Por Raúl Mario Ermoli Galluppi.-

No hay nada más importante que la vida, y es un hecho cierto que por lo menos en estos últimos 20 años, la delincuencia, con su secuela de víctimas, se ha instalado y no deja de aumentar. Así es que Argentina se ha convertido en un país muy inseguro, y no es una exageración ni una sensación, porque la inseguridad que padecemos ha terminado por condicionar a nuestras vidas. Sin embargo, no fue siempre así, porque tuvimos otra Argentina en la que las personas honestas no nos sentíamos amenazados. Pero esa Argentina ya no existe y quienes hoy se están postulando para gobernar hacen mucha campaña publicitaria, pero no proponen ningún plan concreto y creíble con el cual sea posible erradicar el delito en todas sus formas y asegurar así nuestras vidas y bienes.

Ante esto, declaro que no pienso votar a ningún candidato que no se comprometa públicamente a realizar una lucha frontal contra el delito, sumado a una reforma del código penal, por el cual se eleven todas las penas de estricto cumplimiento, sin quitas ni beneficios como “prisiones domiciliarias” u otras; los presos sin celulares para que no puedan organizar el delito desde la cárcel.

Insisto: no votaré a ningún candidato que no tenga como prioridad la lucha contra el delito y la inseguridad, pues de nada valen las medidas económicas contra la inflación, el desempleo, u otras, si nuestras vidas y bienes están amenazados.

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