Por Luis Alejandro Rizzi.-

El Senado rechazó el veto de Javier Milei a la ley de emergencia en discapacidad, que deberá ser promulgada.

A continuación, se debatió la reforma de la hasta hoy inconstitucional ley 26122, que regula el trámite parlamentario de los decretos de necesidad y urgencia.

La Cámara aprobó por amplia mayoría el proyecto que determina que los DNU tendrán una validez por un lapso de 90 días corridos, desde su publicación en el B.O. En ese lapso deberán ser aprobados por las dos cámaras, pero el rechazo de una de ellas implicará su derogación. Si el congreso no lo tratara en ese lapso, queda ipso jure derogado.

El senador Juan Carlos Romero propuso una modificación al proyecto de reforma sometido a debate, que no sólo tiene lógica constitucional sino asimismo política, que consistía en que se siga el mismo procedimiento establecido en la Constitución para la sanción de las leyes, que lamentablemente no fue considerado.

No descarto que la Cámara de Diputados impulse y tenga en cuenta esa propuesta.

En el debate me resultó impresentable la Sra. Carmen Rivero, senadora por la Provincia de Córdoba, que junto con el senador Ezequiel Atauche consideraron que el proyecto finalmente aprobado era desestabilizador del gobierno del tal Javier Milei. Los argumentos expuestos creo que deben haber despertado en muchos esa sensación de “vergüenza ajena”, ya que sólo atinaron a exponer que la ley tenía 20 años de vigencia y omitieron decir que Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Fernando Iglesias, como lo recordó Martín Lousteau, propusieron la reforma de la ley 26122 en el año 2010, con voto favorable en Diputados, proyecto que nunca trató el Senado. Merece un párrafo especial la diatriba del senador Atauche, que cuestionó la representación de la mayoría de senadores como si estuvieran sentados en la banca por regalo de algún mecenas, por cierto, perverso.

En general, LLA es un partido de enfermos que se creen portadores de una revelación reservada a una castiza minoría.

LLA, como lo vengo diciendo, es una suerte de “legión extranjera”, conformada por una mayoría de peronismo mercenario que cuentan con un riguroso entrenamiento en la sumisión y la obsecuencia. Es un partido de corte militar que pretende gobernar “de facto”.

Los “barras bravas” son sus custodios y los que se ocupan de llenar espacios en sus actos debidamente organizados por Karina al 3%.

Es paradójico que hay muchos “antiperonistas” que votarán a Milei en las próximas elecciones, por aquello del “nunca más”, pero en verdad están votando al peor peronismo, el que se alimenta de “pizza y champagne”.

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