Por Hugo Morales.-

Si algo faltaba para consolidar la candidatura de Omar Gutiérrez para encabezar la boleta del Movimiento Popular Neuquino, para las elecciones como gobernador de Neuquén para el período 2019-2023, fue la impresionante cantidad de militantes y dirigentes que movilizaron, este sábado primero de septiembre, las listas Azul y Azul y Blanca lo que disipó el camino. Si bien los acuerdos entre Jorge Sapag, Guillermo Pereyra y el propio Gutiérrez por una lista de unidad, sumado a los resultados altamente favorables de las internas en 7 seccionales importantes, indicaban un camino libre de obstáculos, aún faltaba medir el apoyo de la militancia, (20.000 personas) ese eufemismo que se utiliza cuando existen dudas sobre los números.

Y esas dudas, de algún modo y a su modo, más emparentado con los propios deseos que con la realidad del internismo emepenista, las tiró el único contrincante visible de la triada de poder que hoy conducen al partido de Gobierno, como es el vicegobernador Rolando Figueroa. Este sábado, precavido, el vice no estuvo en la escribanía que significó Zapala para Gutiérrez y habrá que analizar los próximos pasos que dará en su búsqueda del Poder -ése y no otro es el motivo de su enfrentamiento con el gobernador, de quien es compañero de fórmula y número 2 en la sucesión gubernamental- para visualizar sus objetivos inmediatos.

¿Si continuará tratando de seducir -al parecer con poco éxito como se demostró en el encuentro zapalino- a la militancia del MPN? ¿O si buscará ir por afuera del tradicional partido que maneja los resortes del Poder provincial y de muchas municipalidades y/o Concejos Deliberantes del Interior? Pero para esto último deberá jugar una carta pesada de digerir para esa posible militancia que lo siga: atar alianzas con otros sectores políticos como podría ser el PJ kirchnerista de Darío Martínez y el populismo no escriturado que propone Ramón Río Seco con reminiscencia también kirchneristas de adhesión a Cristina Fernández, como gusta que le llamen a la ex presidenta. No en vano, en los últimos días Figueroa peronizó su discurso.

Claro que esto último tendría que hacerse por afuera del MPN y aquí cabe la mención a un viejo adagio de Juan Perón, que si de algo sabía, era de política: Nadie puede sacar los pies del plato del peronismo sin riesgos de incendiarse (políticamente, obvio), según machacaba el viejo general a sus visitantes de Puerta de Hierro, la encumbrada residencia madrileña que fue el centro de la política argentina durante muchos años, al menos lo que duró el exilio de Perón. Y la advertencia también cabe para el MPN, cuyos orígenes y conformación se remontan a esa época de exilios y persecuciones, una característica que en nada tiene que ver hoy con la realidad de la política neuquina. Pese a que en su estructura e idiosincrasia se parezca mucho a ese peronismo de los 70.

Pero también esa jugada, pequeña para algunos, fue anticipada por Gutiérrez. En menos de dos meses, dos posibles candidatos presidenciales del peronismo estuvieron en Neuquén, bajo la excusa de firmar acuerdos tecnológicos, y le permitieron al neuquino colocarse en el centro de la escena como equilibrio de Poder de un juego muy difícil, agravado por la crisis de estos días. Tanto con Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta, como con Sergio Uñac, su par de San Juan, se puso de manifiesto la preponderancia que tiene Neuquén –Vaca Muerta dixit- en las relaciones institucionales y también políticas con sus pares provincianos, precisamente por el rol que tiene Gutiérrez en sus tratos con el presidente Mauricio Macri y las preferencias que ha desatado en el Gobierno nacional, sin que ello signifique atarse a las estrategias macristas. Si Figueroa buscaba perforar por ahí, esta movida -como en el ajedrez- le cierra el camino hacia el rey.

Por eso es difícil el camino para el vicegobernador, alejado ya del apoyo decisivo del gremialista y senador nacional Guillermo Pereyra, no por cantidad sino por calidad. No cualquiera puede enfrentar una elección, aunque sea provincial, sin recursos y maquinaria electoral. Y este sábado, como los días anteriores fueron demostrando palmariamente que esos fondos y esa herramienta de ganar elecciones son manejadas por Gutiérrez con el decidido apoyo de Jorge Sapag, quien sigue incidiendo fuertemente en la mente y el corazón de los emepenistas, y Pereyra, un hombre que se maneja como pez bajo el agua con el principal factor de Poder en Neuquén: la industria petrolera y gasífera.

Es obvio, que en política como en el futbol, lo que valen son las realidades y eso podrá verse si Figueroa se decide finalmente presentarse en una interna contra el resto del MPN pero por lo evaluado y visto hasta ahora, el camino interno está lleno de piedras filosas y el externo parece impensado, especialmente cuando se tiene enfrente a jugadores que no dejan espacios vacíos. La concesión del yacimiento de El Mangrullo a los municipios de Cutral Co y Plaza Huincul no está separado de la movida de frenar las intenciones de los hermanos Río Seco de enfrentar al MPN, ya sea con Figueroa o con Horacio Quiroga, el intendente de la ciudad de Neuquén que también amaga ir por la conquista del máximo trofeo electoral en Neuquén: el principal sillón de la Gobernación.

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