Por Otto Schmucler.-

He leído en un medio que la defensa de CFK buscará derrumbar su condena cuando tenga su cara a cara en la audiencia convocada para este mes de febrero por la Sala 4 de la Cámara Federal de Casación.

Allí, como es su costumbre, el letrado utilizará seguramente el recurso al que siempre echa mano: no presentar pruebas concretas y veraces que hagan creíbles los argumentos de la defensa sino descalificar el fallo, como lo hizo con el alegato de los Fiscales Luciani y Mola, quienes mostraron entre otras muchas cosas un video grabado desde un dron, recorriendo en su totalidad una de las obras que fueron pagadas a pesar de no haberse realizado la misma. Existe otro donde el Diputado Costa enumera el sinnúmero de obras no realizadas y cobradas por Austral.

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O rechazarán la prueba de los chats desgravados del celular de José López (secuestrado cuando se lo encontró tirando bolsos con más de 10 millones de dólares en un convento de Gral. Rodríguez). En ellos, Lopecito daba instrucciones contundentes sobre cómo debía abandonarse Austral Construcciones “sin dejar rastros de nada”, tal como terminó ocurriendo el 16 de enero del 2016 a menos de un mes de haber asumido el gobierno vencedor de Juntos por el Cambio.

Si además de todo, los argentinos no supiésemos que los Kirchner y Báez han sido socios en varios emprendimientos, podría esperanzarse con esa chicana jurídica la defensa, pero sucede todo lo contrario; las pruebas que lo acreditan no se basan en “trascendidos”, son hechos demostrados.

Tal vez, la mejor manera de responderle a las objeciones de los letrados sobre la sentencia, diciendo “que el fallo se fundó en consideraciones arbitrarias sin el más mínimo sustento lógico, fáctico y jurídico” sería que la Cámara le respondiera con un lacónico y sucinto:

Doctores Beraldi y Llernovoy: “Es un cuadrúpedo que galopa, además tiene cola y relincha, ¿qué es?

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