Por Juan Manuel Otero.-

Yo quise ser un barrilete
buscando altura en mi ideal,
tratando de explicarme que la vida es algo más
que darlo todo por comida.
Y he sido igual que un barrillete,
al que un mal viento puso fin,
no sé si me falló la fe, la voluntad,
o acaso fue que me faltó piolín.
«Sueño de barrilete» (frag) Tango, Eladia Blázquez.

El Barrilete Cómico sigue dando que hablar. Muy atrás quedaron los tiempos en que Víctor Hugo Morales denostaba contra Néstor y Cristina Kirchner con los más feroces y burlones epítetos. Eso fue hasta principios de 2010. Suculentas contraprestaciones lograron que, de la noche a la mañana, los denuestos trocaran en ditirambos. Y el matrimonio patagónico desde el averno pasó inexplicablemente a ocupar -para el periodista charrúa- un lugar de preponderancia en el Olimpo vernáculo.

Pasó así a ser el vocero mimado del Poder, su mayor propagandista y su más férreo defensor, sus críticas a todo el que intentara opinar en disidencia fueron las más feroces que habíamos tenido oportunidad de escuchar en los medios nacionales. Ningún límite se le presentaba a sus ataques cuasi irracionales, especialmente a los pocos medios que no estaban en poder del gobierno.

Y llegadas las elecciones presidenciales, con las fundadas sospechas de la debacle kirchnerista el verborrágico locutor se apresuró a volcar el anuncio esperado por toda la ciudadanía: “Si gana Macri, me voy del país”. Aplausos cerrados recibió tan firme e irrevocable decisión.

Pero una vez más, el barrilete cómico pegó una vuelta de 180º y decidió quedarse por un tiempo, vaya uno a saber cuánto dadas sus volátiles resoluciones.

Y ahora nos sorprende con otro disparate. Los dueños de Radio Continental, la empresa privada para la cual trabaja desde hace décadas, han resuelto rescindirle el contrato y terminar con su programa basados en supuestos incumplimientos de las obligaciones asumidas por Víctor Hugo.

Es evidente que se trata de un conflicto que, de no llegarse a un avenimiento entre las partes, deberá resolver la justicia. Los tribunales laborales son los únicos legitimados para dictaminar si la decisión lesiona derechos adquiridos por el empleado, si le cabe responsabilidad al empleador, y a ellos debería dirigirse VHM, aportando las pruebas que hacen a su derecho, el juez deberá citar a la empresa demandada, seguir el procedimiento judicial correspondiente y acatarse la resolución cuando el juicio pase en autoridad de cosa juzgada, es decir sentencia firme.

Esto es lo que corresponde y Víctor Hugo lo sabe, no en vano ha dicho recientemente: «Este medio que yo no sé si es de Prisa o de un señor González de México o de un señor Lorefice». Estas claras palabras las expresó en el espacio de Paulino Rodríguez, en Radio Continental, cuando se despidió de su audiencia y contó que lo estaban echando. Luego Víctor Hugo amplió su declaración en una entrevista con Radio del Plata y le dijo a Daniel Tognetti que «la decisión de mi despido la toma un señor Lorefice que representa al señor González».

Entonces no entiendo el porqué de su ataque al Presidente Macri y a Magnetto, como si ellos fueran responsables de algo. Víctor Hugo carece, como unos cuantos periodistas de nuestro medio, de la necesaria independencia, honestidad y coherencia que se les debe exigir para ocupar un medio masivo.

Por lo tanto resulta también inexplicable haberse prestado a  la patética marcha con una reducida cantidad de seguidores reclamando frente a la Casa Rosada por la restitución de su puesto. Porque con el mismo criterio, cualquier empleado de una empresa privada o un humilde negocio barrial, que fuera despedido tendrá derecho a reclamarle a Macri… o a Magnetto.

¿O será que el Barrilete Cómico supone que por criticar a esta Administración tendrá la misma recompensa que le dispensaron los K?

Barrilete Cómico, ¡aflojá el piolín que estás coleando fulero!!!

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