Por Carlos Tórtora.-

Alberto Fernández reaccionó ante la crisis empoderando a Martín Guzmán como jefe de gabinete de facto. El ministro salió a hablar de la grieta, las tomas de tierras y otros temas ajenos a la economía, lo que da una idea de eclipse para la figura de Santiago Cafiero, que hasta ahora fue un jefe de gabinete de presencia light. Al aferrarse a Guzmán, el presidente está atando al éxito o el fracaso de éste, la suerte de su deteriorado gabinete. El titular de economía desmintió una vez más que no habrá devaluación pero no dio señales de un plan económico ante la licuación de las reservas y el blue tocando los 200 pesos. Desde el silencio, Cristina Kirchner parece respaldar la estrategia de no hacer cambios en medio de la crisis. Una versión originada en el Instituto Patria consigna que, en el caso de precipitarse la necesidad de un cambio de gabinete, el mismo les abriría las puertas de varios ministerios a candidatos salidos del cristinismo. Entre ellos se menciona a Desarrollo Social (Daniel Arroyo), Desarrollo Territorial (María Eugenia Bielsa) y Desarrollo Productivo (Matías Kulfas). Alrededor de CFK crecería la convicción de que, para encarar el año electoral, sería necesario un equipo de gobierno que funcione en consonancia con el aparato electoral del oficialismo. En torno a la sustitución de Santiago Cafiero siguen girando nombres y Florencio Randazzo encabeza la lista, aunque se sabe que no contaría con el aval de la vicepresidenta.

El cristinismo cuestiona también a Marcela Losardo por no haber supuestamente defendido adecuadamente la reforma judicial, pero se estima que, tratándose de la socia de AF en su estudio jurídico, está fuera del alcance de los disparos.

Todas estas versiones dependen obviamente de la caída de Guzmán. Los mercados insisten cada vez más en la necesidad de un ministro de economía con vuelo propio y experiencia reconocida, mientras que el kirchnerismo se atiene a su postura histórica: que el titular de economía debe subordinarse incondicionalmente al mando político. La designación de un ministro de los mercados sería vista como una capitulación por la vicepresidenta, que no logra terminar de despejar su operación sobre la justicia.

Share