Por Jorge Ingaramo.-

DE VERAS: ¿PUEDEN BAJAR LA INFLACIÓN?

La Inflación del Congreso, para marzo, fue del 2,12%, con un acumulado interanual del 29,81%, claramente inferior a los acumulados de enero y febrero, que fueron del 35,2 y del 31,4%. Si uno anualiza la tasa de Marzo llega al 28,6% anual. En resumen: pese al salto de marzo, la inflación está convergiendo a la tasa de crecimiento de la Base Monetaria (27,9%).

Antes de discutir si se puede bajar esta tasa, definiremos el marco conceptual de esta nota:

– La inflación, en Argentina, una economía semi-cerrada, con control de cambios, y sin un plan que la combata, se debe principalmente al financiamiento monetario del déficit público, “corregido” por el “error” en las expectativas de los que toman decisiones, sin estar orientados ni persuadidos por un “Plan” oficial. El financiamiento con deuda NO es inflacionario -a corto plazo- y menos si se coloca en la ANSES o en los Bancos, a una tasa nominal inferior a la del crecimiento de los precios.

– Claramente, en los últimos años, el objetivo oficial fue tener inflación (y NO combatirla), para des-endeudarse. La primera parte del objetivo la lograron con mucha eficiencia, pero nunca blanquearon que no habían conseguido, efectivamente, reducir el endeudamiento “real” (hold-outs, BCRA, ANSES, juicios de jubilados, etc.).

– El kirchnerismo de los últimos siete años mantuvo el principio nestorista de “unidad de todas las cajas”, para conseguir disimular el endeudamiento. Vale decir que se apropiaron del BCRA, del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES y de todo mango que pasara por allí, a lo cual le agregaron impuestos distorsivos y la consabida tasa de inflación, siempre para maximizar la caja nominal, y con ello ganar poder y elecciones. Mencionamos los impuestos distorsivos porque -en general- una inflación alta impide descontar, de la base imponible, los costos de la actividad o la tenencia de activos gravada, como ocurre -claramente- en a) el Impuesto a las Ganancias, cuya recaudación mejora tanto más, cuanto mayor es la inflación, ya que las deducciones o los mínimos no imponibles se rezagan a propósito y b) bienes personales (alícuota fija, sobre una base imponible que se actualiza con la inflación, pero sin ajustar el irrisorio mínimo).

Hecha esta conceptualización, procedamos a un análisis de la “nueva realidad”, después que el Banco Central se “chocara” con la imposibilidad de seguir vaciando su patrimonio.

Así, aunque a Usted le parezca mentira, la base monetaria nominal se mantiene estable, en lo que va del año.. Hace dos meses que el Central no renueva todas las LEBACs. Por ejemplo, comparando el 28/2 con el 14/4, la relación entre Letras y Base, bajó de 72,7 a 68,5%. Son más de M$ 8000 que gentilmente le cedió al Tesoro, para que éste coloque sus propios títulos (M$ 9713 de BONAC, o el nuevo paga-Dios, que vencen en 2016).

Al no renovar las Letras, el balance del Central ha ido mejorando. Se supone que es una política que debería continuar, ya que es público y notorio que los activos de la autoridad monetaria ya no tienen cabida para más Adelantos Transitorios, ni Títulos Públicos. Aparte, al Boden 2015, habrá que pagarlo (reservas o swap), ya que “se hizo tarde” para un canje.

LA EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA DEL PRIMER BIMESTRE

Según la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública), la ejecución del Presupuesto en el primer bimestre da un resultado primario positivo, del que resulta un financiero virtualmente equilibrado.

Obviamente, que los ingresos consideran las llamadas “Rentas de la Propiedad”, que la ASAP estima en M$ 5018,1, con un 3,2% de ejecución de lo presupuestado. Los muchachos ajustaron 190,9% dichas “rentas”, en 2014 (a casi M$ 121000) y la presupuestaron en MS 155824, para 2015, por las dudas …vio. Ahora casi no ejecutan. ¿Por qué?

El mérito se debe a una disminución ostensible en la tasa de crecimiento en las transferencias de carácter económico (40% i.a. contra el 57% del año anterior). Se sabe que más de un 95.% de dichos subsidios están vinculados al precio de los combustibles importados (CAMMESA, Enarsa, transportes, Aerolíneas, etc).

¿Por qué la ejecución de “Las Rentas” es tan baja? Hay dos razones:

– Las sobreestimaron para evitar el error del año anterior, en que tuvieron que hacer ampliaciones presupuestarias para subsidios, pagos a REPSOL, al Club de París, entre otros múltiples retoque arbitrarios (todos por emergencia, pero legales). Así, el gasto ejecutado no incluido en el presupuesto original de 2014 fue de M$ 271.525, un 7% del PBI, bien calculado (menos mal que la recaudación anduvo bien).

– Pero este año ya no hay más Club de París, al menos en la medida en que lo hubo en el 2014, ni M$ 40.000 para comprar las acciones de YPF. Es previsible que se consigan ahorros presupuestarios de M$ 52.000 (estimación propia), con estos precios del petróleo y combustibles, en materia de transferencias económicas. Por eso financiamos a la FAA, a los electrodomésticos y a todos y todas.

¿ENTONCES?

No tenemos el resultado de caja de Febrero, pero sabemos que fue el último mes de importantes transferencias desde el Banco Central, las cuales se redujeron a apenas M$ 184 en marzo. Una vez más, el Tesoro, se las tiene que arreglar y está colocando a tasas similares a las LEBACs: 26,2%.

Si el Tesoro se financia por su cuenta, o renueva títulos con la ANSES o los bancos y si ahora aumentará la recaudación de Aduana, que incluye retenciones de IVA y Ganancias, por el ingreso de la soja, es natural que tienen en el Gobierno una inmejorable oportunidad para cambiar las expectativas inflacionarias, sobre todo considerando que el Fondo de Garantía de la ANSES se sigue beneficiando ampliamente, al contar en su cartera con un 78% de títulos públicos y acciones, todos y todas revaluados/as por el “efecto confianza” que despierta la inminencia de un nuevo Gobierno.

Usted dirá que estoy aplicando racionalidad a un análisis de política pública, que no la tiene, ya que estamos en un año electoral. Pero, luego de las elecciones de Salta, los mercados están empezando a valorar la probabilidad de que la Presidenta, para imponer su candidato, mantenga su discurso estatista pero, por abajo, intente bajar la tasa de inflación, para que no se le retrase mucho el tipo de cambio, no “enloquezcan” las paritarias y, obvio, no se desestimule la liquidación de exportaciones. Tienen el paga-Dios a su favor.

Es público y notorio que el único instrumento visible contra la inflación es el ancla-cambiaria. Menos visibles son los tres ya mencionados:

-ya no se puede financiar al Tesoro desde el BCRA y la ANSES hace “patancha”;

-no están más (o bajan) en la demanda de gasto público ni los subsidios exorbitantes, ni los pagos a REPSOL o el Club de París; y

-comienza la época de la soja (es año de precios mustios, pero las cantidades son récord y los chackers no tienen resto financiero). En los primeros días de abril, ya se ve lo que se confirmará con la recaudación aduanera.

La pregunta clave es si querrán bajar la eficaz; perdón EFICASÍSIMA, tasa de inflación que tan buen resultado de caja les ha dado.

No parece probable, pero es posible.

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