Por Ovidio Winter.-

Las pruebas presentadas en el extenso alegato del Ministerio Fiscal son tantas, y de tal contundencia que el final del juicio en la causa Vialidad parecería estar cantado, aunque a los ojos del viceministro de Justicia Martín Mena lo hasta aquí expuesto por el fiscal Luciani sean sólo hipótesis, no evidencias y el Ministro de Justicia, Soria, proponga cambiar el nombre de Comodoro Py por el de Club Social Comodoro PRO.

El kirchnerismo siempre ha recurrido al ataque sistemático de todo aquel que lo hubiere denunciado ante la justicia o los medios, denostándolo, ya sea con información surgida de las cuevas de los servicios de inteligencia o de archivos que pudieran comprometer al denunciante. Eso sí, nunca respondiendo a las denuncias.

Lo hizo con el fiscal Nisman, quien iba a formalizar una de ellas, en enero de 2015 y 2 días antes de su presentación, muy probablemente “cuando comprobó que los datos que había recopilado durante años contra la Presidenta eran una farsa e iba a hacer un papelón en el Congreso” (como bien lo explicaron Aníbal Fernández y Pablo Duggan) tomó la drástica decisión de quitarse la vida” (a pesar de ello lo ensuciaron hasta lo indecible post mortem).

Como no encontraron nada “de peso” en las declaraciones juradas de los jueces del tribunal ni del fiscal Luciani (durante la intrusión al Consejo de la Magistratura el fin de semana largo de julio) que es quien lleva adelante los alegatos buscaron frenéticamente en los archivos fotográficos y en ellos encontraron fotos para que la pluma del Dr Beraldi encontrara buenos argumentos para redactar un a priori lógico pedido de recusación (sabido es que bastará una o unas pocas fotos para dañar a quien se pretenda destruir, como podría hacerlo quien mostrara imágenes de Néstor con integrantes de la dictadura militar o de CFK con Báez).

Sería una verdadera pena que a raíz de esta recusación, a los ciudadanos una vez más se nos privara de acceder a la verdad sobre un caso de corrupción que, de acuerdo a los montos de dinero que se deducen y a las pruebas que los constatan, fueron extraídos al fisco y son de una dimensión tal que merecerían castigo porque si el Estado contara con ellos, hoy, muy distinta sería la decadente situación de la Argentina. Porque, “es de pelaje alazán, al trotar revolea sus crines, tiene cuatro patas y además, relincha”… parecería ser un caballo, ¿no?

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