Por Guillermo Cherashny.-

Elena Highton de Nolasco fue la principal cortesana que impidió la jura de los dos juristas designados en comisión por el Presidente Macri por medio de un decreto, ya que se les plantó a Lorenzetti y Maqueda; pero sería la menos indicada para hacer una cuestión, ya que el 9 de diciembre hizo que Lorenzetti, Maqueda y Fayt cometieran el acto más grave de la historia de la Corte Suprema argentina. En efecto, los tres supremos nombraron a Elenita Nolasco como titular de la Secretaría Judicial de Relaciones de Consumo del Tribunal, una secretaría ideada por la propia Highton de Nolasco. Pero lo más grave es que su hija fue nombrada hace dos años en el mayor de los secretos como secretaria letrada, pero recién el 9 de diciembre fue ascendida a Secretaria de Consumo, con rango de camarista.

Cabe recordar que Highton fue nombrada como ministro de la Corte en lugar de Eduardo Moliné O’Connor, despidió a todos los parientes de éste, que eran simples empleados, pero desde se creó la Corte Suprema, después de la reforma de 1860, nunca en la historia ningún ministro en ejercicio pudo nombrar a un hijo como secretario de ese tribunal, lo que configura una caso grave de nepotismo, muy similar a los vivimos estos últimos doce años de Kirchner-cristinismo.

Es sabido que desde la antigüedad, la primera forma de corrupción ha sido el nepotismo y debería ser un tema que Laura Alonso, la flamante Secretaria de Transparencia, debe tomar de inmediato. Pero lo que más agrava la situación es que la actual pareja de la Dra. Elena Nolasco está estrechamente ligado a Liuzzi, el ex segundo del Carlos Zannini, el monje negro de Cristina, y está vinculado a las compañías de seguros que generalmente ponen obstáculos al cobro de las pólizas de seguros a los damnificados y, como Elena Nolasco está a cargo de esta nueva Secretaría de Consumo, habría un conflicto de intereses en caso de tratarse de reclamos contra las aseguradoras.

De todas formas, la gravedad de esta designación es inusual, porque de aquí en adelante los cortesanos podrán nombrar a sus parientes directos en cargos del alto tribunal, en una falta de ética total, salvo que Elena Highton de Nolasco presente su renuncia inmediatamente. Esta cortesana dijo hace unos días que Alejandra Gils Carbó tiene un cargo vitalicio, un error grave, porque el Ministerio Público se rige por una ley que se puede cambiar en cualquier momento, lo que demuestra un peligroso desconocimiento del derecho.

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