Por Hugo Morales.-

Un kirchnerista trata de tranquilizar a las multinacionales petroleras que operan en Vaca Muerta en Neuquén y en donde han invertido 24.000 millones de dólares desde el acuerdo de YPF con la norteamericana Chevron en 2007. Se trata de Ramón Río Seco, candidato a gobernador de la Provincia por el Frente de Integración Neuquina (FIN) y Unidad Ciudadana de Cristina Fernández de Kirchner y que pelea la “pole position” con el actual gobernador, Omar Gutiérrez, quien busca la reelección por el Movimiento Popular Neuquino (MPN), alineado con el presidente Mauricio Macri y el candidato de Cambiemos, Horacio Quiroga, intendente de la estratégica capital provincia, proveedora clave de servicios para el enclave petrolero, cuyas reservas de gas y petróleo son las más importantes del planeta.

Entre ellos tres, Neuquén elegirá mañana, domingo 10 de marzo, a su próximo gobernador para el período 2019/2023 de acuerdo con las encuestas y al escenario previo. Pero como nunca, tanto el Gobierno nacional como la prensa porteña han advertido sobre las consecuencias que podría generar para esa millonaria y estratégica industria un triunfo del ex piquetero de la ciudad de Cutral Có que se caracterizó por el corte de rutas y protestas de los años 90. Sin embargo en los “reportes” que sus CEOS mandan a las centrales en el extranjero no se pone tanto acento en la presunta peligrosidad de Río Seco para los intereses empresariales sino las repercusiones que podría tener para el escenario político nacional por la incidencia que tendría en la proyección electoral de la ex presidente.

A su vez, el cutralquense que saltó a la fama cuando fue la famosa movilización de Plaza Huincul que terminó con la muerte de la enfermera Teresa Rodriguez durante la gobernación de Felipa Sapag, trata de tranquilizar a las empresas petroleras y a los inversionistas extranjeros de que no será el “cuco” tan temido por el Gobierno Nacional. “Tengan cuidado con Río Seco” les advirtió Mauricio Macri a la cúpula neuquina de Cambiemos, con Quiroga a la cabeza, cuando los recibió en Villa La Angostura hace unas semanas atrás durante su descanso en el exclusivo barrio Cumelen. Para los operadores políticos del macrismo resultaba más positivo apoyar a Gutiérrez que a Quiroga, lo que provocó el enojo de su propio candidato.

Río Seco, también parlamentario del Mercosur, logró armar, vía Cristina Fernández de Kirchner un frente con el kirchnerismo local de la mano de Oscar Parrilli, operador todo terreno en la Provincia de la propia CFK, y responsable de haber sumado al cultralquense al kirchnerismo neuquino, cuyo candidato más importante es el diputado nacional Darío Martínez, quien se candidatea como vicegobernador y es uno de los más duros denunciantes contra Macri por los “Panamá Papers” y los fondos presuntamente evadidos en cuentas en paraísos fiscales del Exterior.

Claro que las posibilidades de Río Seco se acotan, si se tiene en cuenta que enfrente tiene a Gutiérrez, gobernador del MPN, partido que hace más de 50 años gobierna la Provincia y hoy en una relación casi carnal con Macri y a Quiroga, quien es el principal referente de Cambiemos pero desengañado con Macri por la relación que el presidente forjó con el mandatario provincial debido a las garantías que significa Gutiérrez para el negocio petrolero, acompañado del senador Guillermo Pereyra- también secretario general del gremio de trabajadores del Gas y Petróleo Privado de La Pampa, Río Negro y Neuquén y que maneja con mano de hierro al punto de haberse convertido en factor clave para ese relacionamiento. Quiroga, trata de llevar tranquilidad a las empresas, a partir de un sólido discurso de defensa del capital y del trabajo y un ataque frontal al populismo político que encarna Río Seco aunque hace un año ambos amagaron confluir en una alianza que podría haber desequilibrado la balanza de poder político que existe en Neuquén.

Hoy Quiroga está enojado con Macri y pese a no romper el variopinto Cambiemos en Neuquén mantiene activa a su propia organización que la bautizó Nuevo Compromiso Neuquino (NCN) en un intento de remedar al MPN donde tiene muchos adeptos al punto que en vida de Felipe Sapag le aportaron significativos votos para la intendencia capitalina. Hoy ese apoyo se encarna en Jorge Sobisch, ex gobernador que está duramente enfrentado a Gutiérrez, a quien aspira a sacarle votos para que vayan a su sello de la Democracia Cristiana, merced a la gentileza de Daniel Baum, ex senador menemista que le aportó su apoyo político.

“A mí no me parió Cambiemos” dijo públicamente el intendente al diario Río Negro, diario de mayor circulación en La Patagonia aunque luego suavizó negando estar alejado del presidente. Si, en cambio y debido a la mala performance económica del gobierno central, quien se mostró distante fue Gutiérrez, desempolvando el viejo discurso del MPN alejado de los partidos nacionales, buscando retornar a las fuentes de un modelo que crearon su propio padre (Reynaldo Pastor Gutiérrez) y los hermanos Elías y Felipe Sapag cuando fundaron el neoperonismo patagónico.

En esa grieta se metió Río Seco para aclarar que no es un enemigo de las petroleras y recordó que Vaca Muerta nació con CFK de la mano de otro ex gobernador del MPN: Jorge Sapag, quien mantuvo la misma política de alineamiento con la ex presidente como hoy la mantiene su sucesor con Macri. También pone como ejemplo la asociación que mantiene la Municipalidad de Cutral Co que regentea junto a su hermano José, con la empresa YPF por la explotación del yacimiento de El Mangrullo.

En ese contexto preelectoral donde aparecen unos 492 mil electores y juego dialéctico, aparece Quiroga como un innovador de los millonarios recursos gasíferos y petroleros y le reprocha a su adversario Gutiérrez no haberlos empleado para diversificar la economía provincial y robustecer los servicios públicos como Educación, Salud y Seguridad. A su vez, el candidato cristinista le agrega una vieja petición del MPN: industrializar en origen al gas y petróleo de su cuenca, una ambición del ex gobernador de ese partido y connotado desarrollista, Pedro Salvatori. A todo esto, el eslogan de Gutiérrez parte de la ponderación de la obra pública que está desarrollando y de la generación de las tasas más altas del país en materia de empleo y crecimiento de su economía.

Con este pesado y vital escenario tendrán lugar en Neuquén las primeras elecciones para gobernador dentro del calendario electoral para las presidenciales de octubre. La gran duda es si pesará más en el ánimo de los votantes, las promesas de cambio de Quiroga, el castigo a una economía nacional que afecta también a la provincia como propugna Río Seco o las garantías a las inversiones y al desarrollo como enarbola Gutiérrez apoyado en un partido que puede recoger votos hasta el último paraje neuquino.

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