Por Sandro Magister (L’Espresso).-
Las elecciones presidenciales en Argentina llaman la atención sobre la visión política del papa Francisco. Su entusiasmo por los «movimientos populares». La utopía de una nueva Internacional comunista y «papista».
ROMA.- El domingo pasado se llevó a cabo en Argentina una consulta electoral, cuyo interés se acrecentó al ser Jorge Mario Bergoglio ciudadano de ese país.
Las verdaderas elecciones presidenciales están programadas para el 25 de octubre próximo, con un eventual ballotage el posterior 24 de noviembre, en el caso que ningún candidato supere en el primer turno el 40% de los votos, distanciado al menos en 10 puntos del que se clasifique segundo.
Pero el domingo 9 de agosto se celebraron las primarias para la designación de los candidatos en curso para la Casa Rosada. La presidente en el cargo, Cristina Fernández de Kirchner, está en el final de su segundo mandato cuatrianual y, en consecuencia, no es reelegible. La incógnita de las primarias era la victoria o no de su candidato a la sucesión, y en consecuencia la continuidad o no del kirchnerismo, el poder ininterrumpido desde el 2003, primero con Néstor Kirchner y luego con su esposa, viuda desde fines de octubre del 2010.
La respuesta de las urnas no ha disipado del todo la incógnita.
Daniel Scioli, de 58 años de edad, gobernador saliente de la provincia de Buenos Aires y candidato del Frente para la Victoria -el partido político de los Kirchner-, cosechó el 38,3% de los votos.
Pero Mauricio Macri, empresario liberal, ex presidente del equipo de fútbol Boca Juniors, intendente saliente de la ciudad de Buenos Aires y líder del partido Propuesta Republicana, con el 30,2% de los votos no ha quedado lejos de aquél.
Y luego está el «tercer hombre», Sergio Massa, líder del Frente Renovador, versión moderada del kirchnerismo, con el 20,6%.
En la imagen que está bajo el título, los dos mayores rivales -Scioli y Macri- posan frente a un retrato de Francisco, en la última Feria del Libro celebrada en Buenos Aires. La pregunta que se plantea es: ¿a cuál de los dos prefiere el Papa? Pero antes de eso: ¿qué representa cada uno de ellos?
En la vigilia de las elecciones primarias argentinas el profesor Marco Olivetti, profesor ordinario de Derecho Constitucional en la Universidad de Foggia y gran experto en sistemas políticos, describió así al kirchnerismo, en sí y en el contexto de América latina, en un preciso artículo publicado en «Avvenire»:
«El kirchnerismo es la enésima reencarnación del peronismo: luego de la originaria, vagamente fascistizante, de Juan Domingo Perón y Evita; luego de la de los años 70, liberal-conservadora, del Perón moribundo y de su tercera esposa, Isabelita; y después de la versión hiperliberal de Carlos Menem en los años 90.
«[El kirchnerismo] constituye la variante social-demócrata, en continuidad con los grupos para-revolucionarios que infestaban la Argentina de los primeros años 70, y está apoyado por el tradicional sindicalismo peronista. Sus mayores adhesiones son particularmente altas entre las personas con un muy bajo ingreso y con un bajo nivel de instrucción.
«La categoría que lo define es la del populismo, la de la identificación con un ‘pueblo’ bueno, ahora reducido en concordancia con el humus político que prevalece en buena parte de América Latina, desde la Venezuela de Chávez y de sus herederos hasta la Bolivia de Morales, desde el Brasil de Lula y Dilma al Ecuador de Rafael Correa, aunque con muchas diferencias entre los distintos casos».
El principal desafiante de Scioli, Macri, representa por el contrario la coalición Cambiemos, que además del partido Propuesta Republicana incluye a la Unión Cívica Radical, que desde comienzos del siglo XX ha sido el otro gran partido argentino, opuesto a los peronistas, y la Coalición Cívica para la Afirmación de una República Igualitaria, creada en el 2002 y conducido hasta ahora por la abogada y diputada católica Elisa Carrió.
Primera mujer argentina en postularse para la Casa Rosada, contraria a la despenalización del aborto y al matrimonio gay, pero favorable al reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales, Carrió es amiga desde hace tiempo de Bergoglio. Le pronosticó la elección como Papa ya en el 2001.
Pero ella no oculta hoy que considera que Francisco juega en Argentina “cartas” políticas equivocadas, al apoyar al kirchnerismo, con el riesgo de ver que su país termine como Venezuela, de lo cual sólo podría salvarlo un claro giro liberal.
No hay declaraciones explícitas del papa Francisco que convaliden ese juicio. Pero está fuera de toda duda que él tiene una visión política de la Argentina y de la «patria grande» latinoamericana, a juzgar por algunos gestos y discursos de su pontificado.
El reciente viaje papal a Ecuador, Bolivia y Paraguay ha sido revelador. Francisco no ocultó su simpatía por los presidentes populistas de los dos primeros países, mientras que con el tercero, conservador, mostró frialdad, hasta reprenderlo públicamente por un crimen jamás cometido, lo que constituyó una clamorosa equivocación del Papa:
> Padre Lombardi, la boca de la verdad (29.7.2015)
Pero el verdadero «manifiesto» político del papa Bergoglio fue el larguísimo discurso pronunciado en Santa Cruz, en Bolivia, ante los «movimientos populares» no globales de América latina y del resto del mundo, convocados por él junto a sí por segunda vez en menos de un año, la anterior en Roma y en ambos casos en primera fila con Evo Morales, el presidente «cocalero» de Bolivia:
> Segundo encuentro mundial de los movimientos populares, 9 de julio del 2015
> Primer encuentro mundial de los movimientos populares, 28 de octubre del 2014
Al releer estos dos discursos, impacta que su «concepto calificativo» -retomando las palabras de Marco Olivetti- sea «el de populismo, la identificación con un ‘pueblo’ bueno», es decir, precisamente lo que caracteriza al peronismo socializante de la era Kirchner, en la que los beneficiarios de fondos estatales se han triplicado y suman hoy a 15,3 millones de personas, el 36% de la población.
El «pueblo» en el que el papa Francisco ve la vanguardia de una revolución mundial contra el imperio transnacional del dinero es el que él mismo describe como compuesto por «cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, sastres, artesanos, pescadores, campesinos, albañiles, mineros». Él dice que pertenece a éstos el futuro de la humanidad, gracias a un proceso de su ascenso al poder que «trascienda los procedimientos lógicos de la democracia formal».
A juicio del jesuita James V. Schall, docente de Filosofía Política en la Universidad de Georgetown, en Washington, el discurso de Santa Cruz presenta a «Bergoglio en estado puro», con una visión política «más cercana a Joaquín de Fiore que a san Agustín de Hipona»:
> Apocalyptic and Utopian: On Pope Francis Bolivian Manifesto
Pero también por parte del partido de Cristina Kirchner y de los círculos bergoglianos se expresan gestos de calculado apoyo a estas orientaciones del Papa.
En el mes de marzo pasado, la ministra argentina de cultura, Teresa Parodi, organizó en el inmenso y concurridísimo Teatro Cervantes, en el centro de Buenos Aires, un Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad, al que concurrieron las «estrellas» mundiales del movimiento contestatario anticapitalista.
En la tarde del 13 de marzo se alternaron en el micrófono, uno después de otro, el brasileño Leonardo Boff, teólogo de la liberación convertido a la religión de la madre tierra, el italiano Gianni Vattimo, filósofo del «pensamiento débil», y el argentino Marcelo Sánchez Sorondo, arzobispo canciller de las Academias Pontificias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales, gran consejero del papa Bergoglio.
Muy aplaudido y teniendo al lado a un complacido Sánchez Sorondo, Vattimo abogó a favor de la causa de una nueva Internacional comunista y a la vez «papista», con Francisco como su líder indiscutido, el único capaz de guiar una revolución política, cultural y religiosa contra el supra-poder del dinero, en la «guerra civil» en curso en el mundo, de la que dijo que está travestida como lucha contra el terrorismo, pero que en realidad es la lucha de clases del siglo XXI contra la multitud de todos los opositores al capitalismo.
Ver para creer. La arenga de Vattimo, en español, está entre el minuto 15 y el minuto 51 del video de esta sesión del foro, con las siguientes intervenciones de Sánchez Sorondo y Boff:
> Foro «Emancipación e Igualdad» – Actualidad de las Tradiciones Emancipatorias
* Traducción en español de José Arturo Quarracino, Temperley, Buenos Aires, Argentina.
16/08/2015 a las 2:20 PM
Volvemos a lo mismo: Un papa peronismo. Pero el peronismo es la mejor fórmula travestistica política conocida. Puede adoptar cualquier formato de acuerdo a las circunstanciales conveniencias. De una u otra manera, esto acabará mal, pues estas combinaciones son inestables y al disolverse causan tremendos perjuicios. La Iglesia Romana sigue sin encontrar el rumbo adecuado. Se metió en el problema de los divorciados vueltos a casar y no encuentra salida. Si el matrimonio es indisoluble, quienes viven con otra pareja son adúlteros. Ergo, están en pecado y no pueden recibir el sacramento de la comunión si previamente no se arrepienten y hacen «firme propósito de enmienda». En caso contrario, deben afrontar el infierno como posibilidad y rogar el perdón de Dios, aunque contradigan su mandamiento. Todo esto es una monstruosidad. Decir que el matrimonio es indisoluble es una falsedad, dado que todos vemos que los matrimonios de disuelven y nada une a personas que viven separadas. Por supuesto, las dificultades que tienen los clérigos para pensar el problema, deriva en gran parte de su postura aberrante frente al SEXO (los espanta, no pueden admitir que sea natural y limpio y necesario). Sin admitirlo, están adheridos en su sensibilidad a muchas antiguas herejías contrarias a la unión sexual y a la reproducción. Además, han quedado enganchados en el dogma de la infalibilidad papal, lo que les impide rectificar orientaciones equivocadas y anacrónicas. Allá ellos.
16/08/2015 a las 2:43 PM
Sigue abierto el «Campeonato Argentino del Ingenio Irónico Anti Papa Francisco»: no deje de participar! Siga el ejemplo de los antipapas del IP! Cualquier pelotudez que se le ocurra en contra del Papa Francisco… publíquela en el IP!!! Importantes premios de índole nacional-masónico!!!
16/08/2015 a las 5:07 PM
Estimado Guillermo: Ud. sabe que he discrepado duramente con Ud. al punto de darme cuenta que le estaba faltando el respeto. Le pedí disculpas y Ud. generosamente (y cristianamente ante todo, no me cabe dudas, porque lo demuestra con espontánea sinceridad) me las aceptó con un afectuoso mensaje.
Tal vez, no se hayan borrado con su gesto todas las disidencias sobre el Papa Francisco que teníamos, pero de lo que estoy seguro es que Ud. me enseñó a enfocar el tema desde un ángulo diferente: Más allá de las palabras y actitudes del Papa que presuntamente puedan revelar alguna preferencia política (si es que la tiene) comencé a:
-Leer al Papa Francisco de sus escritos directamente. Ahora leo «lo que dice el Papa» (muy especialmente a través de sus documentos pontificios accesibles en cualquier librería católica) y NO «lo que dicen del Papa»… ¡Menuda diferencia!
-«Aprehender» sus enseñanzas como católico práctico (el peor de todos) para el bien de mi alma y las de mis hermanos (nos salvamos en racimo o nos condenamos) con abstracción de «cómo dice lo que dice», con «quién se reúne o deja de recibir», «qué dicen de él los opinadores»… etc. No soy político ni diplomático. Trato (la mayoría de las veces infructuosamente) de ser un fiel seguidor de Cristo y punto.
Por todo lo expresado, estimado Guillermo es que no voy a participar del “Campeonato Argentino del Ingenio Irónico Anti Papa Francisco”: No va a andar: el ingenio está agotado y la «pelotudez» (nunca mejor empleada esta palabra) ha invadido las neuronas.
Pero gracias a Ud. me siento más aliviado de ese conflicto de conciencia que me erosionaba hasta la misma Fe, cuando pretendía participar de mi propio «Campeonato». Ahora sugeriría otro: «Campeonato de Aguante dejando al Papa Francisco tranquilo por uno, tres, cinco o más años»… Los premios prometen más: claridad de ideas, tranquilidad de conciencia… ¡y menos distrés!
Un abrazo fuerte.
Wenceslao.-
17/08/2015 a las 7:34 AM
Estimadísimo Wenceslao: no sé qué decirle, solamente expresarle mi gran aprecio porque me doy cuenta de la nobleza que porta. ¡Aguante, Papa Francisco! y ¡VIVA CRISTO!
16/08/2015 a las 10:10 PM
Señor Guillermo Sola. Serìa interesante que más allá de calificar al articulista,le rebata sus afirmaciones con sus argumentos, como un modo de ilustrarnos sobre el tema.,
16/08/2015 a las 10:00 PM
Señor Guillermo Sola. Serìa interesante que más allá de calificar al articulista,le rebata sus afirmaciones con sus argumentos, como un modo de ilustrarnos sobre el tema.,
17/08/2015 a las 7:42 AM
Estimado Gustavo, le tiro un título: “Nosotros realmente no queremos una religión que tenga razón cuando nosotros tenemos razón. Lo que nosotros queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estamos equivocados” – (Chesterton)
17/08/2015 a las 7:03 PM
Estimado Sola: le tiro otro: «La iglesia nos pide que al entrar nos quitemos el sombrero, no la cabeza.(Chesterton)
18/08/2015 a las 8:03 AM
Estimado Sr. Castellanos: no creo que Chesterton haya sido un racionalista iluminista para, en ese contexto, anteponer la cabeza (razón) a la Fe. Más me lo imagino humilde y bajando la cabeza (habiéndose quitado educadamente primero el sombrero) para escuchar lo que dice el jefe de la iglesia Católica, que es lo que quiere expresar la frase que yo puse. Tampoco imagino a Chesterton compitiendo en ningún ‘torneo de ironías anti Papa Francisco’. Ud puede participar de ese ‘campeonato’ y aportar su materia gris o simplemente apoyarlo y gozar del «ingenio» de otros, sin pedirle otras explicaciones a quienes no compartimos el antifrancisquismo.
18/08/2015 a las 10:44 AM
Señor Sola:Por su repuesta denota un encerramiento ideológico o una prevención seria. Me dirigí a Usted con toda franqueza no para charlarlo sino en la sincera necesidad de conocer la argumentación contraria sobre el tema cosa que no obtuve, razón por lo que doy por terminada la conversación no si antes reiterarle lo dicho por Chesterton.