Por Rubén Lasagno (Agencia OPI Santa Cruz).-
La desesperación de la familia Kirchner por cerrar la “causa Hotesur”, los lleva a cometer hechos sin ningún tipo de resguardo ético. Fracasado el intento de Romina Mercado, ahora es el socio de Máximo Kirchner, el que pide que la causa se radique en esta provincia. Los motivos que esgrime son tan inocentes, como culpables son ellos de encubrir un delito que se les escapa de las manos.
Omar Lavieri, periodista de Infobae y de muy buenos contactos en los Tribunales de Comodoro Py, señala hoy que la defensa de Osvaldo Sanfelice, un implicado directo en la “causa Hotesur”, pidió que la misma sea remitida a Santa Cruz, fundando su pedido en cuestiones absolutamente pueriles, como si la situación geográfica donde se encuentran los activos y las pruebas, hoy, pudieran definir que una causa del interior no se pueda instrumentar en Buenos Aires, como siempre ocurrió.
Sanfelice señala que la “causa Hotesur” debe traerse a la provincia ya que:
– El Hotel Alto Calafate, propiedad de Hotesur queda en la localidad santacruceña de El Calafate.
– Que las sociedades bajo investigación Hotesur, Valle Mitre e Idea S.A. tiene domicilio fiscal en Río Gallegos.
– Que las empresas de Báez tienen domicilio en Santa Cruz y allí fue su desarrollo económico.
– Que la mayoría de las personas investigadas tienen domicilio en Santa Cruz.
– Que la documentación necesaria para la investigación (facturas, extractos bancarios, etc.) se hallan en Santa Cruz.
Con esa simpleza y linealidad en los argumentos que osaron escribir los abogados defensores de Sanfelice, le piden a la justicia que la causa sea girada a nuestra provincia. Nosotros podríamos agregarle un sexto punto, el cual quedaría redactado de la siguiente manera:
– Que si hay un lugar donde nada se va a investigar y en el cual garantiza el cierre de la causa y la impunidad de la familia Kirchner, es en Santa Cruz.
¡Por favor!, mándela doctor
Hace tres días el Juez Claudio Bonadío fue ratificado frente al “caso Hotesur” por la Cámara de Casación. El pedido de recusación lo había presentado Romina Mercado, sobrina de CFK y actual presidente de la sociedad investigada.
La causa investiga a la familia Kirchner por presunto lavado de dinero, por transacciones ficticias, realizadas con maniobras de contrataciones en virtud de alojamiento que nunca se concretaron, de parte de Austral Construcciones SA, en el Alto Calafate.
Todos están incursos en un delito que luego de diciembre, podría llevar a la presidenta y a los directivos de Hotesur, a caminar por los Tribunales para explicar largamente lo que a todas luces es inexplicable, desde el punto de vista racional.
Hay quienes admiten, además, que hay otras pruebas más que no se han sumado a la causa y esperan un cambio de gobierno. Esto ocurriría en los primeros meses del 2016, oportunidad en las que se sumarían prueban concluyentes del delito de lavado de activos en operaciones fraudulentas con el alquiler de hoteles, pero también estarían en los papeles otras operatorias y otros alquileres, como el de maquinarias y vehículos, que por el momento no se han agregado a la causa, según puedo saber OPI por fuentes que tienen estrecha vinculación con estas investigaciones.
Que Sanfelice, pida traer a Santa Cruz la “causa Hotesur”, es como que un zorro pida (metafóricamente, claro) que el dueño del gallinero, le deje cuidar las gallinas en su ausencia.
Lo intentó Mercado y ahora lo hace el millonario espontáneo, socio inmobiliario del hijo presidencial. De ahí la necesidad de Cristina de dejar colonizada la justicia a nivel nacional. De ahí la necesidad de que el nuevo presidente, busque al forma de borrar con un plumazo, estas decisiones oficiales de el último año y medio, en los lugares de control y decisión judicial.
La desesperación de la presidenta, no es solo apartar a Bonadío para pisar la causa, que le puede generar problemas legales a ella, sino, que esta investigación es la principal causa de muerte política que tendrá Máximo, antes de poder meterlo como candidato a algo, ya que es responsable absoluto de la herencia corrupta que le dejó su padre, que continuo su madre y de la cual él no renegó, sino que tomó para sí la custodia de una fortuna edificada en maniobras ilegales de simulación y estafa, no sólo al Estado, sino a la confianza pública.
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