Por Alexis Di Capo.-

La actual caída en votos de 1País, que pasó de disputar en las PASO un tercio del electorado para quedarse finalmente con menos de la mitad (15 puntos) en las recientes PASO, está asemejando cada vez más la trayectoria de Sergio Massa a la de Francisco de Narváez. Este último, aliado a Mauricio Macri y Felipe Solá en Unión Pro, sorprendió a varios encuestadores al vencer al Frente para la Victoria en Buenos Aires en la elección del 2009, llegando al 34,58%, sacándole dos puntos de ventaja a una lista kirchnerista para diputados nacionales que encabezaban nada menos que Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa. Este último, duramente increpado -y casi golpeado- por Kirchner. Inexplicablemente, De Narváez desaprovechó el ejercicio de la jefatura de la oposición y llegó a las presidenciales del 2011 con una audaz alianza con Raúl Alfonsín como candidato a presidente, la Unión para el Desarrollo Social. A poco de andar, UDESO mostró que en Buenos Aires los radicales no se sentían en lo más mínimo atraídos por De Narváez y los peronistas desconfiaban del empresario que quería hacerles votar al hijo del último gran líder radical. Ante los síntomas de naufragio, De Narváez intentó una alternativa desesperada y, en medio de la campaña, se puso a coquetear con Alberto Rodríguez Saá, candidato de Compromiso Federal. El resultado de la improvisación fue malo y UDESO le bajó los votos a De Narváez, candidato a gobernador, hasta el 15,85 por ciento. El 2013 fue la última función para el empresario, que no supo advertir que el peronismo anti K ya se había corrido hacia Massa. Con Unidos por la Libertad y el Trabajo, De Narváez encabezó otra lista de diputados y apenas se llevó el 5,46 por ciento de los votos, totalizando en cuatro años una caída de casi el 30 por ciento.

Vidas paralelas

Al igual que De Narváez -o más- Massa irrumpió como triunfador con una elección excepcional en las legislativas del 2013, con el 43,92 por ciento de los votos, apabullando al Frente para la Victoria, que quedó rezagado con un 32,33. Todo hacía pensar que el tigrense sería imparable para las presidenciales del 2015 pero, igual que a De Narváez, las cosas no le salieron bien y no pudo cerrar un acuerdo con Mauricio Macri. Finalmente, Massa cosechó un 19,66% que, en comparación, significaba una pérdida de votos del orden de más de 20 puntos en relación al 2013.

Lo que siguió después es la historia actual. El tigrense osciló entre su pacto de gobernabilidad apoyando a María Eugenia Vidal y un perfil opositor moderado. Su alianza con Margarita Stolbizer le restó unos cuantos votos peronistas y en las PASO del último 13 de agosto sólo tocó los 15 puntos. Ahora empezaron las deserciones de muchos intendentes y concejales y el panorama se agravó. Un resultado del 10 por ciento, para las actuales condiciones, sería satisfactorio. Pero el sueño presidencial de Massa está seriamente herido.

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