Por Paul Battistón.-

El librito en la mano en alto de Maduro (porque a esta altura es sólo eso: un librito con recetas mal interpretadas) marca claramente el robo del Estado en nombre de una falsa democracia.

¿Nadie se anima a decirlo? Sí… falsa

El estado, ese que fue robado, incluye los medios electorales que adecuadamente manipulados pueden eternizar a cualquier tirano. Por supuesto primero es necesario aniquilar la Republica ¿les suena conocido?

Alguien recuerda el extraño crecimiento del padrón electoral de Venezuela en un 40% cuando el de su población solo había sido de un 14%. O las migraciones previas a las elecciones que impusieron a Chávez sobre Capriles. Dije bien impusieron.

Capitulo especial para la asunción de Maduro con Chávez muerto y congelado por un par de meses…

Son las nuevas (no tanto) estrategias de la izquierda Light del siglo XXI, esa que reemplaza las revoluciones del proletariado por la batalla cultural llevada adelante por esas minorías que antes gustaba exterminar. De falta de adaptación no se los puede acusar.

Una batalla cultural que refregará en la cara de la oposición hasta el cansancio la palabra Democracia ya carente de su significado y dejara cualquier constitución a la altura de una libreta de fiado.

¿Cuál es la salida de Venezuela?

O mejor dicho ¿cómo desearíamos que Venezuela saliera de este desastre? ¿Entera o en partes?

Si los venezolanos eligen la primera quizás deban resignarse a que la democracia ausente deba seguir estándolo. Solo una mano férrea con el riesgo que eso significa podría reencauzar semejante desmadre. El hambre no se ausentara rápido seguirá luchando por su permanencia entre los venezolanos, lo que será un caldo de cultivo para los chavistas victimizados y queriendo volver.

El camino soñado y a esta altura casi utópico de la democracia debería lidiar con casi una   mitad del país armado con fanatismo y por supuesto armas. También deberá lidiar con los restos de una dictadura traidora y enriquecida con un poderoso botín esquilmado al estado venezolano.

Venezuela para seguir siéndolo primero deberá reconstruir su cohesión, edificar un nuevo estado, resucitar los mecanismos republicanos y finalmente la democracia.

La dirección inversa es improbable, los socios del foro de Sao Paulo lo saben y sacan provecho de ambos sentidos según quieran destruir o impedir.

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