Por Guillermo Cherashny.-

Desde la designación de Nicolás Dujovne como ministro de hacienda, en realidad un ministro de economía pero actuando de conjunto con Mario Quintana y Mario Lopetegui, concedió seis reportajes en donde mandó señales a los economistas ortodoxos como Espert, Cachanosky, Fermo, Milei, en donde anunciaba una baja del déficit fiscal y hasta ahora sólo anulo los 7.500 millones de pesos del descuento del IVA. Pero tiene una grave contradicción, cual es bajar el déficit fiscal e impulsar fuertemente la obra pública, porque se sabe que la obra pública genera trabajo pero en la Argentina hay sobreprecios, aunque menores que en el cristinismo, pero despilfarro al fin engruesa el gasto del estado.

La otra «vaca sagrada» de los liberales es la baja de aportes patronales que anunció Dujovne con bombos y platillos y que, ante una amenaza de Héctor Daer, del triunvirato de la CGT que criticó con duros términos y sugirió indirectamente un paro general, a lo cual Macri le tiene pánico, por lo cual no habrá bajas de aportes en la vida real. Sí habrá mucho verso de Nicolás Dujovne, que no tiene ninguna intención de cumplir, por la simple razón de que Macri, Peña y Quintana quieren gradualismo y no quieren que la oposición llame a un plan de lucha en pleno proceso electoral.

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