Por Jorge Augusto Cardoso.-

La Revolución de Mayo fue el inicio del proceso emancipador que, luego de avances y retrocesos, condujo a la independencia de nuestra Patria, proclamada tiempo después en 1816 y asegurada tras las campañas militares libertadoras a Chile y Perú, llevadas a cabo por el Padre de la Patria, el Brigadier General Don José Francisco de San Martín y Matorras.

El partido gobernante, en lugar de convocar a un acto público para la recordación y memoria de tan singular y trascendente acontecimiento histórico, destacando lo realizado por hombres y mujeres en ese 25 de mayo de 1810, lo hace para rendir pleitesía y pedirle orientación a Cristina en el denominado “Operativo Clamor”.

Un pueblo que olvida su pasado, su historia, sus raíces, no tiene futuro. La memoria, asentada firmemente sobre la justicia, alejada de sentimientos de venganza y de odio, transforma el pasado en fuente de inspiración para construir un futuro de convivencia y armonía. ¡Argentinos!: en este 25 de mayo propongo, dejar de lado los intereses partidarios y volver a las fuentes, festejemos como corresponde; rindamos homenaje a quienes tuvieron el coraje y la decisión de “parir”, la Patria. Que vuelvan a ondear en los balcones la bandera nacional, símbolo de unión de todos los argentinos.

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