Por Carlos Tórtora.-

La polvareda levantada por la decisión de Mauricio Macri de hacer participar a las fuerzas armadas como apoyo logístico de la seguridad interior muestra la falta de consenso político que tiene la medida y cómo la izquierda se apropió inmediatamente de la bandera del rechazo. Mientras tanto, la medida va dejando en pie algunos interrogantes importantes sobre el funcionamiento de esta participación militar. Para empezar, cuando intervengan conjuntamente unidades militares y de fuerzas de seguridad, ¿a cuáles les corresponderá el mando? En principio, si los militares sólo funcionan como apoyo logístico, sería razonable que el mando recayera en oficiales de las fuerzas de seguridad. Pero la particularidad de militares bajo el mando policial sería prácticamente inédita.

Otro interrogante -de gran relevancia política- es si las unidades militares que hagan apoyo logístico podrán repeler agresiones armadas o dependerán de que las defiendan las fuerzas policiales. En la práctica, esto último puede resultar bastante complicado.

Otra duda es si los militares que formen parte del apoyo logístico a la seguridad percibirán salarios mayores al resto, o sea, equiparados al de las fuerzas de seguridad. De ser así, se establecería una doble escala salarial en las Fuerzas Armadas.

Un cambio excesivo

Por último, el artículo 2° del reciente Decreto 683 que regula esta cuestión, establece que “en el caso de las misiones establecidas en la Ley N° 24.059, el MINISTERIO DE DEFENSA considerará como criterio para las previsiones estratégicas, la organización, el equipamiento, la doctrina y el adiestramiento de las FUERZAS ARMADAS, a la integración operativa de sus funciones de apoyo logístico con las FUERZAS DE SEGURIDAD.”

En este punto, que es central, el gobierno viola así claramente los límites que fija taxativamente el artículo 27 de la ley de Seguridad Interior para el apoyo logístico militar a la seguridad. El mismo está limitado a la participación de ingenieros, sanidad, comunicaciones, construcciones y transporte. De ningún modo la ley hace mención a modificaciones de la doctrina, la organización y el adiestramiento de las fuerzas. Este exceso normativo lleva a una pregunta más compleja: ¿pueden los militares intervenir como apoyo logístico de la seguridad si no se entrenan especialmente y aplican doctrinas distintas a las tradicionales?

Si la respuesta es que no, significaría que para que las fuerzas armadas intervengan en la seguridad interior es necesario modificar las leyes de defensa y seguridad interior, que es lo que, de un modo u otro, están planteando distintos dirigentes opositores.

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