Por Hugo Modesto Izurdiaga.-

El ciudadano argentino está cansado y extenuado de problemas. Inflación, inseguridad, robos, falta de empleo y toda clase de dificultades cotidianas que tiene que afrontar diariamente. Son innumerables la cantidad de piquetes que no le permiten poder moverse con total libertad. Y por si esto fuera poco, se enfrenta a inconvenientes para viajar en transportes de pasajeros.

Los empleados del subte, que dos por tres promueven cortes rotativos en todas las líneas. Los anuncios de paros por parte del servicio de colectivos. Y los ferroviarios que, para no ser menos, han anunciado un cese de actividades. De esta manera, así no se puede seguir.

La Argentina está quebrada económicamente y con más de 5 millones de personas empleadas en trabajos informales (en negro). Es por esto que los jefes de los gremios transportistas, y sus afiliados, deberían saber que ellos tienen el privilegio de tener un empleo en blanco. Sus patrones le brindan una obra social (cobertura de salud) juntamente con los aportes jubilatorios. Tienen francos cada semana y vacaciones todos los años. Incluyendo un medio aguinaldo cada 6 meses.

La república se encuentra a la deriva. No es momento para reclamos salariales. El país necesita una paz social. Señores, ustedes trabajan en promedio 8 horas al día. No se quejen tanto, que no solamente ustedes han perdido poder adquisitivo. Por un instante piensen en los jubilados, que en estos últimos 3 años han tenido una pérdida de compra de alrededor de un 20%. Tengan, pues, un poco de empatía para con el resto de la sociedad. Aunque sea por un momento, dejen de pensar sólo en ustedes… ¡Y pónganse en el lugar del otro!

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