Por Guillermo Cherashny.-

Esta semana sorprendió cuando el fiscal federal Marijuan tuiteó: «He recibido amenazas de muerte a mí y mis hijos, con fotos de ellos; dejo constancia». Y, si bien Marijuan seguirá adelante con sus investigaciones sobre la corrupción cristinista, está claro que los rumores sobre una mafia cristinista que amenaza jueces y fiscales no es un mito urbano sino una realidad muy grave.

Indagando en tribunales, se escucha decir: «Mirá, hoy contratar a un killer paraguayo; cuesta entre 20 y 30.000 dólares». Y al escuchar a este juez, con la simpleza que lo dijo, surge la impresión de que los amenazados son varios, entre ellos el juez federal Claudio Bonadío, que está más allá del bien y el mal, sigue adelante y procesa funcionarios, pero los demás están en una inacción alarmante.

Fuentes tribunalicias sostienen que la juez penal Fabiana Palmaghini tiene un miedo tremendo desde que recibió la causa por el asesinato del fiscal Alberto Nisman y varias veces dijimos que su viejo romance con el camarista Filosof, que integra el tribunal de alzada con los Dres. Bunge Campos y Luchini, siempre avala a la jueza, quien días atrás dijo: «no hay ningún elemento que pruebe un asesinato del fiscal Nisman». Esta declaración indignó a las dos querellas, que de inmediato exigieron que se apartara de la causa y pasara a la justicia federal, y así lo hicieron los Dres. Romero Victorica y Lanusse. Y ayer, el fiscal Germán Moldes, que está de licencia, declaró con Marcelo Longobardi que está en la justicia desde los 28 años y nunca vio que un suicidio no se esclareciera en más de 90 días.

Estas afirmaciones del experimentado Moldes demostrarían que Palmaghini hace tiempo que está amenazada y no quiere moverse del suicidio aunque no puede probarlo. Menuda tarea les toca a Patricia Bullrich y a Gustavo Arribas, el jefe de la AFI, que deben investigar seriamente la existencia de esta «bolsa de dinero de la corrupción K», que financia amenazas, y si éstas pueden llegar a cumplirse, y en el mientras tanto, la justicia federal sigue de vacaciones.

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