Por Otto Schmucler.-

Quién no recuerda la soberbia de aquella figura de la política que hoy es despreciada por la gente. Sus tempranísimas conferencias de prensa en la Rosada donde maltrataba (con cara de asco) a quien osara hacer preguntas pertinentes, pero que a los oídos del jefe de ministros llegaban como insidiosas, allá por 2013/15.

Tampoco pasó al olvido cuando, mirando a las cámaras despedazó un diario con noticias a las que él tildaba de mentirosas.

Anoche miraba por televisión la manera en que fue rechazado por sus “hermanos chaqueños” encabezados por un maestro que, con mucha altura le reprocharon el incumplimiento de sus promesas. Una a una le iban recriminando, en la cara, su poca palabra demostrándole que la empatía es una virtud a la que no volverá a acceder entre sus comprovincianos. Hace más de 10 años que en el norte del país claman por “agua” (parece mentira, aunque no lo es). Quién no recuerda el pozo de agua construido en Formosa, en 2013, que fue tapado con tierra por la gobernación de Insfrán.

Veremos si “Todos los regalos que se apuraron a ofrecer, ya en campaña (con los que pretenden cambiar los resultados de las PASO)” logran revertir la paliza de setiembre. El 14 de noviembre sabremos a cuánto cotiza la dignidad en nuestro país.

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