuerdo, refuerza la hipótesis de que el organismo exigirá un salto en el tipo de cambio como condición para ejecutar los desembolsos.
Incluso, hasta el propio Caputo reconoció días atrás la posibilidad de implementar bandas de flotación cambiaria, lo cual implicaría una devaluación en los hechos. Esa medida no haría más que alentar a los capitalistas a que compren dólares al precio establecido como piso, ejerciendo presión para que suba, y, a su vez, a que dilaten la venta de los mismos a la espera de que su cotización alcance el techo. Por ejemplo, los importadores demandarían más dólares para sobreestockearse, mientras que los exportadores pospondrían la liquidación de sus ventas al exterior hasta obtener un tipo de cambio más favorable.
Otro fundamento para pensar que el nuevo préstamo del Fondo conllevará una devaluación es que así ha ocurrido cada vez que se firmó un acuerdo con el organismo. Durante el macrismo hubo siete devaluaciones tras endeudarse con el FMI: una del 7% y otra del 6,2% en mayo de 2018; del 6,6% en junio de 2018; del 7,1% y del 13,8% en agosto de ese mismo año; del 15,5% y del 9,8% en agosto de 2019 luego de la corrida con la que se terminaron de fugar las divisas provenientes del crédito contraído.
La misma historia la vimos durante el mandato de Alberto Fernández. La renegociación que acordó Martín Guzmán fracasó a los pocos meses, y lo reemplazó Sergio Massa que, ni bien asumió en el Ministerio de Economía, en agosto del 2023, devaluó 22,8% acatando las órdenes del FMI para destrabar un giro de U$S 7.500. Así las cosas, el precio del dólar oficial pasó de $20,30 entre abril de 2018 a $347,69 a inicios de septiembre 2019, un 1.612% de aumento. Las consecuencias de las sucesivas devaluaciones, inmanentes al programa fondomonetarista, las pagaron los trabajadores y jubilados con el derrumbe de sus ingresos.
El mercado también prevé una devaluación. Por eso los acreedores de deuda en pesos buscaron cubrirse volcándose masivamente a la compra de bonos dólar linked en la última licitación del Tesoro. Ni qué decir de la corrida cambiaria en curso, que llevó al Banco Central a tener que desprenderse de U$S 1.445 millones desde el viernes 14 de marzo a esta parte.
Los que no tienen cobertura alguna frente a una eventual devaluación son los salarios, sometidos a la pauta del 1% -por detrás de la inflación- fijada por el gobierno y acatada por las burocracias sindicales. En ese sentido, la movilización del 9 de abril y el paro del 10 deben servir como impulso para desenvolver una lucha a fondo en defensa del bolsillo popular, contra los ataques de Milei, los capitalistas y el FMI.
29/03/2025 a las 6:34 PM
Kruse deja de romper las pelotas posteando vos mismo.
El Terrorismo de Estado no existe, LO DIJO LA ONU «UN ESTADO NO SE SUBVIERTE A SI MISMO»