El día 3 de diciembre, a las 20 hs., recibí una llamada telefónica de un compañero de celda de mi hermano. El mismo me informaba que no había regresado al penal luego de la audiencia que se había llevado a cabo en horas de la mañana en el TOF Nº 2 de Mendoza, juicio que se realiza en el marco de los “delitos de lesa humanidad” cuya presidente es la doctora Fátima Ruiz.

¿Cómo que no ha regresado? -pregunté sorprendida-, nadie nos ha comunicado nada…

Intente de inmediato ubicar a su abogada defensora. Obviamente, a las 20.30 hs. nadie queda en su lugar de trabajo y menos en estos casos donde la venganza y la desidia son los únicos parámetros que tienen como ley.

Idas, venidas, recorridas por hospitales, llamados a los tribunales… “Aquí no está” era la respuesta.

¡Por Dios! ¿Será que mi hermano se convirtió en otro Julio López? -pensé angustiada.

Otra vez, una llamada de un tercero me dice: “Se lo llevan a Buenos Aires…” ¿A Buenos Aires? ¿Por qué? ¿Para qué?

“Dicen que la discusión fue fuerte. Se negó a ser trasladado con las esposas, ya que llevan custodia, y la ley dice… y la juez se enojó y ordenó el inmediato traslado…”

Obvio, esto es “comentario de pasillo”; oficialmente, ¡seguimos sin saber dónde está mi hermano!

A primera hora del día 4 de diciembre presenté un habeas corpus solicitando dejaran sin efecto “la medida de traslado” – por las dudas que fuese verdad-, dado que seguíamos sin noticias.

Un alma piadosa, entonces, nos sopla al oído: “está en la U32”. De inmediato quiero verlo, saber cómo está, qué pasó.

Al hacerme presente en la misma, la respuesta es: “no podemos darle información; no puede verlo”. Pregunto desesperada: ¿está acá? ¿ESTÁ VIVO?

Por toda respuesta recibo una mirada sobradora y soberbia; ni sí, ni no.

Corro a la defensoría, busco a quien es la “responsable” de su defensa, cuento lo ocurrido… Aún no sabían nada. “Hasta ayer a las 15 yo estuve con él; después no sé que pasó.”

Relato lo que sé por comentarios, exijo que me dejen verlo, hablar, SABER SI ESTÁ BIEN Y SI ESTÁ VIVO.

Lo demás es más de lo mismo: nada firmado, ni una resolución, nada que nos diga dónde está mi hermano.

Ante la sordera y falta de respuestas, acabamos de presentar otro habeas corpus solicitando nos informen en forma inmediata el destino o paradero de mi hermano.

Nuevamente otra llamada del penal. La recibe un señor de apellido Escobar y le comunica a mi sobrina lo siguiente: “avisen a la familia de Giovarruscio que vengan a retirar las cosas de la celda porque ya hemos destinado a otra persona”.

¿Pero es que mi hermano está muerto? ¿Lo han desaparecido? ¡POR DIOS, QUE ALGUIEN NOS AYUDE!

Solicito por favor se hagan eco de mi grito desesperado: ¿DÓNDE ESTÁ MI HERMANO? ¿QUIÉN LO SECUESTRÓ? ¡QUEREMOS SABER SI ESTÁ CON VIDA!

Mabel Giovarruscio

DNI 13.716.755

Hermana de PRESO POLÍTICO SECUESTRADO/DESAPARECIDO

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