Por Oscar Edgardo García.-

La sociedad vive con una gran preocupación por el accionar delictivo de los motochorros y al gobierno de la Provincia de Buenos Aires se le ha ocurrido una delirante idea para combatir su actividad criminal: prohibir la circulación de más de una persona en una misma moto en ciertos horarios y en determinadas zonas.

Tal medida es de dudosa efectividad, dado que actualmente se producen robos y homicidios en lugares cercanos a dependencias policiales y en espacios con importante movimiento peatonal y vehicular, donde la presencia del personal de seguridad es inexistente, motivo por el que cabe preguntarle mínimamente a los gobiernos provincial y municipal:

¿Qué dispositivos de seguridad desplegarán para concretar el control para el estricto cumplimiento de la medida propuesta?

¿Cuál es la hipótesis sobre el comportamiento que los motochorros adoptarán frente a tal disposición preventiva?

¿Cuándo promoverán el dictado de las normas legales adecuadas a la realidad en materia de edad de imputabilidad penal?

Es muy alta la probabilidad de que las respuestas sean conformistas o falaces y que no aporten argumentos sólidos para obtener solución alguna.

La pobreza intelectual de las autoridades gubernamentales y legislativas frente al creciente nivel de inseguridad en el que está sumida la población es absolutamente inaceptable a lo que se suma la desidia demostrada al priorizar el tratamiento de cuestiones partidarias y electorales en el tiempo en que paralelamente la delincuencia cosecha más damnificados diariamente.

La ciudadanía merece tener una mejor calidad de vida y no convivir diariamente con el riesgo de muerte y pérdida de sus bienes por lo que debería clamar con persistencia por la solución inmediata de este flagelo ante la pasividad y la negligencia evidenciada por los gobiernos correspondientes.

Basta ya de víctimas honestas e inocentes con sus vidas castigadas por la inseguridad y de delincuentes con libertad de tránsito y de acción.

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