Por Juan José de Guzmán.-

Esta foto de la Perla Negra, una de las últimas, me inspiró a escribir esta breve reflexión sobre lo efímero de nuestra existencia en la Tierra, “ya es la hora ? ” pareciera estar preguntando, mirando en lontananza el final del viaje más fascinante, la vida.

No sabemos cuándo (aunque presumimos que pronto) Pelé llegará al final del recorrido dejando para los memoriosos del fútbol y los amantes del arte un reguero de poemas escritos con sus pies.

Entrará al arcón de los recuerdos, silenciosamente, como supo hacerlo cuando anunció su retiro de las canchas, sin ruidos ni escándalos, como lo suelen hacer los agradecidos de haber recibido “la luz” que se enciende en unos pocos, los elegidos.

Ese baúl, que será visitado de manera inexorable cuando se esté hablando de las maravillas del fútbol mundial. Sólo bastará que alguien pronuncie el nombre con que se lo apodó para que comiencen a aflorar momentos inolvidables de O Rei.

Pelé, un artista del balompié hace rato que dejó la placidez cotidiana tras el retiro de las canchas para enfrascarse en una lucha desigual contra la parca. Hoy parece estar finalizando los trámites de embarque.

En algún lugar del Universo su enemigo-amigo Diego lo estará esperando para jugar como dos niños a ver quién puede mantener más tiempo la pelota en la estratosfera sin que toque la nube.

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