Por Guillermo Cherashny.-

Ayer el Gobierno respiró cuando el Dow Jones de Wall Street recuperó el 2% después de tres días de caídas, lo que impulsó que el Merval -el índice de la Bolsa porteña- también subiera un número similar, ya que una huida de las acciones a los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a diez años podía encarecer el endeudamiento argentino que financia el gradualismo económico o también la inacción fiscal, como dicen los economistas liberales.

El mundo se había acostumbrado a tasas internacionales de apenas arriba del 0% y últimamente llegaron al 1,5%. Pero la amenaza de tres subas en este año, que llevarán las tasas de corto plazo de la Reserva Federal de los Estados Unidos preanunciaba el encarecimiento antes citado, además que el riesgo país había subido a los 400 puntos básicos la semana pasada, crearon temor en la Rosada, aunque Dujovne, el ministro de hacienda, relativizó el lunes negro.

Ahora habrá que esperar si Wall Street recupera nuevamente o es una corrección a la baja después de ocho años seguidos de suba.

Mientras tanto, el Gobierno no puede domar la inflación, que en este trimestre se espera que esté entre el 6 o 7% y encima ayer YPF volvió a aumentar el 3,5% el litro de nafta y gas oil, lo que repercute de inmediato en el precio de los alimentos y el dólar finalmente tocó los 20 pesitos y no subió más porque los bancos oficiales volvieron a vender.

Así las cosas, en la Rosada le rezan al Papa Francisco para que termine la volatilidad de los mercados.

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