Por Guillermo Cherashny.-

En febrero del 2005, Rafik Hariri, el ex premier de Líbano, que ocupó dos veces ese cargo -y su último período fue del 2000 al 2004-, fue asesinado en Beirut mediante un coche bomba manejado por un conductor suicida. En la investigación, se descubrió que los culpables fueron cuatro activistas del Hezbollah de ese país, que está localizado en el valle de Beqaa y, cuando estaba por empezar el juicio, comenzaron los asesinatos de investigadores y testigos, por lo cual el gobierno decidió llevar el juicio al tribunal internacional con sede en La Haya, donde se llegó a la misma conclusión. Pero Hezbollah niega su autoría y decidió no entregar a los presuntos culpables para el juicio, cuyo veredicto estará el martes 18, juzgando a los responsables en ausencia.

Durante estos años, surgieron versiones de que el atentado fue perpetrado por Siria, lo que motivó que el ejército de ese país fuera obligado a retirarse del Líbano y se dio paso al pacto del cedro, donde se sumaron al gobierno de los cristianos maronitas que ponen al presidente y los sunitas al primer ministro. Hezbollah ingresó con varios ministros y se logró la paz durante los años siguientes, hasta hace un año cuando la crisis económica y el default provocaron una revolución contra la clase política, y meses después se produjo el estallido del depósito de nitrato de amonio ubicado en el puerto, que obligó a dimitir al gobierno y llamar a elecciones anticipadas.

En tanto, el crimen de Hariri fue utilizado por el Hezbollah para negar su participación y al tiempo que también se responsabilizaba, como dijimos, a Siria, cuando en realidad el gobierno sirio y el Hezbollah son aliados estratégicos junto a la República Islámica de Irán.

Algo parecido ocurre en la Argentina, donde en los atentados a la embajada y la AMIA la justicia determinó la responsabilidad del Hezbollah, esta vez junto a altos funcionarios de Irán, tanto la organización con sede en Líbano y la República Islámica de Irán niegan su responsabilidad y se niegan a entregar a los acusados para que den su testimonio y, al igual que en el Líbano, los analistas se dividen entre los que sostienen la autoría de Hezbollah e Irán, como la Justicia, y los que, queriendo responsabilizar al ex presidente Menem, le echan la culpa del atentado a Siria, cuando en realidad en la guerra civil de ese país, el gobierno de Bashar al-Assad, el Hezbollah e Irán están en una estrecha alianza contra los rebeldes, que están casi derrotados.

Como dijimos, este martes 18 el tribunal internacional dictará sentencia condenatoria contra cuatro milicianos de Hezbollah que se encuentran en rebeldía y habrá que observar qué dice y hace la citada organización terrorista, que se autodenomina como una movimiento de liberación nacional de la etnia chiita y que promueve la destrucción del estado de Israel en momentos en que este país estableció relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos.

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