Por Carlos Tórtora.-

Javier Milei viaja otra vez a los EEUU con una agenda privada, así que caben esperarse pocas novedades de los acuerdos con la administración Trump. Desde que el 26-O LLA se impuso en las urnas, la información oficial se hizo cada vez más escasa. Santiago Bausili informó que el Banco Central había firmado el SWAP con el Tesoro de los EEUU pero sigue habiendo importantes dudas sobre la manera en que se accederá a las divisas y las condiciones de uso.

Y menos aún se sabe sobre el préstamo repo de US$ 20.000 millones anunciado por Scott Bessent y cuyas dificultades sobre la inexistencia de garantías suficientes estarían poniendo en serias dudas la viabilidad de la operación.

En definitiva el clima de secreto que sigue envolviendo el acuerdo con Washington está a la vez frenando a la oposición, que no puede así criticar con fundamento lo que no se conoce. Y encima se cruzan en el medio diversas versiones sobre supuestos planes polarizadores que tienden a confundir aún más las cosas.

Milei disfruta así de un veranito político y económico porque ni la política ni los mercados le complican hoy la gestión. En síntesis, una situación insostenible en el tiempo.

Del mismo modo, la operación del recambio del gabinete nacional, promocionada mediáticamente como un reseteo de la gestión de gobierno, terminó siendo tan sólo una nueva concentración de poder en manos de Karina Milei, ya que tanto Manuel Adorni como Diego Santilli son simples operadores de ella. El otro que salió reforzado es Luis Caputo con Pablo Quirno como canciller, generándose entre aquél y la Secretaria General una tensión propia de dos que están compartiendo el poder.

Una batalla decisiva

La nueva etapa de la gestión de gobierno empezará entonces el 10 de diciembre con la renovación del Congreso, que es cuando el Ejecutivo enviaría los proyectos de Presupuesto, Reforma Laboral y Reforma Tributaria. La cuestión laboral será sin duda la que concentrará el voltaje político. La CGT anuncia una guerra sin cuartel y corre con un punto a su favor: la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ya falló por la inconstitucionalidad del Capítulo Cuarto del Decreto 70/2023 que disponía reformas laborales casi idénticas a las que el oficialismo propondría ahora por ley. Con este panorama, aun si Milei consiguiera el suficiente apoyo de gobernadores como para sancionar la ley, lo más probable es que el tema se dirima finalmente en la Corte Suprema de Justicia.

No por nada se están reactivando las negociaciones subterráneas entre el cristinismo y los libertarios para un eventual acuerdo para la designación de dos nuevos jueces de la Corte Suprema.

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