Por Carlos Andrés Ortiz.-

Gran obra de infraestructura energética, que es fundamental en lo energético, económico, social, ambiental y geopolítico.

De los múltiples emplazamientos posibles estudiados, se preseleccionaron tres, y de ellos el que aparece como el más recomendable, es el de Itacuá, frente a la localidad misionera de Corpus y cerca de la paraguaya de Hohenau, ubicada en el tramo final de la singularidad geográfica del Cañón del Guayrá, en la cual el río corre encajonado desde los saltos homónimos (a 170 Km de la Triple Frontera), hasta la localidad de Corpus (190 Km).

Esa singularidad geográfica, de 360 Km. de río encajonado y la existencia de la Hidroeléctrica Itaipú, a escasos kilómetros de la Triple Frontera, son el contexto natural que permite minimizar el área en la cual se extenderá el embalse, área muy reducida en función de la Potencia (3.000 MW) y la Energía Media Anual (20.000 GWh) que tendrá esta gran hidroeléctrica. Esos valores pueden tener leves modificaciones, según como se defina el proyecto definitivo.

La mega obra influirá positivamente desde distintas vertientes de análisis. – Aumentará sustancialmente la capacidad de producir energía renovable y de calidad, Energía de Base que respaldará al SADI (Sistema Argentino De Interconexión), y a ANDE (Administración Nacional de Electricidad, de Paraguay), con Potencia Firme disponible las 24 horas; reemplazando en Argentina a la siempre más costosa Generación Termoeléctrica, por lo que ahorrará derivados del petróleo o gas natural.

Proveerá abundante electricidad a ambos sistemas nacionales, fortaleciendo principalmente el suministro del vital fluido en sus entornos geográficos, en el caso argentino el NEA, extensivo al Norte Grande, y supletoriamente a otras regiones nacionales.

– Cubrirá parcial pero significativamente, el crecimiento de la demanda eléctrica argentina, lo que se reforzará en los primeros años con la previsible compra de porcentajes significativos de la mitad de la electricidad que corresponderá a Paraguay, el cual estará bien abastecido por varios años con energía hidroeléctrica producida por Yacyretá, Acaray e Itaipú.

– Proveerá energía limpia, evitando que se quemen combustibles fósiles, por un total de 4.000 millones de litros de derivados del petróleo o su equivalente en gas natural. Una ecuación ambiental muy positiva, reforzada por la escasa área a inundarse, por la topografía del Cañón del Guayrá. Además, se contará con un gran reservorio de agua, muy importante en épocas de recurrentes sequías, o cuando se desatan incendios forestales. También, facilitará la provisión de agua potable a las localidades ubicadas a la vera del Paraná, problemas recurrentes ante grandes bajantes del río.

– Previsiblemente, generará entre 10.000 a 12.000 puestos de trabajo directos e indirectos (o más), durante su construcción, además de los trabajos permanentes que serán consecuencia de radicaciones y crecimientos industriales en la provincia, a consecuencia de disponer de energía eléctrica abundante, de segura provisión, y seguramente a precios promocionales, pues parte de las regalías Misiones podrá cobrarlas con electricidad.

– Al crearse fuentes laborales con mejores salarios, por facilitar la industrialización y el turismo, propenderá a elevar el nivel de vida de muchos pobladores, evitándose su éxodo a grandes ciudades.

– Facilitará y promoverá más fuertes y mejores lazos de confraternidad de ambos países, lo cual es muy positivo desde lo geopolítico, repercutiendo favorablemente en entes supranacionales como el MERCOSUR, la UNASUR (que esperemos renazca) y la CELAC.

– Las regalías de la parte argentina de la generación, corresponderán íntegramente a Misiones. Una estimación del monto anual de las mismas, del 12 % del valor de venta a CAMMESA, calculadas con un criterio muy conservador, puede calcularse valuando la energía entre 32 a 35 dólares por MWh, lo que significará montos de entre 38,4 a 44,4 millones de dólares anuales, para esta provincia, cobrables en efectivo o parcialmente en energía.

Los cálculos precedentes se hicieron con mucha prudencia, en forma conservadora, pero es posible que el valor de la energía vendida a CAMMESA (base de cálculo de las regalías), pueda ser sensiblemente mayor.

Es sabido que los militantes del ecologismo cavernario, alentados por sectores empresariales que lucraron con la generación termoeléctrica (la que quema combustibles fósiles), se opongan mediante maniobras de terrorismo ecolátrico.

Será de grandes gobernantes, con sentido de profundo patriotismo, enfrentar esas presiones, para impulsar esta necesaria obra que nos proyecte hacia el desarrollo socio económico basada en la económica, eficiente y limpia generación hidroeléctrica.

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