Por Jorge Luis Vitale.-

El fallo de la justicia de La Plata, del juez de garantías Dr. Pablo Reale, relacionado con la causa por enriquecimiento ilícito contra Daniel Scioli, que dicta el sobreseimiento, carece de todos los elementos necesarios, afecta el debido proceso, seguido de fraude y dolo. La impugnación del mismo se sustancia en el valor justicia, mientras que la cosa juzgada es la seguridad. La sentencia vulnera los principios de igualdad, seguridad y justicia que establece la Constitución Nacional en sus arts. 16,17 y18, en los principios generales del derecho, en la doctrina de las nulidades implícitas y las garantías de la defensa en juicio.

Cosa juzgada írrita

Por eso estamos ante una cosa juzgada fraudulenta írrita y ésta es la razón suficiente para que se reabra la causa, por orden de los tribunales, pese a la falta de apelación del fiscal a cargo. Además, el mismo no investigó las pruebas que se le solicitaron y es más, ni siquiera analizó la declaración jurada. De la misma surge que Daniel Scioli no puede justificar ni lo que afirma, ya que en sus ingresos y su patrimonio, con sólo sumarlos, se detecta un enriquecimiento ilícito. Si los tribunales nacionales y provinciales no reabren la causa, tendremos que recurrir a los tribunales internacionales para que se declare la nulidad de esta atrocidad jurídica, superior a la realizada con el matrimonio Kirchner por su juez favorito Norberto Oyarbide, hoy en funciones, pese a los tantos juicios políticos pedidos. El dolo y el fraude se advierten a simple vista. Primero se lo indaga en su propio despacho, se oculta la causa, no se producen las pruebas ofrecidas y no se me llama a ratificar la denuncia pese a mis reiterados llamados al efecto.

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