Por Germán Gorraiz López.-

Según la agencia EFE, la gran Banca española (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja), habría obtenido en el primer trimestre del 2024 un beneficio neto de 6.566 millones de euros (15,3% más que el mismo periodo del 2023).

A pesar de todo ello, la gran Banca afirma que la rentabilidad sigue siendo baja al no cubrir el coste de capital del sector, argucia del estamento bancario para rechazar el impuesto creado por el Gobierno consistente en aplicar una tasa a los ingresos extraordinarios de la Banca obtenidos por la subida de tipos del BCE y que supuso la cantidad de 1500 millones en el 2023.

De todo ello, se deduce que la Banca se habría convertido en un parásito hematófago (chinche doméstico), organismos chupópteros que no viven permanentemente sobre su hospedador o víctima sino que sólo se acercan a él para alimentarse y tras succionar hasta la última gota de sangre los abandonan exangües.

La mutación de la Banca

Tradicionalmente, la finalidad de la banca era canalizar el ahorro privado hacia la inversión, pero dada la ausencia de cultura de ahorro doméstico y público, ha originado que el proveedor de recursos para dinamizar la economía en forma de inversiones se haya trasmutado en un parásito hematófago que succiona todas las ubres del Estado para saciar el apetito insaciable de sus accionistas y altos cargos directivos.

La casta dirigente bancaria se habría transmutado así en una camarilla de poder (equivalente a un mini estado dentro del Estado), que utilizaría el nepotismo para perpetuarse en el poder con carácter vitalicio, recurriendo a los llamados “contratos blindados” para asegurarse un retiro dorado.

Por último, no dudarán en asentar sus reales en paraísos fiscales (centros offshore) para escapar a los tentáculos de la Hacienda española. Así, según un informe elaborado por el Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa, 33 de las 35 empresas que componen el Ibex tenían presencia en dichos paraísos fiscales (lo que representa el 94% de las compañías que operan en el selectivo español), no siendo casualidad que el Banco Santander lidere el ranking de sociedades en dichos paraísos fiscales, seguido de BBVA.

El sombrío panorama del resto de mortales

La obsesión paranoica de la Banca española por maximizar los beneficios debido al apetito insaciable de sus accionistas al exigir incrementos constantes en los dividendos, provocó que muchas de ellas se transformaran en corporaciones transnacionales y no dudaran en endeudarse peligrosamente en aras del gigantismo, conjugando las OPAS hostiles en la compra de Bancos extranjeros como plataforma de entrada en dichos países. Asimismo, la obsesión por optimizar recursos les habría llevado a prejubilar a miles de trabajadores y al cierre de incontables sucursales repartidos por toda la geografía hispana, condenando al ostracismo a los habitantes de la España vaciada.

Por otra parte, la bajada de tipos de interés hasta el 0,15% y la continuación de la política de barra libre (LTRO) del BCE aliviaron los problemas de liquidez de las entidades financieras y facilitaron la acumulación de reservas. En consecuencia, la Banca no presenta una necesidad imperiosa de captación de pasivo al tiempo que procederán a un endurecimiento de las condiciones de futuros prestamos, con lo que el crédito seguirá sin fluir con normalidad a unos tipos de interés racionales a pymes y particulares.

Finalmente, la inflación desbocada en la UE aceleró la subida de tipos de interés por parte del BCE hasta el 4,5% en el 2023 lo que conllevará que el Euribor coquetee con el 3% a finales del 2023.Ello tendrá un inmediato impacto en hipotecas y préstamos bancarios, consiguiente asfixia económica de amplias capas sociales y un dramático aumento de la morosidad y los embargos de viviendas y locales comerciales.

Todo ello unido a la sustitución de la tradicional doctrina económica del equilibrio presupuestario del Estado por la del déficit endémico (práctica que por mimetismo han adoptado los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas), contribuirá a que el déficit público continúe desbocado y la prima de riesgo se desboque, lo que unido a las sucesivas rebajas de la calificación de la deuda del Estado podría incrementar las dificultades para obtener financiación exterior en un futuro mediato.

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