Por Mario Cadenas Madariaga.-

Contrariamente a la interpretación generalizada de que ese aumento del IPC es señal de una inflación descontrolada, señala el primer gran éxito del plan antiinflacionario oficial porque derogó dentro de esos limites el cepo cambiario y los impuestos a las exportaciones.

A su vez, la responsabilidad de ambos grandes errores con los cuales no se podía continuar corresponde al kirchnerismo.

Ahora la Argentina está en condiciones de competir en condiciones de igualdad con sus grandes rivales en esos órdenes como los EEUU, Canadá y Australia, en sus exportaciones agroindustriales que son las más importantes.

Sin perjuicio de que las medidas también favorecieron a las exportaciones industriales, con tales decisiones se asegura la provisión de divisas para las importaciones industriales y energéticas y con ello la actividad económica y el empleo.

Ahora se está en condiciones de abordar la segunda parte del plan antiinflacionario, que son la derogación de los subsidios que reciben los residentes del Gran Buenos Aires, que no reciben los del interior, es decir que solo recibe el 30% de la población contra el 70% que no lo percibe.

Las dos medidas -la derogación del cepo y de los impuestos a las exportaciones- han implicado un aumento en los precios de la exportación y de las importaciones del orden del 50%, y si ello se ha logrado con un aumento de menos del 10% en el índice de precios al consumidor es un resultado muy favorable.

Debemos tener en cuenta que desde el inicio de la estabilidad toda la economía se va a favorecer con una baja sustancial en las tasas de interés bancario y una expansión notable del crédito, que será el origen de un fuerte crecimiento.

Esta realidad es particularmente favorable a todo el interior, por lo se debería contar con su voto en el Congreso.

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