Por Oscar Edgardo García.-

Es célebre la anécdota que cuenta que un día a Jorge Luis Borges un joven lo ayudó a cruzar la calle y le reconoció disculpándose que era peronista, a lo que el escritor respondió: «No se preocupe, hombre, yo también soy ciego».

Es una curiosa coincidencia que ambas pérdidas de visión se produjeran en el mismo año: 1955.

Empero, no todo es coincidente entre ambas cegueras porque el escritor utilizaba sus dedos para poder leer mientras que el peronismo los ha usado con otros fines «non sanctos».

Borges convivió con la ceguera durante 29 años, desde 1955 hasta el 14 de junio de 1986 cuando falleció en Ginebra a los 86 años. El peronismo continúa con su ceguera y, si bien aún no está muerto, la aprobación de la Ley Bases lo coloca en estado moribundo.

Confiemos en que el oficialismo y la oposición más cercana a él acuerden objetivos comunes para asestarle el golpe letal al peronismo y comenzar a construir un país con futuro porque, como decía el Maestro Borges, «el peronismo tiene todo el pasado por delante» y la mayoría de la ciudadanía ya lo llevó al punto final.

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