Por Oscar Edgardo García.-

El Señor Juan Manzur, en la presentación del informe de gestión en la Cámara de Diputados, manifestó que «el presupuesto del año 2023 fortalece el modelo de producción, empleo e inclusión».

Es habitual escuchar de parte del gobierno el slogan subliminal de «inclusión social» que nunca se ve concretado porque en realidad sus funcionarios no se proponen el objetivo de realizarlo implementando las políticas correspondientes.

¿El Jefe de Gabinete y sus colegas sabrán de qué están hablando o sólo se trata de mensajes fantasiosos? ¿Son conscientes de la realidad o la eluden?

El castigo que la clase pasiva viene sufriendo en sus haberes previsionales sumado al pésimo servicio que recibe para la atención de su salud de parte del PAMI, el desconsiderado maltrato que están padeciendo las personas con determinadas discapacidades, el decrecimiento de la educación que reciben niños y adolescentes, la quiebra de innumerables empresas Pymes, el elevado desempleo y el implícito subempleo, el avance del narcotráfico con asesinatos, la inseguridad imperante, la desnutrición de los niños que viven prácticamente en estado de abandono en varias provincias, la pobreza que se acrecienta día a día y la pérdida del poder adquisitivo del salario por efectos de la inflación que castiga por sobremanera a las clases baja y media son claros ejemplos de los resultados negativos del gobierno en materia de inclusión social.

Sería oportuno que los funcionarios y los voceros del gobierno nacional dejaran de presentarse públicamente con discursos hipócritas, falsos y mentirosos y decidieran gestionar con seriedad las acciones que realmente conduzcan a la efectiva inclusión social para, al menos, detener el agravamiento de la situación en la que se encuentra el país en la actualidad y que no se limiten solamente a inculcar la inapropiada utilización del lenguaje inclusivo como metodología para la integración.

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