Por Sebastián Dumont.-

A una semana de las elecciones, el clima que reina en el conurbano es muy similar a una película cuyo final ya es sabido. Resta saber el detalle puntual, pero la sensación generalizada, en todos los sectores políticos es que Cambiemos se impondrá sobre Unidad Ciudadana. Las diferencias radican en cuál será el porcentaje final, ya que no será lo mismo para lo que viene si es abultado o estrecho como en las PASO. Algunos sondeos internos que manejan en el oficialismo bonaerense hablan de una diferencia de 3 puntos y medio a favor de Esteban Bullrich sobre Cristina Kirchner. Pero más allá de la elección para senador, se ponen en juego alineamientos futuros, la reorganización del peronismo e incluso el posicionamiento de los actores principales del oficialismo en los territorios. Es decir, los intendentes. No olvidar que en medio de las afirmaciones que aseguran un camino de reelección para Macri y Vidal, empiezan a ser apetecibles las vice. En ello también hay mucho en juego. Ya se prepara en varios distritos el famoso voto “delivery”.

Cambiemos le puso, más que nunca, su ritmo a la campaña. Logró que se planchara de tal modo que incluso los llegó a preocupar al punto de poner en riesgo uno de los axiomas que necesitan para dar vuelta el resultado de las PASO. Es decir, la mayor concurrencia a las urnas de los ciudadanos. Una elección definida puede hacer perder entusiasmo, más allá que votar sea obligatorio. Allí creen en las cercanías de Vidal que estará la clave para ganar. Y algo de los votos que pueden correrse de Sergio Massa, aunque ese fenómeno no está tan claro. En el massismo sostienen que no hay tal retroceso. Pero la verdad es que Cambiemos manejó el ritmo electoral y recién por estas horas, con la reaparición de la gobernadora a pleno, el radar electoral de la población comenzó a verse más claro. En definitiva no falta más que siete días.

Para los intendentes de Cambiemos, el comicio local asoma como la ratificación del cambio y, sobre todo, la posibilidad de posicionarse hacia adelante. Se mirará con lupa los porcentajes nacionales con los locales. Un desacople muy evidente quizá sea castigado en el futuro. Esto sucede en aquellas comunas del segundo y tercer cordón del conurbano, donde el peronismo aún sigue con fuerza en la figura de Cristina Kirchner. El cambio de clima podría ayudar a que se reviertan resultados en Pilar, Quilmas y Lanús. Las tres comunas habían quedado en la mira tras las PASO por no haber sumado para el triunfo general. Claro, las quejas de los jefes comunales es que a ellos se los evaluaba como distritos linderos a la ciudad de Buenos Aires donde los intendentes se impusieron y ahora aspiran a crecer aún más.

La otra discusión importante para mirar en la provincia, y sobre todo a nivel seccional es la futura conformación de la legislatura bonaerense. Cambiemos va a sumar representación propia más que ninguna otra fuerza y con ello podría Vidal avanzar en una reestructuración importante en diputados. Es más, hay una decisión política de no reeditar el fondo de infraestructura municipal. Ello significará que cada intendente negociará con la gobernación para recibir fondos extras para las obras públicas. En general, los jefes comunales buscaron quedarse con lugares de representación en listas de legisladores provinciales. Ejemplos concretos: en la primera sección Jorge Macri tiene el primer senador provincial y Diego Valenzuela puso a su mujer en un lugar entrable. Lo mismo para los alcaldes K de Merlo y Malvinas Argentinas que pusieron a sus hombres en la lista de senadores provinciales. Elementos para negociaciones futuras.

En este medio se adelantó el 24 de julio mucho antes que se expandiera la onda “correr a CFK”, que el peronismo iba en busca de una renovación que habrá si puede lograr. Lo intentarán. La mayoría de los intendentes de Unidad Ciudadana tuvieron idas y vueltas en la relación con la ex presidente, sumado a ciertos ingredientes adicionales. El último notorio de ellos fue hace una semana en Escobar cuando le dijeron que buscarán la unificación del peronismo tras octubre. Una manera decorosa de expresar que su conducción ya no será acatada. Ahora bien, aún perdiendo, quien está en condiciones de correrla de la escena bonaerense. Y sobre todo, se teme que, la idea de sacarla a empujones podría derivar en una reacción hacia 2019 aún más perjudicial que beneficiosa para los alcaldes. Deberá ser un trabajo quirúrgico donde muchas veces el órgano más sensible es el ego de los propios dirigentes. Mucho más el de Cristina Kirchner. Ya está demostrado.

Los intendentes le dieron que pida el voto de la boleta completa. Sin embargo, ya se prepara un trabajo de corte por la simple y clara razón que los alcaldes querrán mostrar que los dominadores del territorio son ellos. Por aquello de “los votos son de Cristina”. En parte es cierto, pero si lo se los cuidan en el terreno, no son de nadie. Así como en las PASO, por una jugada de La Cámpora que aún se la factura, CFK obtuvo más sufragios que los candidatos locales, ahora podría haber un efecto en contrario. En los próximos días la ex presidente, además del acto en Racing, donde le tienen simpatía desde la presidencia del club albiceleste, recorrerá el conurbano profundo antes del inicio de la veda.

Párrafo aparte para el desembarco en Avellaneda. En la tierra de Jorge Ferraresi, ultra K, Racing está muy ligado al kirchnerismo. Y la actual conducción del club en manos de Víctor Blanco tiene mucha simpatía con CFK. La hija del titular, Barby Blanco, es militante de La Cámpora y en su momento fue nombrada por Amado Boudou. También hay nexo de dirigentes actuales con funcionarios de La Matanza como el ex ministro de salud de Scioli, Alejandro Collia.

Sergio Massa mira, recorre y busca mantener el mayor caudal de votos posibles pensando ya en la reorganización del peronismo. En este tramo de la campaña volvió a poner mucho acento en Tigre, su terruño que, bajo ningún concepto quiere arriesgar. Siempre será su plataforma de lanzamiento, con temas como la seguridad donde muestra resultados contundentes.

El gobierno provincial hace todo lo posible para que no se caiga Florencio Randazzo. Con el desgano del movimiento Evita, no les quedó otra a funcionarios de Vidal que pedirle a sus candidatos locales que le cuiden la boleta al ex ministro de transporte.

Falta una semana. La sensación es que la elección tiene un rumbo determinado. El resultado repartirá legisladores. Pero sobre todo, comenzará a tallar el mapa político del futuro. Ese partido ya se está jugando.

Share