Por Giuliano Iezzi.-

Respetabilísimo señor,

Es envidiable la fineza de su inteligencia y la clase con la cual se expresa. Es por eso que frente a su artículo: “Las dos grandes encrucijadas de Alberto Fernández”, del diario La Nación del martes tres del corriente, deseo manifestarle que me asalta nuevamente la duda de si Ud., al fin de cuentas, no es como todos los otros, un simple y funcional facilitador del relato.

Sería ni más ni menos que otro fomentador de la logofobia. La fobia a la razón y a la verdad que nos aqueja y nos lleva al abismo, tropezando siempre con las mismas piedras. No es de extrañar que en las escuelas se quiera evitar la filosofía, y las matemáticas o sea el pensamiento crítico y el pensamiento racional.

Estimado señor, Alberto no enfrenta ninguna encrucijada, y esto se hace patente al ver cómo han jugado al policía bueno y policía malo. Al fin de cuentas en cada paso que da él y su jefa están siguiendo un plan magistralmente, y los errores que la gente como Ud. dice ver, son solo “gambitos” y Ud., me imagino que no puede desconocer tal cuestión.

Dr. Pagni, Cristina es la dueña del poder y Alberto nada, nada de nada, puede hacer en contrario y es evidente. Como es evidente también que nada quiere hacer en contrario. Está realizando una tarea para la cual cualquiera puede imaginar un pago importante, que la señora ha podido afrontar supongo sin problemas.

Cualquier camino que lleve a este país a una realidad de país no bananero la llevaría indefectiblemente a la cárcel, por lo tanto, nada hará en sentido contrario a su necesidad. O sea que hay un solo rumbo, y ese es Argenzuela. Me sorprende que alguien como Ud. pueda tener la mínima duda. La Argentina no es Venezuela, nos dicen. Coincido que Argenzuela será distinta a Venezuela, pero será un desastre de todas maneras, un desastre populista porque solo en ese tipo de país pueden ser los monarcas que pretenden ser.

La gente que sabe y es inteligente como Ud. debiera ayudar a quitar la venda de la población y ayudarnos a entender el peligro. Peligro que gracias a la zanata retorcida de las elucubraciones intelectualoides al parecer nadie ve con claridad. Dicen mucho “Gre… gre” pero sin decir nunca “Gregorio”, ayudando a construir el “Caballo de Troya” de un populismo bueno, que al decir de Sebreli: “Solo los idiotas políticos pueden aceptar”. Ellos están incendiando al país, les hablan a los peronistas, a tal fin, y Uds. lo traducen en desinformación para aquellos que pretendemos pensar y masticar antes de tragar.

Reitero, es evidente que están caminando en ese solo sentido y no han cometido errores como quieren hacernos ver.

Lamentablemente si no fueran tan dañinos los flatos intelectuales serían de un enorme valor literario.

Realmente me apena pensar de esta manera, por Ud. y por nuestro negro porvenir, pero es tan manifiesto que me es imposible no hacerlo.

Respetuosamente.

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