Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Llama poderosamente la atención que el gobierno nacional, que mantuvo cerradas las escuelas durante dos años, so pretexto de la pandemia, ahora critique al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que dispuso la quita de ayuda social a los beneficiarios del programa Ciudanía Porteña si sus hijos e hijas pierden la regularidad escolar, al considerar que se trataría de una medida «estigmatizante, electoralista y punitiva» muy suelto de cuerpo, el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta, cuestionó la medida anunciada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien determinó que «las familias beneficiadas del plan Ciudanía Porteña perderán el «adicional por hijo» que perciben esa ayuda social si sus hijos e hijas no sostienen la regularidad escolar, un aspecto que será controlado de manera trimestral para, en caso de no alcanzar durante dos de esos periodos el 85 por ciento de asistencia, proceder a la baja del beneficio.

Como no podía de otra manera, los cinco gremios escolares, entre ellos la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera) kirchnerista, que no se cansan de declarar paros, por cualquier circunstancia, manifestó que esa medida implica «desplegar odio de clase», quienes por sus actividades políticas kirchneristas, les importa un bledo la educación de los niños.

Que quede bien claro, como dispuso Rodríguez Larreta que «Desde septiembre vamos a notificar a las familias que tengan irregularidades en la asistencia de sus hijos y ese proceso lo vamos a repetir cada tres meses; no vamos a esperar a fin de año».

Que los progenitores se preocupen de la educación de sus hijos, es decir que deben terminar los «faltazos» por la mala educación que reciben esos niños, y que quede claro que de no justificar las faltas, esas 40.000 familias beneficiarias del programa Ciudadanía Porteña, con un universo de 23.686 niños y niños, perderán tal beneficio; es decir que deben educar, formarlos, en el cumplimiento de la asistencia a clases, inculcándoles los principios de responsabilidad, que se consolidan con la asistencia a clases, inculcando el sentido de deber y responsabilidad, que empieza con la asistencia a clases.

Se ve que el peronismo y el kirchnerismo, en particular, muy poco les preocupa la inasistencia y menos el deber de la formación educativa, cumpliendo con la errada premisa de «cuán más burros, mejor; para el dominio de las masa iletradas».

Con cordiales saludos.

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