Por Alfredo Nobre Leite.-

El aprendiz de dictador, Nicolás Maduro, bajo la férula del dictador cubano, Raúl Castro, que está masacrando a sus conciudadanos con tanquetas y quemándolos con explosiones de gas, se considera con derecho -que carece- para llamar al Consejo Nacional Electoral (CNE) manu militare, mediante un decreto inconstitucional, a fin de dictar una nueva constitución, sino que es facultad de la Asamblea Nacional (AN) llamar a una Convención par la reforma parcial (o total) de la Constitución, de considerarlo necesario; que como se recuerda, fue avasallado por la Corte de Justicia, dependiente del Poder Ejecutivo, que mediante una resolución avasalló las facultades del Poder Legislativo.

Maduro, con su proverbial ignorancia y prepotencia, ha llevado a Venezuela a un callejón sin salida, matando de hambre -no es un eufemismo- a la población por carecer de alimentos, remedios y productos de limpieza elementales como el papel higiénico, como también sacó de circulación los billetes de 100 bolívares, por una supuesta maniobra acaparadora del gobierno de Estados (¿a quién le interesa ese papel pintado?), dejando al pueblo sin recursos -que se ven obligados a cruzar la frontera con Colombia, que Maduro clausuró, para adquirir lo que falta -todo- en Venezuela-, teniendo que rever esa insólita medida ante las protestas de prácticamente todas las naciones latinoamericanas y la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general, Luis Almagro (expresó que «El mismo régimen que ha violado la Constitución en todos sus principios fundamentales ahora anuncia el fin de la Constitución de Hugo Chávez») está pidiendo se aplique a Venezuela la «Carta Democrática», para expulsarla del organismo, en virtud de que ha devenido en un gobierno despótico.

Creo que ha llegado la hora -ante la situación fuera de cauce, el asesinato de 33 manifestantes en las marchas de protesta de estudiantes universitarios y pueblo en general, como también asolado por el más alto índice de criminalidad por los 100.000 habitantes, superior al de todos los países de América latina- de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) tome cartas en el asunto e intime a Maduro a cumplir los parámetros de su Carta Orgánica ante las atrocidades cometidas por los esbirros del tirano contra el pueblo venezolano, con las Fuerzas Armadas desprestigiadas, cómplices del por de turno y sospechados sus mandos de narcotráfico; so pena de enviar los cascos azules a proteger a la población civil, escarnecidos por el propio gobierno -cometiendo crímenes de lesa humanidad, nunca mejor empleada la calificación- , siendo de esperar que Rusia y China, ideológicamente afines a Maduro, se abstengan de vetar las medidas en ese sentido -preservar vidas y bienes de la población civil de las atrocidades de su propio gobierno-.

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