Por Carlos Tórtora.-

La investigación de la muerte de Alberto Nisman ingresó en una etapa de mayor descalificación a partir de la difusión, en el primer programa del ciclo Periodismo Para Todos 2015, del video grabado por la Policía Federal en la escena donde apareció el cuerpo del fallecido fiscal. Las imágenes revelan que distintas pruebas fueron adulteradas.

En primer lugar, se ve con claridad una gran cantidad de gente trabajando en el departamento del fiscal, pisando sitios donde podrían haber hallado evidencias. También hay peritos y agentes de las fuerzas de seguridad que apoyan objetos tanto en la cama donde durmió el fiscal, como en la mesa de la cocina. Otro detalle: gente trabajando sin guantes. La reinstalación mediática del caso habría causado un serio malestar en la Casa Rosada. Como broche de oro, acaban de probarse más de 60 accesos a la computadora de Nisman una vez que éste ya estaba muerto.

La reinstalación mediática del caso habría causado un serio malestar en la Casa Rosada. Es que el kirchnerismo venía trabajando cuidadosamente en el tema para conseguir que la causa bajara de perfil en las próximas semanas, decisivas para definir las tendencias del voto en las PASO del 9 de agosto próximo. Ahora, en fuentes cercanas a la Procuradora General Alejandra Gils Carbó, empezó a mencionarse que CFK podría a breve plazo impartir directivas para que la fiscal Viviana Fein dictamine que se trató de un suicidio y le pida a la jueza Fabiana Palmaghini el archivo de la causa.

Una jueza muy presionada

Obviamente, la ex esposa de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, en representación de sus dos hijas menores, apelaría la decisión y el expediente pasaría a la Cámara de Apelaciones, aunque hay que descartar que prospere un pedido de traspaso a la justicia federal. Arroyo Salgado se encontraría sometida a múltiples presiones, entre las que se destacan no sólo las del gobierno sino los llamados que le haría el ex director de operaciones Antonio Stiuso. Éste se encuentra hoy perseguido judicialmente por el kirchnerismo pero durante años participó en forma decisiva en múltiples investigaciones de Arroyo Salgado y la vinculación entre ambos escondería no pocos secretos de Estado. Pero la polémica jueza tendría otro frente abierto en relación a la investigación de la muerte de su ex marido. Éste sería su tirante relación con su hija Lara, de 15 años. Según refieren fuentes judiciales, esta última venía estrechando la relación con su padre en las semanas previas a su muerte, a la inversa de su madre, que cada vez se llevaba peor con el fallecido fiscal. Siempre según las mismas fuentes, Lara habría recibido un whatsapp de su padre dos días antes de su muerte. Pero su madre le prohibió que le contestara. Esto coincidió con la sospechosa muerte en la torre Le Parc y, a partir de entonces, Lara le recriminaría a su madre que le impidió tener un último contacto con su padre y que esto podría haberle aumentado la depresión que sufría, abonando tal vez la hipótesis del suicidio.

El caso es que Arroyo Salgado se encontraría en una situación cada vez más difícil, porque para oponerse al cierre de la causa, debería enfrentarse cada vez más con la Casa Rosada.

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