Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor Director:

Con respecto a la noticia de que la Justicia de Estados Unidos suspendió el juicio por estatización de YPF, hasta que se conozca al próximo gobierno argentino, relativo a la falsa pretensión de la empresa Petersen Energía, que fue accionista de YPF, y perdió sus acciones por la expropiación de la empresa durante el gobierno de Cristina Kirchner y vendió sus derechos de reclamo al fondo de inversión (buitre) Bulford, que exige US$ 3.000 millones por daños; me permito reiterar mi artículo publicado por La Prensa el 29.7.2018, bajo el título de «Diferendo petrolero», en virtud de que se trata de un MEGAFRAUDE, a saber: «Respecto a la demanda por unos 3.000 millones de dólares del fondo buitre Bulford Capital, que compró los derechos para litigar por las compañías del Grupo Petersen, de la familia Eskenazi (testaferro de Néstor Kirchner), la Justicia de Nueva York resolvió que la demanda contra la Argentina por la expropiación de la petrolera YPF, seguirá en Estados Unidos y no en la Argentina como pretendía el Gobierno.

«Bulford compró el juicio a la Justicia de España, que tenía la quiebra de las empresas Petersen Energía Inversora y Petersen Energía (sellos de goma por inexperiencia) que la familia Eskenazi creó para comprar acciones de la petrolera en 2008.

«YPF informó que analiza el fallo aludido en su contra por la nacionalización de la empresa y sostuvo que interpondrá «todos los recursos legales necesarios» para defenderse.

«Es necesario puntualizar que el presidente Kirchner pretendía hacerse del 25 por ciento del paquete accionario de la empresa, y para ello utilizó a Eskenazi, que tras la confiscación del Gobierno, por decreto, en abril de 2012 del 51 por ciento del paquete accionario de YPF de propiedad de la empresa española Repsol, sin una ley de expropiación y el pago de una indemnización, violando el artículo 17 de la Constitución, intervino ilegal e inconstitucionalmente la empresa privada, para distribuir las utilidades en vez de capitalizar la empresa, con relación a decisión mayoritaria del directorio de YPF, aumentando el capital social en 5.789 millones de pesos (con las utilidades sobrantes de 2010 y la totalidad de 2011, como previsión para inversiones para 2012, que alcanzaron los 15.000 millones de pesos, récord en la historia de la compañía, superando los 13.300 millones de 2011, destinados a explotación, perforación, refinación y desarrollo).

«Sin embargo el, a la sazón, representante por el Estado, Roberto Baratta, votó en contra pretendiendo que se conformara un fondo para inversión con el dinero de las utilidades generadas durante los ejercicios 2010 y 2011, sosteniendo que «no asegura a que los dividendos vayan a ser invertidos donde tienen que ser invertidos» (sic).

«De esa manera, quedó a la vista que YPF, la empresa mimada de los Kirchner que repartió dividendos en efectivo por 144 por ciento de las utilidades desde 2003, cuando el canon internacional es del 30 por ciento, a fin de que el socio minoritario Eskenazi -empresario amigo del poder-, pudiera pagar la adquisición del 24,9 por ciento del paquete accionario sin un dólar en las manos, se convirtió en el nuevo enemigo (paria) del kirchnerismo, para no catalogarlo de vendepatria.

NI UN CENTAVO

«Como queda dicho, Eskenazi no tiene nada que reclamar al actual Gobierno nacional -recordemos que por la confiscación del paquete accionario de YPF de propiedad de Repsol, la actual administración le pagó a Repsol con bonos por 5.000 millones de dólares, y el aludido Eskenazi que no puso un dólar cash para adquirir el 24,9 por ciento del paquete accionario, -como supuesto testaferro de los Kirchner-, no tiene nada que reclamar a la Argentina. Todos estos datos que sabe la dirección de la empresa YPF, los hará valer y defenderá sus derechos ante la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, puntualizando que el reclamo interpuesto por Eskenazi es improcedente, no siendo más que un intento de cometer un megafraude, pues del 24,9 por ciento del paquete accionario de YPF -repito- fue pagado con los dividendos de la misma empresa, sin que pusieran un dólar «cash» para su adquisición; (o directamente nos toman por estúpidos)».

¡Queda claro que se trata de otro megafraude del kirchnerismo!…

Con cordiales saludos.

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