Por Dolores Aftalión.-

Dieciséis años de kirchnerismo dejaron el país empobrecido, acéfalo y sin rumbo bajo el mando de un gobierno irresponsable. Nos dejan un país imposible desde lo económico y peligrosísimo de vivir con niveles de inseguridad nunca vistos. Presos sueltos que delinquen y matan a ciudadanos indefensos simplemente porque un delincuente decide terminar con sus vidas. Pero el kirchnerismo ha sido eficiente donde se lo propuso. Ha instruido a la justicia y destinado recursos del estado en cifras millonarias para llevar adelante los mal llamados juicios de lesa humanidad. En lugar de tener la justicia abocada a combatir el delito y el narcotráfico en las calles, cuentan con casi un centenar de juzgados penales juzgando hechos ocurridos hace aproximadamente 47 años. El miércoles 30 de agosto pasado se conoció la sentencia a prisión perpetua impartida por el Tribunal Oral Federal N°2 a cargo de los señores Méndez Signori, Nelson Javier Jaraso y José Antonio Michelini. Creo conveniente relatar el hecho por el cual se acusa a dos ex suboficiales de la policía bonaerense, los señores Walter Omar Alé y Juan Nazareno Risso y al ex ministro de gobierno el Dr. Jaime L. Smart. Los ex policías cumplían con su deber al intentar detener al Sr. Horacio A. Benavides, estudiante de derecho de la UNLP. Ello así, por cuanto contaban con información de su condición de Montonero. Condición verificable y reconocida por un camarada suyo en el libro “La memoria de los de abajo 1945-2007”. Al darle la voz de alto, el Sr. Benavides intenta evitar la detención disparando con el arma que portaba dando muerte al Sargento Carlos Horacio Sánchez. El resto de la dotación logra abatirlo. Si la justicia se remitiese a los hechos, claramente no responden a un delito de lesa humanidad y el veredicto responde a la teoría zaffaronista poniendo a la justicia del lado del delincuente. Hasta acá los hechos. En un país con estado de derecho estos hombres contarían con el reconocimiento de la sociedad. No una prisión perpetua que pasa inadvertida para muchos. En cuanto a la condena del Dr. Smart, y siendo ya la quinta prisión perpetua, los jueces no han querido tomar nota de la abundante prueba documental, donde se desliga al Ministro de Gobierno de asistir o proveer a la policía. No hay pruebas que lo vinculen con los hechos por los cuales se lo ha juzgado. La justicia argentina necesita ajustarse a derecho. Esperemos se interpongan los recursos frente a la Cámara de Casación con dictamen favorable a los implicados. Que así sea.

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