El sciolismo hace proyección imaginando cómo ejercer el poder si llegasen al sillón de Rivadavia.

Los inquieta la opinión pública, no aquella que pudiera ser crítica, sino aquella que está dispuesta a argumentar y que necesita bajada de línea. El aparato de propaganda lo consideran fundamental y necesitan que sea eficaz.

No tienen la certeza de que los estudios de TV y radio donde el estilo de militancia camporista ha aflorado a diario durante la “década ganada” sigan siendo fieles, aunque también saben que todo tiene un precio.

Para aminorar los riesgos y con la intención de continuar la línea del supuesto nuevo estilo que Scioli representa, los planes para armar una red de multimedios afines estaría en plena marcha.

El estilo que Daniel Scioli intenta vender al electorado es el de un populismo pulido, con mejores modales y con una imagen más “cool”. Es el populismo en HD, que dejaría de lado la gastada imagen del canal público y sus descoloridos programas, para reforzar el equipo de medios afines con empresas privadas que hoy, como el péndulo de un reloj, se tambalean de un lado al otro, intentando ejercer así un acto de seducción al mejor postor.

Entre los elegidos se encuentran canales como C5N, que ya son fieles clientes a la propaganda estatal y, la carta a jugarse es Perfil.

Teniendo en cuenta los rumores de problemas financieros de la Editorial Perfil y las negativas del AFSCA a otorgarles ciertas licencias, el sciolismo usaría estos datos para avanzar en una oferta difícil de negar.

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