Por Antonio Rossi.-

Semitapada por el anuncio del aumento tarifario en el servicio del gas y la creación del nuevo registro de importadores de combustibles, el ministro de Energía, Juan José Aranguren concretó la semana pasada una sorpresiva movida que agitó las aguas internas de su cartera.

Por medio de dos resoluciones se desprendió de dos directores nacionales que formaban parte de su gabinete y que estaban en la mira por posibles conflictos de intereses.

Los que se fueron del Gobierno sin hacer ruido fueron el ex Director Nacional de Energías Renovables, Mauro Gastón Soares y el ex Director de Gas Licuado, Luis Rodolfo Barile.

Estos “despidos” -que el relato oficial hizo pasar como “aceptaciones de las renuncias” presentadas por los ex funcionarios- podrían ser la antesala de un reacomodamiento más profundo en el equipo de colaboradores de Aranguren.

Según las versiones que circulan en los pasillos del ministerio de Paseo Colón, no habría que descartar el cambio de dos o tres secretarios de la primera línea del gabinete energético.

En el caso de Soares, la mancha que venía arrastrando desde que asumió a principios de 2016 fue haber sido socio del actual subsecretario de Energías Renovables, Sebastián Kind en la sociedad anónima Parque Eólico Pampa.

Además de esa participación conjunta en Parque Eólico Pampa, Soares y Kind también compartieron negocios en Aires Renewables, la consultora de energías renovables que presidió hasta diciembre de 2015 el actual subsecretario del área.

Esta consultora privada tuvo una marcada actuación en los meses previos a la primera licitación de proyectos de energías renovables que el ministerio de Aranguren llevó adelante en el segundo semestre del año pasado. En su lista de clientes figuran las principales empresas que operan en el negocio energético local como Pampa Energía, ENEL, Techint y Genneia.

En tanto, en el caso de Luis Barile su salida estuvo precedida de varios cuestionamientos y una dura denuncia penal promovida por Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica y principal socia política de Mauricio Macri.

El ex Director Nacional de Gas Licuado fue durante varios años consultor privado de las principales petroleras que operan en el mercado local y gerente de Exxon hasta 2014.

En noviembre del año pasado, quedó bajo la lupa de la justicia por una denuncia de Carrió que también involucró a otros dos altos funcionarios de la cartera energética: el Secretario de Recursos Hidrocarburíferos, José Luis Sureda y el Subsecretario de Refinación, Claudio Popik.

En la denuncia que recayó en el juzgado federal de Claudio Bonadío, Carrió pidió que se investigue si los tres funcionarios beneficiaron con sus decisiones a las empresas Pan American Energy (PAE), Panamerican Sur y Refinol por entender que incurrieron en “negociaciones incompatibles con la función pública” por haber trabajado anteriormente en esas compañías.

Según Carrió, los funcionarios beneficiaron a PAE y Panamerican Sur “” “eximiéndolas de sus respectivos aportes de fluidos previstos desde el año 2005, en beneficio de las garrafas sociales que se distribuyen en el mercado a menor valor; mientras que a la empresa Refinol SA le habrían reducido sustancialmente la carga que tenía impuesta a los mismos fines. En reemplazo de los aportes que las dos primeras debían realizar; los habría cubierto la empresa estatal Enarsa”.

En la presentación judicial, la legisladora de Cambiemos destacó que Sureda fue hasta 2015 vicepresidente de Pan American Energy (PAE), la petrolera que maneja la familia Bulgheroni asociada con British Petroleum y el grupo chino CNOOC. En el caso de Popik, la denuncia puntualizó que antes de ser funcionario había ocupado distintos cargos gerenciales en Repsol-YPF, Exxon y Axion Energy entre 2012 y 2015.

Tanto a Sureda como a Popik, Aranguren ya les habría anticipado que si avanza la causa judicial y el magistrado los cita a declarar, no les quedará otra alternativa que presentar sus renuncias.

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