Por Luis Razzolini.-

Sin pretender ser un Sherlock Holmes, quisiera poner a consideración del lector el siguiente tema:

El lunes 7 de septiembre por la noche, veía un programa de televisión, “Desde el llano” de Joaquín Morales Solá, y en el cierre del mismo, el periodista, refiriéndose al caso Nisman, hace una revelación; primero recuerda que en la mano del Fiscal no se había hallado rastros de pólvora en ninguno de los dos estudios efectuados, tanto en Buenos Aires como el hecho en Salta con un procedimiento de mayor complejidad, y que ahora el arma había sido peritada comprobándose que sí deja rastros de pólvora.

Al escuchar esto no pude reprimir mi entusiasmo y di un golpe en la mesa diciendo, eso… eso es lo que a través de mis mails les pedía a mis contactos desde el primer momento que se supo que en las manos de la víctima no se había encontrado rastros de pólvora. Que difundieran la idea de hacer disparar el arma que acabó con la vida de Nisman por cuatro o cinco personas, y si en todas ellas quedaban rastros de pólvora la Fiscal Fein dispondría de una evidencia contundente de que no estaba frente a un suicidio sino de un homicidio, no se trata de ser inteligente sino de tener sentido común.

Una lástima que esto recién se hiciera cuando pasaron casi 8 meses de su muerte, porque hubiera sido diferente si la investigación se hubiera canalizado desde el comienzo como un crimen, a que se juegue con las dos hipótesis.

Entiendo que quien debe asumir una investigación de este tipo, seguramente deberá preguntarse a quien perjudica y a quién beneficia la muerte del sujeto, para tener una orientación general. Y en ese sentido no hay dudas que los perjudicados son los familiares directos de la víctima, y que los beneficiados son las personas a quienes el fiscal denunciaba en los medios televisivos, porque su muerte evitó que esa denuncia se concretara en el Congreso de la Nación.

Pero son muchas las evidencias que disponía la Fiscal Fein para desconfiar que no se trataba de un suicidio. En primer lugar, las circunstancias que rodean la muerte, un día antes de que se presentara la denuncia contra gente de mucho poder.

El hecho de que Nisman resultará un desconocido para el común de la gente, antes de hacer pública su denuncia, y sin embargo disponía de pruebas sobre el seguimiento que se le hacía, como lo demostró un video a su llegada a Ezeiza.

¿Quiénes? ¿Por qué? ¿Y qué intereses los movían para espiar sus movimientos?

El comportamiento incomprensible del personal de la custodia, que ese fatídico domingo 18 de enero, advierte que el fiscal a las 11 de la mañana no había recogidos los diarios de la puerta de su departamento como lo hacía habitualmente, mucho más temprano. Que no contestaba los llamados a su celular y, que habiendo dado participación a su secretaria sobre esta circunstancia, a ella tampoco le respondía sus llamadas. Me imagino que también habrán golpeado la puerta, algo elemental.

¿No se les ocurrió que Nisman podría estar sufriendo un infarto o alguna descompensación y requería ayuda?

¿Era necesario que fueran a buscar a la madre antes de abrir el Departamento, o se buscaba la presencia de un testigo por lo que se iba a encontrar? Se pasaron deshojando margaritas desde las 11 de la mañana hasta las 10 de la noche, en que recién pudieron abrir la puerta del departamento

¿No resultaba extraño el lugar donde Nisman recibió el disparo, arriba y atrás de la oreja? En una posición extraña e incómoda… si era él realmente el que empuñaba el arma, y que el disparo se efectuara a corta distancia, ¿no apoyó el arma en la cabeza por temor a chamuscarse el cabello? y más aun, cuando lo normal es que quien decide quitarse la vida se dispare en la bóveda palatina o con el arma apoyada en la sien.

¿No era sospechoso que las cámaras de seguridad que cubrían la zona del departamento de Nisman, no funcionaran en su mayoría?

¿No eran suficientes las pruebas posteriores, que indicaban que de la computadora del Fiscal se habían borrado archivos? Que eso solo se podía hacer teniendo acceso directo a la misma o bien por un sofisticado medio de acceso a distancia? Lo que implicaba, en el primer caso que alguna persona operó esa computadora ya fallecido el Fiscal, y la otra, la intervención de personal altamente capacitado en informática para ese tipo de trabajo.

¿Tampoco era suficiente el hecho de que fue encontrado en su celular un virus espía con el que el Fiscal era vigilado? ¿Quien tiene disponibilidad para utilizar esa tecnología?

¿Realmente es tan costosa la prueba de luminol para buscar rastros de sangre, razón por la cual no se hizo en un principio, y recién lo hicieron mucho después los peritos de la querella? En mi opinión personal, no fue por el costo, sino quizás por una omisión involuntaria de la Fiscal

Son muchos los interrogantes y pocas las respuestas que los argentinos necesitamos que se nos dé, por un hecho de tanta gravedad.

Por último, de acuerdo a los trascendidos, la Fiscal Fein recién daría a conocer sus conclusiones después de las elecciones de octubre. En ese caso me pregunto. ¿La justicia es un poder independiente o está estrechamente ligada a la política?, porque si fuera esta última opción, quizás también varíe las conclusiones de la Fiscal con el resultado del acto electoral.

Por lo menos así lo veo yo.

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